En la eterna competitividad existente entre las dos plataformas móviles con mayor empuje del presente, de vez en cuando se establecen algunos puntos de desencuentro que parecen insalvables. Como si el futuro de ambas dependiera de quedar por encima claramente de su rival, son los propios usuarios de uno u otro sistema los que se empeñan en demostrar a sus oyentes que su elección ha sido la mejor. A veces olvidamos que, como en casi todas las cosas de esta vida, las elecciones se hacen en base a nuestro propio análisis personal, nuestras necesidades y, cómo no, nuestras percepciones subjetivas.

Sin embargo, aparte de ese margen perteneciente nuestras propias apreciaciones, al manejar uno u otro sistema hay algunos hechos que no podemos obviar por mucho que queramos. Por ejemplo, está claro que los criterios de publicación de aplicaciones en el Android Market son más relajados y amplios que los de la App Store. Por contra, también es bastante perceptible que los dispositivos de iOS funcionan aparentemente de forma más fluida que los dispositivos de Android. No hablamos de smartphones recién sacados de la caja o probados en una tienda, hablamos de la ejecución general del sistema durante el funcionamiento diario.

¿A qué se debe esta diferencia? Nosotros, que somos usuarios habituales de los productos de la manzana hacemos bien en conocer más acerca de ello para, de ese modo, añadir algunas pesas más objetivas que subjetivas a la balanza que se inclina a favor de la plataforma de Apple. Nuestros compañeros de Gizmóvil han intentado dar una respuesta al por qué iOS parece ser más fluido que Android y podríamos resumir sus argumentos en cinco líneas generales que os pasamos a enumerar:

  • Un sistema operativo hecho a medida: iOS está diseñado específicamente para los dispositivos de Apple, esto les confiere una efectividad de desarrollo superior si lo comparamos con los fabricantes que se apoyan en Android, quienes deben adaptar el sistema. Se podría comparar a las diferencias que encontramos entre un traje fabricado en serie y un traje hecho a medida, es obvio que este último nos quedará mucho mejor de acuerdo a las medidas de nuestro cuerpo.

  • iOS es hijo de Mac OS: Las capas base de iOS son prácticamente una adaptación de Mac OS, es decir, detrás de ellas hay un trabajo de más de 15 años donde se han ido perfeccionando. No debemos perder de vista este segundo punto, pues destaca los años de delantera que Apple siempre llevará respecto a otros muchos desarrolladores de sistemas operativos... la experiencia es un grado.

  • La multitarea de iOS tiene límites: no existen tantos procesos que Apple haya habilitado para que se ejecuten en segundo plano. Esto, que muchos a veces parecen criticar, le otorga una ventaja esencial cuando hablamos de fluidez de ejecución. La empresa de Cupertino sólo ha permitido la ejecución en segundo plano para algunos procesos que sí esperamos poder hacer en un móvil: escuchar música, terminar de enviar o subir algún archivo a la red, establecer una localización por GPS constante. Pero Apple no entiende su línea móvil como un ordenador, por eso no pide a estos modelos que ejecuten procesos como un ordenador. De ahí el uso de las notificaciones como una forma de mantenernos relacionados con aplicaciones que no tenemos abiertas en ese mismo momento sin comprometer ni la estabilidad general ni la duración de la batería.

  • Objective-C frente a Java: este punto está derivado del primero de esta lista. La mayoría de los frameworks de iOS están escritos en Objective-C (una evolución del lenguaje de programación C) mientras que Android está escrito en Java. Si bien este último posee algunas ventajas como puede ser la flexibilidad para adaptarse a diferentes sistemas físicos, en cambio no trabaja directamente sobre el núcleo del sistema como sí lo hace el lenguaje Objective-C, sino que se comunica con este mediante una máquina virtual que suele ser más lenta y requerir un consumo de memoria elevado (de ahí que un móvil Android necesite de mayor memoria que uno iOS para ejecutar el mismo proceso).

  • Watchdog: este término muy conocido en programación hace referencia a un proceso que "vigila" a los demás que se están ejecutando para comprobar si están haciendo un consumo elevado de los recursos del sistema, o incluso los han acaparado por completo ocasionando un bloqueo. Si este fuera el caso el sistema operativo cierra la aplicación que está generando el problema. Esto obliga a los desarrolladores a depurar muy bien sus líneas de código y a trabajar pensando en consumir los mínimos recursos físicos posibles.

En definitiva, son muchos los puntos que Apple ha cuidado hasta el mínimo detalle para conseguir que la sensación cuando estamos a bordo de un iPad o un iPhone sea la de estar manejando una máquina de precisión que funciona como un reloj. Y aunque está claro que estas diferencias se irán reduciendo con el paso del tiempo, conforme los desarrolladores de Google adquieran mayor experiencia, es un factor muy importante a tener en cuenta en nuestras próximas adquisiciones así como al intentar argumentar frente a un poseedor de dispositivo Android.

Imagen: Wallpaperhd

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: