Ayer una noticia corrió como la pólvora por la red y, personalmente, me dejó bastante sorprendido. Dos de las grandes compañías de la red, Facebook, la reina de las redes sociales, y Google, el gran gigante, habían pasado de la rivalidad a la guerra sucia: Facebook había contratado a una empresa de comunicación para promover bulos por la red relativos a Google para atacar, y desprestigiar, a su rival. Está claro que esto es tan antiguo como el propio mundo corporativo y las relaciones públicas, sin embargo, en esta ocasión, el pastel se ha descubierto muy rápido y, además, se ha extendido por a lo largo y ancho de la red.

¿El supuesto plan de Facebook? Tenía como objetivo extender por la red que un servicio de Gmail, llamado Social Circle, que violaría la privacidad de sus usuarios y las leyes federales de EE.UU. Con tal fin, Burson-Marsteller, la empresa de relaciones públicas ejecutura del "malévolo plan", estaría intentando que los medios sobre el mundo de la tecnología hablasen del tema y, como líderes de opinión, arrastrasen a los usuarios a hablar mal de Google y, por tanto, les generasen una crisis de reputación.

Hoy en día, teniendo en cuenta que vivimos en la era de las redes sociales y las noticias se expanden por la red a velocidades de vértigo, una crisis de reputación es un asunto muy serio y del que las empresas, hoy en día, comienzan a ser conscientes y preparan sus planes y gabinetes de crisis para contrarrestarlas. Independientemente si el rumor es cierto o no, este tipo de crisis te supone un gran bache que se puede traducir, incluso, en pérdidas millonarias.

¿Y por qué Facebook se ha lanzado a poner una zancadilla a Google? Algunos apuntan a que la nueva estrategia de Google, que está tendiendo a entrar en la parcela de Facebook, no ha gustado nada en los dominios de Mark Zuckerberg y su equipo. Pero claro, si a pesar de los fracasos de Google en sus incursiones en la web social, la gente de Facebook ha optado por una estrategia de esta índole, la verdad es que te hace pensar en qué clase de dirección o estrategia tiene Facebook.

Quien pensó en esta estrategia se lució por completo, básicamente porque le ha explotado en la cara y se le ha vuelto en contra. Ahora mismo, quien tiene una verdadera crisis de reputación, o al menos debería tenerla, es el propio Facebook que ha aplicado unas tácticas que parecen sacadas de cualquier película de adolescentes del cine de Hollywood, extendiendo bulos y rumores, lo cual dice bastante del personal ejecutivo de la red social y te hace pensar, quizás, en la poca madurez de algunos de sus miembros.

Y aunque, dentro de las prácticas habituales de las empresas, este tipo de prácticas se hayan dado toda la vida y siempre se haya hablado algo mal de los productos de la competencia (y quizás ese sea uno de los fundamentos de la política, aprovechando que estamos en España en campaña electoral y los mensajes, básicamente, se centran más en el desprestigio que en las soluciones), pasar a la difamación con este plan tan chapucero es un salto al vacio.

A día de hoy, Google+1 no supone una brutal amenaza para Facebook, de hecho, puestos a mirarlo así, más ha hecho Facebook por alcanzar a Google que viceversa (el chat de Facebook frente a Gtalk o el sistema de mensajería de Facebook que permite enviar y recibir correos electrónicos). Salvo que el gigante de Mountain View prepare algo muy sonado, que además es lo que se espera, Facebook sigue siendo, por ahora, el rey de las redes sociales y va a ser muy difícil de desbancar. De hecho, que Skype haya sido adquirida por Microsoft, dejó en tablas a ambas compañías y, por tanto, no ha supuesto una ventaja para ninguna de las dos.

Supongo que, sobre este tipo de cosas, ninguna de las compañías comentará nada y, posiblemente, sea complicado que veamos movimientos derivados de este hecho en Facebook. Lo que sí está claro que la competencia por "el dominio de la red" ha pasado a un plano mucho más agresivo, y nada caballeroso, en el que se ha entrado en "el todo vale". ¿Veremos despidos? No lo creo pero, teniendo en cuenta que esto ha acabado explotando, si yo estuviese en el Consejo de Dirección, depuraría las responsabilidades por este asunto.

La verdad que, dentro de lo que cabe y, sobre todo, viendo la actitud de ambas compañías, esto no me sorprende lo más mínimo, es decir, que Facebook haya seguido este camino, tristemente, no me sorprende; sin embargo, me hubiese sorprendido mucho si hubiese sido la escena contraria pero, quién sabe si en esta nueva era de Google, el "don't be evil" se deja aparcado y, al final, el paso a la ofensiva también les lleva al plano de la guerra sucia, nunca se sabe pero me costaría bastante creerlo.

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