Productos únicos para mercados específicos; esa debe ser la filosofía de Samsung, que en lo que llevamos de año, ha mostrado unos cuantos productos virtualmente idénticos, salvo por pequeños detalles que hacen que nos envidiemos mútuamente. Lo último en la linea de lanzamientos de Samsung es el Galaxy R, sobrino del Galaxy S II y primo hermano del Galaxy Z recientemente anunciado.

Samsung Galaxy R tiene pantalla de 4.2 pulgadas Super LCD al igual que el Galaxy Z, e integra las mismas cámaras de 5 Megapixels para la principal, y 1.3 Megapixels en la frontal, junto a un diseño muy similar. Con las cartas sobre la mesa, lo más probable dadas las coincidencias con el modelo anunciado hace dos semanas, es que lleve también el tan extendido SoC de Nvidia, Tegra 2. Del mismo modo, y para hacerlo todavía más similar al Galaxy Z, la capacidad de almacenamiento interna también es de 8GB, pudiendo añadir 32GB extras a través del slot MicroSD incluido. Al igual que el resto de la familia del Galaxy S II, este Galaxy R incluirá Android Gingerbread (2.3) con la nueva interfaz TouchWiz 4

Hasta el momento hemos conocido las similitudes entre ambos modelos, pero ¿Qué diferencia a este terminal otras versiones de los distintos Galaxy que hemos podido conocer hasta ahora? Pues sinceramente, a simple vista, muy poquito. Samsung ha optado por el metal pulido para el acabado trasero del teléfono, que debido a esto sube de los 8.8 milímetros de grosor del Galaxy S II y los 8.9 de Galaxy Z hasta los 9.6mm — aunque gana en elegancia y durabilidad — quedando todavía por debajo del Galaxy S original. Reino Unido en principio como mercado prioritario, recibirá el nuevo samsung Galaxy R muy pronto, a finales de este mismo mes. No queda claro si llegará a otros mercados todavía.

Lo que ocurre con Samsung es algo que no recuerdo haber vivido con otras compañías (o que quizás mi mente ha querido olvidar) Sí es cierto con la mayoría de fabricantes que los modelos de smartphones que recibimos los Europeos son distintos a los que se encuentran en los Estados Unidos, pero los motivos son otros: Cuando los teléfonos llegan al nuevo continente sufren un cambio para operar con los principales carriers cambiando el hardware de baseband para que opere con redes CDMA, y en otras frecuencias (algo cada vez menos común al extenderse GSM a otras bandas) y quizás con alguna personalización para la operadora de turno, que saca los teléfonos bajo su propio nombre comercial. Lo de Samsung puede tener su explicación en un cambio de política al diseñar sus productos — primordialmente por sus líos legales con Apple por cuestiones de "plagio" — que les ha obligado a cambiar ligeramente el aspecto de los nuevos terminales para evitar más conflictos. O simplemente, como he dicho al principio... Productos distintos para mercados específicos.

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