Hoy 25 de mayo es el Día del Orgullo Friki, fecha que coincide con el aniversario del estreno de la primera película de la saga Star Wars y con la que, según la definición de Wikipedia, es un día para reivindicar el derecho a ser friki. La línea que separa al friki del geek es muy fina y, muchas veces, ambos términos de confunden, usándose friki en un sentido mucho más amplio y, prácticamente, para cualquier ámbito. Asumiendo que uno es geek y además, en cierta medida, también algo friki, hoy ha sido el día de venir al trabajo con una de mis camisetas de Star Wars y reivindicar este día al que los compañeros de Bitelia y ALT1040 han dedicado un par de artículos.

Alguna vez que otra he comentado que trabajo en un departamento de IT y, como era de esperar, nos consideran los frikis de la empresa ya sea por nuestras aficiones, manías o el trabajo que hacemos. De todas formas, he de reconocer que sí que tenemos algunas costumbres que sí que están muy cercanas al frikismo y que, en determinadas ocasiones, nos hacen parecernos a los personajes de series como IT Crowd o Big Bang Theory.

Vamos a revisar siete costumbres, propias o fruto de la observación, que vistas fuera de contexto harían que alguien nos considerase un friki, algo de lo que, personalmente, me siento bastante orgulloso. Comencemos.

1. Obsesión por un orden determinado en las ventanas abiertas

He de reconocer que he pasado por épocas en las que era un auténtico maniático con el orden de las ventanas que tenía abiertas (Thunderbird primero, luego Firefox o Chrome y, después, el resto), de hecho, usando los escritorios múltiples en Gnome (en el que me ponía, al principio, cuatro escritorios) tenía dedicado cada escritorio para una tarea muy concreta. Hay mucha gente para los que el orden de las ventanas es fundamental para poder trabajar, ya sean manías o, simplemente, la costumbre de encontrar siempre lo mismo a un golpe de ratón.

Recuerdo a un desarrollador que conocí hace tiempo que solía abrir hasta quince ventanas, una para cada archivo que estaba editando/codificando y, si por error, cerraba alguna de ellas, las cerraba todas y volvía a abrirlas para que volviesen a a adoptar "su orden correcto".

Los usuarios de Windows 7, por ejemplo, tienen parte de este problema solventado gracias a la función de anclar programas a la barra de tareas, además de existir aplicaciones que, precisamente, sirven para mantener el orden que queramos en las ventanas abiertas. Quizás para muchos de nosotros es normal, es como si alguien dedica una zona de su mesa a las bandejas de documentos, pero en algunos casos, visto desde fuera a más de uno le acaba sorprendiendo.

2. No sin mi terminal

Los entornos gráficos han popularizado mucho el uso de ciertos sistemas operativos, por ejemplo, los basados en GNU/Linux, ya que los usuarios menos experimentados podían manejar su PC de la misma manera que lo hacían en un sistema Windows, es decir, con su ratón y con un entorno gráfico basado en un escritorio. Sin embargo, los usuarios más avanzados se siguen decantando por el terminal y la consola, lo cual, por ejemplo, es bastante habitual para trabajar con servidores.

Sin embargo, llevar esta obsesión por usar la consola para cualquier actividad nos puede hacer parecer un "bicho raro" si, al final, todo lo ejecutamos usando un terminal. Gnome, por ejemplo, con el paso del tiempo ha ido mejorando mucho las funcionalidades que ofrece a los usuarios, por ejemplo, la configuración de red y, concretamente, la configuración de una red wifi, algo que podemos hacer con apenas tres golpes de ratón. Pero claro, ¿por qué hacerlo con cuatro golpes de ratón si podemos hacerlo mediante comandos y desplegar todo nuestro conocimiento?

3. Trabajar en un entorno en el que se podría rodar una temporada de IT Crowd

Si hay algo que asocian a los geeks, aunque nos acaben llamando frikis, es el microcaos que reina alrededor de nuestro espacio de trabajo; bueno, microcaos para los ajenos a nuestro entorno porque para nosotros es algo bastante normal y nos parece bastante cómodo.

Si nuestro entorno de trabajo se compone por una mesa en la que tenemos más de una pantalla de ordenador, más de un equipo o algún gadget como un hub de puertos USB que además es un calentador de tazas o una batería de misiles y andamos rodeados de cajas, cables o equipos obsoletos, tenemos muchas papeletas para que en nuestro despacho se pueda rodar una temporada de IT Crowd y, al final, nuestros compañeros de trabajo nos acabarán llamando frikis.

IT Crowd

4. Monitorizarlo todo

Si hay una manía que muchos tenemos es la de la monitorización. Está claro que si trabajas en un departamento de IT has de implementar sistemas que te permitan monitorizar todos tus servicios y activos, de hecho, alguna vez que otra hemos hablado de Nagios, Cacti o algunos servicios gratuitos que nos permitan monitorizar nuestros portales web, sin embargo, al final, esta manía de tenerlo todo bajo control nos hace que terminemos monitorizando todo, desde nuestra conexión a Internet o nuestro equipo, sembrando el escritorio de widgets para mantener bajo control el consumo de recursos del sistema.

No hay duda que implantar un sistema de monitorización es importante porque nos permite recibir una alerta cuando algo no funciona como debiese pero una monitorización excesiva y, por tanto, un exceso de información, al final, hace mermar la eficacia porque muchas de las alarmas se terminan ignorando y, las más importantes, acaban emborronadas por las que no lo son tanto.

5. Todos tus servidores tienen nombres relacionados con alguna saga

Yo creo que más que una manía es una costumbre que está muy extendida. Rara es la empresa que no tiene algún sistema o servidor de nombre Sauron en honor al Señor de los Anillos, Nexus 6 rememorando a los replicantes de Blade Runner o algún proxy de nombre Stargate.

Casi todas las granjas de servidores concentran en sus armarios a los personajes más conocidos de las sagas más importantes de la ciencia ficción porque aunque existan normas y guías de buenas prácticas que indiquen que se deben elegir nombres que sinteticen la función o el proyecto al que está asociado el servidor, si las siguiésemos, nuestro centro de datos sería demasiado aburrido.

movil

6. Te estás convirtiendo en un accesorio de tu smartphone

Hoy, precisamente, leía un estudio relativo al uso de los smartphones y que mostraba cómo una gran parte de la población mundial rozaba, básicamente, la adicción. Los smartphones, desde un punto de vista profesional, han supuesto toda una revolución que ha permitido mayor movilidad de los empleados de una compañía sin que, además, pierdan la conexión con su trabajo (por ejemplo, teniendo siempre acceso a su correo electrónico). Sin embargo, esta posibilidad de estar siempre conectado al trabajo, sumada a la posibilidad de estar conectado a nuestros amigos (usando Whatsapp, Twitter, Facebook o haciendo check-in con Foursquare) nos ha hecho estar aún más pegados al móvil.

De hecho, prácticamente hemos pasado de un escenario en el que el móvil era un accesorio a ser nosotros los accesorios del móvil porque siempre estamos pegados a él y, en algunas ocasiones, nuestra vida gira alrededor de él. ¿Y qué tiene que ver todo esto con el día del orgullo friki? Pues en algunos entornos, por ejemplo, poco tecnológicos, sigue chocando el ver a alguien que cada vez que entra en un establecimiento saca el móvil para hacer un check-in, contestar cada minuto a los mensajes de Whatsapp o mandar fotos a través de Twitter. ¿Es esto malo? Bueno, cualquier cosa llevada al exceso no es buena y, lógicamente, todo tiene su momento. Lo que sí que es cierto es que hay que encontrar un equilibrio entre nuestra conexión con el mundo móvil y el más terrenal.

7. Blindas tu red wifi pero pirateas la de tu vecino (aunque sea como un reto)

La proliferación de las conexiones de banda ancha y dado que, en muchos casos, venían acompañadas de routers inalámbricos, permitió que en muchos hogares se acabase teniendo más de un equipo o, simplemente, un portátil que poder usar en cualquier lugar del hogar. Pero claro, al mismo tiempo que se extendió el uso de las redes inalámbricas, fuimos descubriendo que existían aplicaciones que podían descifrar la contraseña de redes que usasen cifrado WEP (que es el que usan la mayoría de operadoras).

Lógicamente, a nadie le gusta que entren en su red wifi por lo que, por norma general, solemos poner algunas barreras que no se lo pongan nada fácil a aquellos que van buscando redes con las que conectarse de manera gratuita. Pero claro, al igual que blindamos nuestra red todo lo que podemos, si a nuestra casa llega la señal de redes vecinas, ¿por qué no "probar" si son vulnerables?

Aunque sea como mero ejercicio para demostrar que somos capaces de hacerlo, hay gente que se dedica a piratear "redes solidarias" por el mero hecho de estar emitiendo cerca de su casa o trabajo y, además, poner en práctica algún tutorial o distribución GNU/Linux diseñada a tal efecto.

Viendo esta lista, seguramente, me deje algunas más en el tintero, así que sentíos libres de añadir las que consideréis oportunas en el apartado de comentarios. Lo que está claro es que, de estas ocho, me veo reflejado en unas cuantas así que, por esa regla de tres, debo ser un friki algo que, por otra parte, ya sabía.

Como decían en uno de los vídeos que Elías ha señalado en el post de ALT1040, "larga vida al friki" y, concretamente, a los que nos apasiona el mundo del software e Internet.

Feliz día del orgullo friki a todos.

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