No he podido evitar sentirme intrigado ante la diferencia del ritmo de evolución de los diseños de las videocámaras frente a las cámaras fotográficas. Dejando a un lado los aparatos profesionales, la mayoría de los cuales están pensados para ser usados con pesados trípodes o complejos steadycam, las videocámaras han ido evolucionando en su diseño de forma espectacular, no solo teniendo en cuenta la considerable reducción de tamaño si no también otros aspectos de los cuales el principal, en mi opinión, es la forma de sostenerlas.

Si nos remontamos a bastantes años atrás, a las primeras videocámaras caseras, estas tenían una especie de mango inferior por el que se agarraban, teniendo que acceder con la mano opuesta a los controles de la cámara. Poco más adelante pasamos a las cámaras con la típica "abrazadera" para la mano y cuyos botones estaban colocados para ser accesibles en su gran mayoría con esta misma mano.

Este tipo de agarre ha predominado prácticamente en todas las videocámaras, hasta hoy día que están sufriendo una nueva evolución y comienzan a dominar el mercado casero cámaras como la Toshiba Camileo S10 cuyo cuerpo cabe prácticamente en la palma de la mano y que con la pantalla plegada parece más una cámara fotográfica compacta que una cámara de vídeo.

Sin embargo, en el mundo de las cámaras fotográficas no se ha apreciado apenas cambio alguno en el diseño desde que se dejaron de usar las TLR (reflex de dos lentes). Ni siquiera el cambio de las cámaras analógicas a las digitales, que trajeron con sigo la eliminación de la necesidad de mantener el espacio para el carrete y su arrastre, introdujo cambios en el diseño. Y si nos fijamos bien, con muy pequeñas diferencias de tamaño y peso, esto se observa tanto en las cámaras SLR como en las compactas. En este momento yo me pregunto ¿acaso se ha alcanzado la perfección en cuanto a diseño en el mundo de las cámaras fotográficas?

Más bien pienso que se ha llegado a un punto en el que hemos encontrado un diseño cómodo, útil, fiable y sobretodo conocido, lo que nos ha hecho dejar a un lado las evoluciones de diseño para centrarnos más en los aspectos técnicos que como vemos día tras día avanzan a una velocidad vertiginosa.

Por supuesto, todo esto que estoy diciendo solo lo estoy planteando en referencia a los aparatos caseros y semiprofesionales ya que si decidiéramos incluir las cámaras cinematográficas modulares como la Red One, o las cámaras broadcast utilizadas en televisión podríamos estar meses hablando de esto. Y ni hablar de las cámaras fotográficas de estudio.

En resumen, supongo que el interrogante de si hemos tocado techo con el modelo de diseño actual o si todavía nos queda mucho por ver solo se podrá resolver con el paso del tiempo. Así que nos toca esperar.

Foto: Webadicto

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