Hagamos un ejercicio de imaginación: Cierra tus ojos por un momento y piensa que eres multimillonario. Tienes tanto dinero, que eres de los que ha hecho viajes turísticos al espacio, ya le has dado la vuelta al mundo dos veces y tienes millones de dólares (o euros si prefieres) invertidos en negocios que van de viento en popa. Si eres ese afortunado ser: ¿Pagarías más de un millón de dólares por un iPad?

Antes de que te precipites a responder, te voy a describir la edición especial de este tablet de firma de la manzana mordida que se cotiza en 1,2 millones de dólares (más de 800 mil euros al cambio): Es un iPad personalizado en la parte del marco y la parte trasera.

Así que 300 diamantes que recubren gran parte del marco y parte trasera del tablet de Apple. Además, se ha utilizado un kilogramo de oro blanco para decorar su carcasa.

La excéntrica pieza es obra de la prestigiosa firma británica Camaél London que ha decidido personalizar el iPad para sus pudientes clientes. Vamos que para pagar 1.2 millones de dólares por este gadget se deben tener muchos ceros en la cuenta bancaria, ¿no?

Ahora bien, el iPad funciona, no es un mero elemento decorativo, no vayan ustedes a creer. Se trata de un terminal perfectamente operativo, aunque claro está, ya pesa más que el resto de los iPads comunes, corrientes y mortales.

Nótese el "detallito" de la manzana y el botón frontal: Para recubrir tanto el botón frontal como el logo de la manzana, se han utilizado "pedrusquitos" negros.

Sin duda alguna esta versión del iPad de Camaél London deja por el suelo la que hace poco más de un año nos mostraban los compañeros de AppleWeblog y que era obra de Mervis: Un iPad recubierto con 11,43 quilates de diamantes y valorado en 20.000 dólares. ¡Nada que ver, ése era para pobres!

En fin, que al leer estas noticias uno se queda un poco descolocado de la realidad del mundo, porque si hablan de crisis económica mundial, sabemos que día a día cientos o quizás miles de personas mueren de hambre en el mundo, ¿cómo puede existir gente capaz de invertir más de un millón de dólares en semejante aparato? ¿Y para qué?

Luego de esa breve reflexión, que no es la idea que suene a sermón de Iglesia ni nada parecido, volvemos a la proyección de nuestra imaginación que hacíamos al principio: Supongamos que tienes el dinero, ¿te comprarías este iPad? Sea cuál sea tu respuesta, anímate a explicarla en los comentarios.

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