Llegó el momento de plasmar el análisis de uno de los programas más controvertidos editados por Apple en los últimos años: Final Cut Pro X.

Un grandísimo programa, con una interfaz, usabilidad y posibilidades increíbles pero que no cuenta con las simpatías de muchos profesionales del sector, debido al gran cambio en su flujo de trabajo, organización de medios y unas pocas funcionalidades clave para algunos de ellos, que aun no han sido implementadas o necesitan software de terceros.

Interfaz

El cambio es más que evidente. Final Cut Pro 7 (la última versión) contaba con una interfaz que daba solución al flujo de trabajo estándar que otras aplicaciones del mercado también usan, como Avid o Adobe Premiere. Sin embargo, esta nueva versión crea una interfaz más cercana a soluciones de edición enfocadas más a nivel usuario, con una organización más sencilla, más usable y que no da miedo nada más arrancarla.

Hay algo que es común de todos los programas de edición de vídeo o post-producción al arrancarlos la primera vez: transmiten la idea de interfaz compleja y de programa complicado. Luego te haces con ellos y los dominas cuando tienes la formación adecuada, pero nunca un programa de edición ha buscado encontrar una interfaz amigable, sino dar la mayor funcionalidad posible a usuarios expertos y a problemas concretos de un flujo de trabajo profesional.

Pero en este caso, Apple ha roto esa regla no escrita y ha construido una interfaz donde ha dibujado un entorno mucho más amigable, más intuitivo y que permite de una manera mucho más sencilla la aproximación autodidacta de cualquier usuario, por poca experiencia que tenga. Ha aplicado la filosofía de iLife y sus interfaces, a un programa de objetivo profesional.

Nada más arrancar el programa, se nos presenta arriba a la izquierda la librería de eventos, donde tendremos todo el material de trabajo videográfico que vayamos a usar. Se nos permite importar desde cámaras el material o importar nuestros eventos de iMovie. A la derecha tenemos los clips que coinciden con la carpeta o Smart Collection seleccionada, que podremos clasificar de una manera similar a iMovie o directamente con una lista de clips que mostrarán el seleccionado en la parte superior. A la derecha el visualizador donde veremos el resultado de nuestra edición, o lo que estamos monitorizando en los clips de la librería de eventos. Dicho visualizador puede enviarse a un monitor secundario conectado al Mac y entonces tendremos más espacio para los clips y podremos mostrar de manera más efectiva el inspector, donde podremos acceder a las opciones asociadas a los clips sobre los que pinchemos.

En el centro, dividiendo la interfaz, tenemos una serie de botones que nos permiten acceder a la importación de cámara, marcar favoritos o tomas rechazadas y mostrar u ocultar el editor de palabras clave. También tenemos los botones de inserción en la línea de tiempo y el selector de la función del cursor donde tenemos los ya conocidos trim o cuchilla (blade), o incluso un selector de rango, zoom o mano de movimiento. A la derecha del todo, primero los botones de mejora de vídeo y audio, luego las opciones de retiming y después los botones que nos mostrarán los diferentes navegadores de material disponible o efectos: efectos, música, transiciones, fotos, generadores, titulaciones o temas.

Abajo del todo, a la izquierda ocupando la mayoría de la pantalla tenemos la línea de tiempo y a la derecha el navegador genérico que mostrará el contenido que hayamos seleccionado entre los ya mencionados de efectos, música, transiciones y demás. Zoom en la parte inferior, buscador para los navegadores de contenido, poder mostrar el índice de la línea de tiempo (donde tenemos un secuencial de los diferentes elementos y su orden y podemos elegir ver solo elementos de vídeo, audio, titulación, etc.) o volver a la selección de los diferentes proyectos que hayamos creado (la librería de proyectos). Como es obvio, cualquier panel puede quitarse o ponerse y podremos reestructurar la interfaz en nuestro monitores (o monitores) como mejor nos convengan.

El resultado a mi entender es muy bueno y la interfaz tiene los elementos justos para propocionar un trabajo flexible e intuitivo. Pero según a quién se le pregunte, hablará en extremos: genial o aberrante. Lo que está claro, es que saber editar y tener experiencia nos ayudará a hacernos rápidamente con el programa, pero el re-aprendizaje es necesario.

Yo, usuario de Adobe Premiere Pro y el anterior Final Cut Pro, he necesitado unas cuantas horas de investigación para encontrar los elementos perdidos (como los keyframes) y hacerme con el flujo de funcionamiento, sobre todo de la línea de tiempo magnética. Además, averiguar cómo funcionan las Smart Collections, como modificar elementos, optimizar el flujo de trabajo… todo eso ha llevado su tiempo, pero una vez aprendido, todo ha ido muy fluido.

Importando y clasificando

Si accedemos a la ventana de importación de cámara y conectamos una DSLR o incluso el iPhone, se nos mostrarán los ficheros de vídeo en la memoria y podremos previsualizarlos, seleccionar los que queramos e importarlos. La ventana Camera Import nos mostrará en una lista de dispositivos todas las cámaras reconocidas para importación (incluyendo el iSight o FaceTime HD del Mac). Solo hemos de pulsar en ellas y tendremos la interfaz para cada una de ellas.

En el caso de cámaras con ficheros de vídeo, la importación es muy práctica porque nos permite seleccionar no solo los clips que queramos: podemos seleccionar el trozo de dichos clips que queremos importar, desechando el resto directamente en la fuente. Los visualizaremos en tiempo real como si ya estuvieran importados, podremos movernos por ellos, seleccionar lo que nos interese, pulsar en Import Selected y listo. Si elegimos los clips completos, podemos elegir los que queramos e importar, y si solo importamos un trozo del clip, habrá que hacerlo uno por uno.

FCP X también permite importar material de una cámara DV o HDV que funcione con cinta, a través de FireWire. Pero en esta ocasión, la importación es un simple control de la cinta (adelante, atrás, play…). Cuando queramos empezar a grabar le damos a IMPORT y comenzará. Terminada paramos manualmente, renderiza el resultado en segundo plano (adaptando el material automáticamente a la configuración del proyecto, si ve que es necesario) y podemos capturar otro. Pero es una captura manual y un poco pesada, nada que ver con la posibilidad de captura por lotes que otros programas ofrecen, incluso la propia versión anterior de Final Cut Pro.

También podemos importar material arrastrando directamente a la librería de eventos, bien sean imágenes estáticas, ficheros de sonido (incluso MP3 o AAC sin preconvertir) o cualquier fichero de vídeo en la variedad de estos soportados por el programa. Es muy importante que nada más instalar el software vayamos a Actualización de Software, para que lo detecte y se descargue los codecs Quicktime para soporte de Final Cut Pro X.

La importación, en todos los casos, puede ser tal cual, o podemos elegir un post-proceso donde nos permiten varias opciones, como el pase de un algoritmo de estabilización del material. Dicho algoritmo es muy eficiente, sobre todo con material en HD. Además podremos transcodificar lo capturado para que el medio sea el óptimo para el programa y ajustes del proyecto, analizar para poder tener la opción de realizar un ajuste de color automático (algoritmo de mejora del mismo), encontrar a gente en los vídeos para saber el número de personas que aparecen por toma o si es un plano corto, medio, largo, panorámico, etc. y que se creen eventos de búsqueda automáticamente para todo ello (como subcarpetas). También podremos analizar y arreglar problemas de audio (como clips o ruido de fondo), borrar los canales en silencio o separar en pistas en mono las pistas estéreo que se capturen para facilitar la edición multicanal posterior. Podremos crear un nuevo evento asociado a nuestra importación y elegir el disco de destino de entre los disponibles en ese momento.

Lo más interesante, es que todas estas opciones de post-proceso no tenemos por qué realizarlas a la hora de importar. Podemos hacerlo después sobre el clip ya importado, incluyendo el balance de color, estabilización, audio, búsqueda de personas, tipo de tomas, etc. Además, como todos los procesos de vídeo, se realizan en segundo plano, no entorpece nuestro trabajo con la aplicación. Si aun no hemos importado ningún material en un proyecto nuevo, este se adaptará automáticamente a las características del primer clip que importemos o insertemos en la línea de tiempo.

En el caso de la estabilización, contar número de personas o detectar el tipo de toma, la aplicación generará automáticamente carpetas inteligentes (smart collections) en la librería de eventos, nombre de la biblioteca donde tenemos todos nuestros medios para trabajar. En el caso de la estabilización hará una con los trozos de clip con demasiada vibración para poder estabilizarlos y otros con los clips a los que se ha logrado estabilizar. En el de las personas, una para las diferentes combinaciones. Pero en realidad, esas carpetas con eventos (cuya clasificación automática es plenamente personalizable) no son clips en sí, son índices de búsqueda de los clips originales.

Los clips completos siempre estarán en el nivel raíz más alto de la colección (distinguida con una estrella) y el resto de subcarpetas son clasificaciones de los mismos en función de datos de entrada y salida, para poder tener diferentes tipos de organización del material. Podremos tener tantas carpetas y criterios de división como queramos, no solo las automáticas.

Ese es el concepto de las carpetas inteligentes (smart collections) y de la librería de eventos. Imaginen que tenemos los clips, pero solo determinados trozos son válidos porque son tomas válidas. Creamos palabras clave y las asociamos a un clip donde ya hemos marcado un punto de entrada y salida. Le ponemos la palabra Valido, y dicha palabra la vamos asociando a los diferentes trozos que nos valen. O también podemos marcar los trozos que queramos como favoritos o trozos que rechazamos porque no nos sirven. Eso creará una carpeta automática con la palabra clave para ver.

De esta forma, si tenemos tomas válidas pero luego queremos clasificar según donde fue rodado, o cuántas personas salen, si la toma es de día, de noche, en interior, en exterior, si son tomas falsas para usar en otro montaje… todo pueden ser palabras clave. Luego podemos crear Smart Collections en las que podemos seleccionar los diferentes criterios que queramos de formatos, datos o palabras clave, entre otros: podemos tener tomas estabilizadas, con la palabra clave válida, rodada en exterior y de noche. El programa creará una colección y cuando marquemos clips con esta combinación, automáticamente, lo incluirá en dicha Smart Collection, como sucedía con las listas inteligentes de iTunes, por ejemplo. Cada clip o selección del mismo puede tener tantas palabras clave como queramos. Solo creamos un Smart Collection, le damos un nombre, doble click en su icono y se abrirá la ventana de filtros que nos permitirá añadir palabras clave, opciones de formato, puntuación (si hemos dicho si es favorita), fecha, formato o cualquier otro dato que podremos sumar como criterio de búsqueda. Podemos crear igualmente Smart Collections que solo nos muestren el contenido de audio o cualquier otra característica.

Las posibilidades de importación (salvo en DV o HDV que se ha perdido funcionalidad) son muy buenas, pero lo que es realmente brillante es la organización del material, dándonos una flexibilidad de trabajo y organización realmente increíble y muy útil. Las Smart Collections y las detecciones automáticas, que funcionan muy bien y con un alto porcentaje de acierto, ayudan muchísimo en la tarea de organizar el material de la manera más óptima.

Hay una cosa muy importante a tener en cuenta para aquellos que trabajan con más de un disco en su trabajo diario, quiere decir, que tienen un disco externo para grabar su material y editar o que no quieren usar el disco por defecto del Mac. Conectado un disco externo o cualquier otro punto de montaje elegible, este no va asociado al proyecto sino a los eventos que usaremos para dicho proyecto. Es decir, cuando importamos material, podemos crear eventos para este, donde irá todo el material que importaremos. Dicho evento podremos situarlo en cualquier disco que esté montado en el equipo, y cuando creemos el proyecto, tendremos que elegir qué evento es el principal del mismo. Por lo tanto el proyecto se creará en el disco donde se hayan guardado los eventos, sea cual sea.

Para trabajo itinerante, FCP X buscará automáticamente cualquier proyecto o eventos presentes en discos montados del sistema, y da igual que dichos eventos o proyectos estén creados en otra máquina, por lo que nos permite facilmente usar un disco externo para nuestro trabajo y luego montar o editar en cualquier equipo con solo pinchar este. E importante, aunque elijamos que un evento es el principal de un proyecto, siempre podremos usar clips de otros eventos, mientras estén presentes en el equipo.

Editando, línea de tiempo magnética

¿Y qué es la línea de tiempo magnética? Pues es el cambio de flujo de trabajo más importante para la edición. Esta línea de tiempo lo que hace es dejar unidos siempre los clips sin espacio entre ellos (a no ser que forcemos esto, cosa que puede hacerse).

Por defecto, toda la edición irá unida clip a clip, y eliminado uno, el siguiente a este se arrastrará y pegará sin dejar el hueco que normalmente queda cuando eliminas uno de una línea de tiempo en cualquier otro programa de edición. De esta forma, nuestro montaje se convierte en algo mucho más dinámico, pues si hay algún clip que no nos convence, aunque tengamos una edición muy larga, podemos quitarlo, reducirlo o ampliarlo y todo el montaje se ajustará en tiempo real sin perder todo lo que ya hayamos realizado.

Podemos de igual forma insertar un clip seleccionado de los eventos en un sitio determinado (donde esté el cursor) con la simple pulsación del botón de insertar en línea de tiempo principal. Al hacerlo, se dividirá el clip donde está el cursor, se insertará el clip, y el resto de elementos de audio o vídeo se desplazarán sin perder su estructura para dejar hueco a este. También podemos elegir insertarlo al final del clip donde esté el cursor. Cuando queramos ajustar la entrada y salida de dos clips, con respecto a su transición, pulsamos CTRL+E en la transición y accedemos al editor de precisión (similar al de iMovie) que nos permite ajustar visualmente los puntos del clip con respecto al otro y a su transición. Una vez terminado, volvemos a pulsar CTRL+E y todo queda ajustado.

Lo importante es que hagamos lo que hagamos, toda nuestra estructura de clips de vídeo y de sonido siempre permanece inalterable, por mucho que ajustes tamaños, borremos clips o dividamos uno para luego borrar un trozo. La línea de tiempo magnética permanece inalterable en todo el material ya editado, hagamos los cambios que hagamos. Incluso si usamos el Retime de un clip, nos pondrá una línea de ajuste sobre el clip, que podremos mover visualmente y ajustará de manera automática la duración del mismo. Podemos usar los perfiles por defecto para 25%, 50%, 100% o velocidades x2 o más, pero arrastrando el extremo derecho de esa barra sobre el clip, tendremos control absoluto. Y lo más importante, todo muy visual, adaptándose todo el material en tiempo real sin perder su estructura y organización.

Otra novedad es que no hay pistas, sino que se implementa otro concepto de la misma. Es decir, tenemos tantas pistas de vídeo y audio como queramos e igual que en otros programas, las pistas de sonido puestas en el mismo momento temporal sonarán al mismo tiempo y los clips de vídeo puestos en pistas superiores a la principal, crearán una capa nueva. La pista principal (o primary storyline) siempre será la capa de menor nivel. Pero no hay una pista de por sí, donde podamos tocar las propiedades de la misma o ponerle un nombre. El concepto de pista se difumina un poco, pero al final (a mi entender) se vuelve más práctico pues no estás supeditado a estas. Permite mayor flexibilidad de configuraciones personalizadas por cada clip, sea de vídeo o sonido, sin importar tanto la posición. No podemos hacer un mute (silenciar) de una pista de vídeo o sonido, pero podemos deshabilitar o habilitar clips, o crear un conjuntos de clips para que creen una reproducción en solitario.

A la derecha de la línea de tiempo, tenemos los posibles elementos que nos ofrece el programa, muchos de ellos heredados del último iMovie, pero totalmente manipulables a todos los niveles: podemos cambiar fondos, efectos, posiciones, tamaños, tipos de letra… Esto nos proporciona unos niveles de creatividad mucho mayores. Aparte de estos, tenemos otros muchos tipos de efectos, transiciones, titulaciones, transiciones generadas (que incluyen animaciones en la transición con un canal alfa para ver nuestro vídeo) y muchísimo material que ayudará a nuestra creatividad y que tiene un toque profesional de gran calidad. Digamos que la librería es una mezcla entre las opciones que tiene o necesita todo programa profesional, unido a otras más de nivel usuario extraídos o inspirados en los conceptos que ya conocemos de iMovie. Por lo tanto, tenemos lo mejor de cada casa.

Algo muy bueno que tiene la librería de efectos y demás, es la previsualización en tiempo real de cada uno de los efectos, titulaciones o transiciones. De esta forma, no hace falta que los usemos para saber qué harán. De igual forma, los render son mucho más suaves y tienen detalles que invitan a usarlos. Por ejemplo, las transiciones de desplazamiento jamás me han gustado en ningún programa, porque quedan muy mal, poco profesionales. Pero en este caso, un pequeño efecto de anti-aliasing en los bordes mientras se realizan, le dan un toque a todas ellas muy apto para su uso sin perder el toque profesional, dándole un toque mucho más elegante y un mejor acabado.

Tenemos muchas transiciones creativas, pero lógicamente también aquellas más usadas y comunes para cualquier montaje como los diferentes tipos de disoluciones o por transiciones de color. Como hemos dicho, el abanico es muy amplio: desde las transiciones de temas que usaba iMovie (personalizables), pasando por diferentes efectos con capas pre-renderizadas (flashes de luces, difuminados, giros, mosaicos, un telón de teatro...) e incluso titulaciones que incorporan efectos para aparecer o desaparecer, ya pre-creados, muy prácticos y configurables a nuestras necesidades.

Y habrá más aún, pues una función que tiene Motion 5 es la posibilidad de crear generadores para Final Cut Pro X, lo que permite generar efectos, transiciones o titulaciones pre-creados con renders, perfectamente usables desde FCP X, aunque no tengamos comprado Motion. Entiendo que en breve habrá muchas opciones tanto de pago como gratuitas generadas por terceros, que harán que nuestra librería y nuestras posibilidades aumenten exponencialmente.

Tenemos multitud de efectos de color o de proceso de imagen, para convertir día en noche, terremoto, grano de película, efecto de película antigua, sepia, imagen de sueño, poner bandas de imagen panorámica, máscaras, negativo, los necesarios efectos de fondo croma e incluso un efecto como si grabáramos con un cámara de vídeo… tenemos una infinidad de estos, que igualmente podemos previsualizar sobre un fondo de montaña para ver qué efecto hace exactamente antes de aplicarlo.

Cuando elegimos un efecto, por ejemplo, solo tenemos que arrastrarlo al clip donde queremos aplicarlo, y este se aplicará a todo él. Luego, desde el inspector de propiedades del clip, tendremos acceso a los posibles parámetros de configuración de este, y podremos crear (posicionando el cursor donde queramos) diferentes keyframes que nos ayuden a realizar transiciones de cualquiera de los parámetros o que este solo se aplique a parte del clip, como normalmente se haría con esta opción en cualquier otro editor. Por lógica, cada keyframe va asociado a cada efecto dentro de cada clip, todo en función de la posición que tenga el cursor sobre la línea de tiempo en ese momento.

Si arrastramos una transición, esta se pondrá con la duración por defecto entre los dos clips donde la soltemos, pudiendo ampliar y reducir esta pinchado y arrastrando. Con el inspector no podremos establecer el fotograma de entrada y salida de cada uno de los clips, pues ya se hace sobre la línea de tiempo, pero sí podremos retocar los parámetros del efecto como posición, intensidad, o algunos parámetros que modifican específicamente la transición. A dichos valores podremos aplicar igualmente keyframes para personalizar cómo será esta. Con el editor de precisión, será donde podamos cambiar el punto de entrada y salida de la transición o ajustar el tamaño de los clips que tienen una añadida.

Las transiciones llevan asociado a su vez un efecto de fundido cruzado de sonido entre el audio de los clips que forman parte de este. El tipo de fundido in y out es una línea de +3dB, pero podemos cambiarlo a -3dB, lineal o una S-Curve. Esto es algo que me ha enamorado ya que siempre acabo harto de poner los los fundidos en mis montajes sobre el audio principal, y el tener este efecto lógico de manera automática es una gran ventaja.

Si tenemos una transición en un sitio determinado, pero decidimos cambiarla, solo tenemos que arrastrar la nueva sobre la antigua y se sustituirá, conservando la estructura gracias a la línea de tiempo magnética. Si queremos borrar una, la marcamos, pulsamos borrar y desaparecerá. Todo muy sencillo e intuitivo. En función del material disponible para la transición, el programa la situará en el sitio mejor (tal vez no en el centro) para evitar el problema de fotogramas repetidos cuando ponemos una al principio de un clip o al final. El editor de precisión siempre nos permitirá ajustar como queramos.

En cuanto a los títulos, son pistas de vídeo secundarias a la principal (con su canal alfa) y nos permiten igualmente realizar cualquier modificación en cuanto a tamaño, tipo de letra, posición, etc. Hay que tener cuidado porque si escribimos cualquier texto con tildes, el programa se cerrará (un bug). La única forma de poner tildes en nuestros textos es escribirlos en otro programa (TextEdit, por ejemplo) y hacer copy+paste al inspector de propiedades donde cambiamos el texto. La titulación se coloca en tiempo real sobre la edición y podremos cambiarla en real. Existen muchos efectos de titulación muy buenos, más allá de un título simple, con efectos de aparición, desaparición, movimiento, luces y muchos más.

Dentro de la opciones, también podremos arrastrar imágenes estáticas en las que se puede hacer cualquier efecto básico, con o sin ayuda de keyframes, así como arrastrar archivos de sonido, incluso desde la propia librería de iTunes. Estos se generan como pistas de sonido independientes de la principal, que normalmente será el audio de los clips que estén la línea de tiempo principal (primary storyline).

Otras interesantes opciones que tenemos es la de separar la pista de audio del primary storyline para que sea una pista más a tratar, o la utilización de los placeholder o los huecos (los gap). Si al borrar un clip, pulsas CMD a la vez que el borrado, la línea de tiempo no se reestructurá, sino que dejará un clip vacío (que podremos redimensionar como queramos) y que nos ayudará a marcar, por ejemplo, cuando un material va a insertarse posteriormente. También podemos insertar estos gaps desde el menú en la posición que queramos, y luego ajustar su tamaño.

Pero de igual manera, podemos insertar placeholders. ¿Recuerdan los trailers de iMovie donde aparecía una especie de storyboard del tipo de plano y personas que actuaban en él para saber qué material teníamos que usar? Pues eso son los placeholders. Podremos insertar clips vacíos que tengan referencia de personas y tipo de material filmado, para poder trabajar en nuestros montajes aunque haya material que no nos hayan dado o que esté por rodar. Luego, estos placeholders se pueden sustituir por cualquier clip con solo arrastrar, y aunque no duren lo mismo, nuestra línea de tiempo magnética lo ajustará él solo.

El trabajo con los clips está cargado de todo tipo de opciones. No solo podemos tocar y retocar cualquier parámetro de cualquier clip en cuanto a imagen y sonido (a través del inspector) e incluso información del mismo, sino que cada uno de los efectos igualmente es totalmente personalizable en todos sus parámetros (algunos más que otros dependiendo del efecto). De hecho, una vez tengamos una serie de clips organizados como nosotros queremos, con mezclas de sonido e incluso varias capas de edición, podemos seleccionar todos ellos y crear un compound clip, lo que genera un único clip en una línea con todos esos elementos seleccionados. De esta forma, terminada una composición determinada, tendremos más control para organizarla en una función que va más allá de la clásica agrupación que incorporan otras soluciones.

Otras de las cosas más interesantes que he encontrado (previo a haber realizado un análisis de balance de color en los clips implicados) es la posibilidad de igualar el color y los parámetros de brillo y contraste entre dos clips. Situado en un clip, elegimos Match Color, pulsamos en Choose y el cursor nos permitirá pulsar en otro punto de otro clip diferente. Al pulsar, el color y los valores básicos del clip se igualarán por aproximación, de forma que conseguiremos una igualación muy bien conseguida para, por ejemplo, tomas rodadas con diferentes luminosidades o momentos del día, que parecerán rodadas en el mismo momento. De igual forma, con el menú contextual podemos hacer otras cosas como insertar una disolución cruzada automáticamente, separar el audio, reemplazar por un gap el clip o duplicar el mismo dentro de Audition, última de las funciones que vamos a comentar.

Imaginad que tenemos varias tomas posibles para un mismo clip, pero no sabemos cuál usar. No importa: podemos añadir tantas tomas como queramos de diferente duración y crear lo que en FCP X se llama Audition. Esto no es más que la posibilidad de cambiar en tiempo real, entre diferentes tomas posibles, y ver el resultado de cada una en el momento para decidirnos cuál queda mejor. Si luego cambiamos de idea, volvemos a Audition, seleccionamos otra toma diferente que nos convenza más, y la línea de tiempo se ajustará automáticamente. De esta forma, nuestro trabajo en edición será mucho más efectivo pues podremos ver qué clip o toma queda mejor de las diferentes opciones, dentro del montaje completo. Audition permite que cada toma dentro de él, tenga sus propios efectos, movimientos, corrección o lo que queramos de manera independiente. Si tenemos una toma, pero creemos que queda mejor algo más corta, la duplicamos en Audition, la acortamos, y probamos cómo queda de una manera o de la otra. Muy simple.

La selección de clips o trozos de los mismos es similar a iMovie, pudiendo marcar un rectángulo amarillo con el ratón. Pero la forma más práctica es movernos con el cursor sobre los clips y marcar con las teclas I y O, los puntos de entrada y salida del mismo. Luego lo arrastramos a la línea de tiempo y sin problema. El Viewer (que puede estar en un monitor secundario, como ya hemos dicho) nos mostrará siempre el contenido que nos interese en ese momento, bien de la parte de monitor para seleccionar contenido entre los clips de los eventos, bien la línea de tiempo de nuestra edición.

Exportar o trabajo itinerante

Como hemos comentado, el trabajo itinerante es tan sencillo como situar los eventos en el disco que queramos. Si tenemos un ordenador para trabajo y creamos una librería de eventos en un disco externo, los proyectos se crearán en dicho disco externo.

Si nos llevamos ese disco a otro ordenador e incorporamos más eventos, cuando pinchemos ese disco en el primero, los eventos estarán actualizados así como el propio proyecto que además, incluye la función de autosave, de forma que no hará falta estar grabando nuestros cambios editando con una mano en CMD+S. Si por cualquier motivo, necesitamos una copia concreta del proyecto en un momento determinado, solo tenemos que ir a File, Duplicate, y crearemos una versión del mismo en ese momento temporal. Su ubicación siempre será en el disco donde estén los eventos asociados.

En cualquier momento que nos sea necesario, podremos trasladar cualquier evento de la librería, con todos sus clips y configuraciones, a otro disco de los montados en el equipo. Basta ir a File -> Move Events y nos mostrará una lista de los discos que podemos usar. Pulsar en OK y moverá todo el contenido al nuevo disco. Como es lógico, este cambio no puede deshacerse, pero sí se puede volver a trasladar (como es lógico) del disco secundario al del Mac en cualquier momento.

De igual forma, si nos interesa conservar una copia de la librería de eventos (que también incluye el autosave) tal cual esté en un momento determinado, podemos duplicarla y luego moverla a otra disco para trabajar o dársela a otra persona. Pinchado el disco en otro ordenador, Final Cut Pro X detectará todas las librerías de eventos de los discos presentes en el sistema y nos permitirá elegir su contenido. Podemos mover cualquier evento de la librería a la papelera, organizarlo para que cualquier elemento que esté en diferentes ubicaciones se normalice en el mismo destino o incluso fusionar eventos dentro de la librería. Todo el contenido de proyectos, librerías, eventos, ficheros de render intermedios y demás material de disco, está presente en la carpeta Películas (Movies) de nuestro sistema (u otro disco), en las carpetas Final Cut Events y Final Cut Projects.

A la hora de exportar el material realizado de un montaje, con FCP X nativamente solo tenemos dos opciones: exportar a H.264 en una configuración de calidad alta o sacarlo directamente en Apple ProRes. Pero además, tenemos disponible otra serie de perfiles muy básicos para exportar directamente a cualquier dispositivo Apple (iPhone, iPad, Apple TV u ordenador), exportar a DVD o Bluray (que quemara un disco con un menú básico), a Podcast Producer, por eMail o enviarlo a cualquiera de los servicios más populares de vídeos de internet como YouTube, Vimeo o incluso Facebook.

Podemos exportar la película completa, exportar solo el audio, exportar el frame actual o una secuencia de imágenes e incluso preparar el vídeo para emisión en streaming por http. Si hemos comprado Compressor junto a Final Cut Pro X, podremos también enviar el montaje a este, y una vez ahí usar las configuraciones que queramos, con una interfaz idéntica a la anterior versión de este software.

Conclusiones finales

Hay mucha gente que lo llama iMovie Pro, pero sinceramente y después de tratar con él, opino que es totalmente injusto y producto de alguien que no ha trabajado con él y no se ha molestado en saber hasta donde puede llegar este brillante software.

La realidad, y llevo muchísimos años trabajando en el mundo de la edición, donde he hecho trabajos para festivales, cortometrajes, entregas de premios y mucho más, es que Final Cut Pro X será mi nuevo compañero de fatigas, y espero que por muchos años. Me ha conquistado de la manera en que se convence a alguien: con hechos.

Es un programa robusto, con muchísimas opciones para facilitar y hacer ediciones vistosas y rápidas pero que a la vez no deja de lado ni una sola de las opciones que un profesional necesita para hacer una buena edición. En mi opinión, seguimos teniendo las mismas herramientas, incluso muchas más. Pero sí es cierto que se ha facilitado la entrada a él a perfiles de usuario más bajo para que puedan también sacar provecho del mismo. Como una buena herramienta, cada uno le sacará provecho a su manera y en su nivel. Yo he hecho un repaso general de lo más importante pero hay infinidad de detalles más que tiene este programa para aprovecharlos.

Es cierto que hay tres cosas que los profesionales del mundillo echan en falta: soporte de cinta mucho más completo (donde pueda exportarse a ella, cosa que no puede hacerse), funcionalidades XML que le den soporte a formatos de exportación a otros programas como EDL, AAF o OML y una edición multicámara. Pero seamos sinceros, eso es algo que muy poca gente usa (perfiles muy concretos, incluso dentro del mundo profesional) y para aquellos que lo necesiten hay soluciones de terceros que le darán este servicio (menos en multicámara). Si sumamos el coste de estos productos de terceros al de Final Cut Pro X, sigue siendo más barato que otras soluciones profesionales como Avid o el Adobe Premiere Pro.

Entiendo y comprendo a aquellos que han visto desaparecer de Final Cut Pro cualquiera de estas tres funcionalidades, cuando su trabajo del día a día lo requiere. Entiendo a los que ven un nuevo flujo de trabajo y una pérdida completa del control de nuestros archivos más allá del disco donde su ubican. Pero por un lado, hay cosas que pueden hacerse con soluciones de terceros que permiten hacer algunas de estas cosas, y esperar a que Apple actualice para dar, al menos, el soporte de exportación XML o la funcionalidad de edición multicámara (ambas ha dicho oficialmente que las incorporará en futuras versiones).

A los cambios del programa, es fácil acostumbrarse y mejoran nuestro flujo. Siempre tendremos la opción, si no queremos entrar por el aro de esta nueva versión, de usar Final Cut Pro 7 (al que Apple seguirá dando soporte incluso en Lion), por lo que pueden seguir trabajando con este como hasta ahora, mientras el nuevo software se actualiza o si no les convence los cambios o no quieren cambiar.

A mi, personalmente, la nueva manera de editar con la línea magnética, la gestión de los eventos, las posibilidades de edición y post-proceso, la infinidad de herramientas que maximizan mi productividad y minimizan el tiempo en los trabajos con unos resultados mucho más vistosos y profesionales, me han convencido. He pasado muchas horas delante de él para darles una aproximación lo más real posible, basada completamente en hechos y en trabajo real, y aquí tienen mi experiencia y mi conclusión.

Apple ha realizado un trabajo encomiable, ha realizado un programa con un análisis de funcionalidad espectacular, que proporciona un paso de gigante en el mundo de la edición de vídeo y que, y creo que esto es un problema para algunos profesionales, permite a los usuarios amateur manejar un programa profesional y obtener resultados de buena calidad.

Al final, un profesional es lo que es: es aquella persona que se gana la vida en esto y cuyos resultados, gracias a su capacidad de contar historias visualmente y utilizar todas las herramientas en su mano, consigue trasladarnos mucho más allá del montaje en sí. Alguien que da unos resultados a la altura de la expectativa o más allá. Final Cut Pro X será una gran herramienta de trabajo para ellos.

9'5/10

Final Cut Pro X inicia una nueva era donde las herramientas se perfeccionan mucho más de lo que han sido hasta ahora, y donde se rompe con un estancamiento de años y años en los flujos de trabajo, optimizando estos. Habrá quien no quiera adaptarse a ello, quien no comparta esta opinión y considere que estábamos bien como estábamos. Todo ellos tienen otras opciones en el mercado. Lo bueno del mismo es que siempre haya soluciones para todo el mundo. La mía se llama Final Cut Pro X.

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