Examinemos por un momento el actual mercado tras el asentamiento como producto del iPad. En un principio, cuando Apple presentó su tablet en enero, los primeros que temblaron fueron los fabricantes de libros electrónicos que usaban tinta electrónica. En ese momento, todos los Sony Reader, Amazon Kindle y derivados parecían anticuados frente a la increíble tableta con pantalla retroiluminada, donde las revistas, la web y contenidos a color eran toda una revolución.

Una de las grandes bazas que Apple vendía era la lectura de libros, y eso hizo temblar a la competencia. Pero ya hablamos hace unos meses de cómo el negocio de venta de libros en el iPad no era ni mucho menos más fructífero que en la Kindle Store de Amazon. Enfocados en un autor, este vendía 60 libros para el Kindle por cada 1 en el iBookstore. El negocio, empezó a ponerse interesante cuando Amazon lanzó su última generación de lector, con unas características increíblemente buenas, y al rompedor precio de 139$. De pronto, un lector de libros con un increíble precio muy inferior a ningún tablet, empezó a plantearse como complemento, no como competencia.

Y eso es lo que el Presidente Ejecutivo de Amazon Jeff Bezos, comentó el otro día tras la publicación de los resultados de ventas de este año, del que os hablamos hace nada con respecto a las ventas del iPod Touch de 8Gb.

Los compradores nos comentan que usan sus tabletas LCD para juegos, películas y navegación web y sus Kindles para sus sesiones de lectura.

Algo que era obvio para muchos (para mi lo era) se ha hecho latente en este tiempo. iPad y Kindle se complementan el uno al otro para proporcionar al usuario la mejor experiencia en lo que cada uno sabe hacer mejor que el otro. Nada más sencillo, ya que cada uno se mueve en un sector de consumo y precio completamente diferente.

La jugada ha sido maestra por parte de Amazon, que ya intentó ser competencia de Apple y ahora ha conseguido ser su complemento (casi sin pretenderlo) por lo que no pierde cuota de mercado, al contrario, la gana. En contra de lo que muchos pensaron cuando iPad se presentó, lo asequible de los lectores de libros con tinta electrónica (en USA), y la probada demostración que son muchísimo más adecuados para la lectura que los tablets con pantalla retroiluminada, los ha sacado del sector de consumo del iPad.

Ahora Kindle y iPad juegan en ligas distintas, y será muy normal ver a la gente con una funda para ambos dispositivos, sacando uno u otro en función del contenido a consumir. Mientras, en España, tendremos que seguir pagando precios abusivos por estos dispositivos, si queremos uno de calidad (a no ser que compremos el Kindle directamente a USA por internet). Y además del precio abusivo por ellos, nuestra única opción de llenarlos seguirá siendo la vía de Jack Sparrow. Porque claro, Libranda, además de caro tiene muy poco catálogo. No hay más ciego que el que no quiere ver.

Pero olvidando el triste tercermundismo tecnológico español, es muy interesante comprobar como son los designios del mercado y cómo redefinen la competencia en complementación. Yo mismo tengo uno de cada y puedo decir que es magnífica la combinación.

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