Mac OS 10 (X para los amigos romanos) ha cumplido 10 años. Tal día como hoy, hace 10 años, Apple sacó al mundo Mac OS X 10.0 Cheetah (el guepardo fue el primer felino de la casa). Curiosamente en aquel momento Microsoft estaba ultimando los preparativos de lo que sería Windows XP, que lanzó en octubre. Es curioso ver como un sistema como XP, todavía muy vivo entre los usuarios, fue creado casi al mismo tiempo que OS X 10.0, versión esta que para todos los usuarios de Apple nos queda muy muy lejos.

Pero lo importante es que estábamos en una época donde los iMac eran casi una novedad con poco tiempo en el mercado (apenas 3 años) los iPod acaban de llegar al mundo hacia pocos meses, y los ordenadores (como los Macs) se movían a velocidad de vértigo de casi 800Mhz. Apple empezaba a dar sus primeros frutos claros desde la vuelta de Steve Jobs a la compañía y todavía no había nada en claro. Poca gente apostaba por lo que ha sido de Apple con los años y dónde han llegado.

Una de las principales novedades que incorporaba este sistema era la interfaz Aqua, o la pérdida de las líneas rectas características desde casi las primeras versiones de Mac OS, pasando a tener todo un aspecto mucho más fino y más elegante. Hasta la versión 9 el aspecto del sistema era muy austero, más con una línea impersonal y profesional. Con la versión 10 se incorporaba el semáforo de control de ventanas que todos conocemos, así como las barras de desplazamiento redondeadas, sus flechas en la parte inferior, ventanas de esquinas redondeadas y muchos otros elementos que hoy día nos son muy familiares. Se construía una interfaz donde se encontraban de la mano usabilidad y estilo.

Resulta curioso, cuando le echamos un vistazo a esta versión Cheetah, como realmente no ha cambiado tanto y la interfaz Aqua conserva su esencia y en lo que ya se ha convertido en una seña de identidad del sistema. Se ha depurado mucho la interfaz y se han hecho cambios importantes, pero la esencia de la misma ya estaba allí hace 10 años.

Otra de las novedades interesantes que incorporaba, era el dock. Con una construcción similar a la actual, aunque algo menos vistosa, nos permitía tener nuestras aplicaciones más usadas al alcance del ratón de una manera sencilla. Este elemento, no presente en otros sistemas como componente del sistema, es una de las partes también más características de la identidad Mac, y a mi personalmente es una de las partes que me resultan más productivas.

Internamente, Mac OS X está construido sobre el núcleo de Darwin BSD, una versión del sistema operativo NextStep de donde el sistema ha heredado el lenguaje Cocoa y muchas partes de su núcleo principal. El propio NextStep es una adaptación de BSD 4.4, principalmente de la versión FreeBSD. De hecho, el núcleo del sistema XNU (X Not Unix), que nutría NextStep, es software libre.

Lo más interesante de todo esto, es que todo este desarrollo que sirvió como base para esta primera versión de Mac OS X, procedía de NeXT, la empresa que fundó el propio Steve Jobs en 1985 después de su primera salida de Apple. Curiosamente todo el trabajo que gestó durante años fuera de Apple, lo convirtió en la base de la nueva era Mac que ha ayudado a que sus ordenadores lleguen a donde están hoy día. Desde la compra por parte de Apple de NeXT en el año 1996, Jobs trabajó sin descanso para esta nueva versión del sistema que incorporó todo lo que a él le hubiera gustado aportar a la compañía en la época que estuvo lejos de la manzana.

A nivel usuario, no sólo se incorporaron los detalles de interfaz Aqua o Dock, también se añadieron programas como Mail, Agenda o el famoso TextEdit. Se incorporó el framework de Cocoa que proporcionó más potencia a AppleScript, soporte nativo de lectura PDF... en resumen, muchos elementos que hoy día categorizamos como parte fundamental del sistema. Todo, en un época donde internet daba sus primeros pasos de gran importancia y las primeras conexiones de banda ancha llegaban a España con velocidades de 256kbps.

10 años después de aquello, tenemos un sistema operativo que, sin menospreciar su increíble evolución, sigue conservando la esencia y el espíritu felino, fundamental de aquel gran lanzamiento de Apple. Todo en una época donde se comenzó a fraguar lo que es hoy día la compañía de Cupertino, una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo. Y pronto, veremos ya la 8ª iteración del sistema, el felino número 8. Un sistema que promete mucho.

Los más soñadores pensarán en Mac OS XI y lo que podría o no suponer el cambiar de número, pues en buena Ley debería significar un nuevo núcleo, una nueva forma, una nueva interfaz. La teoría dice que el cambio de número de versión, es una refactorización completa del producto. Una renovación absoluta. Veremos lo que nos depara el futuro, pero hasta que todo esto pase lo importante es desearle Feliz Cumpleaños al Guepardo de Mac OS X.

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