La Comisión Europea ha anunciado la puesta a disposición de los investigadores europeos de una infraestructura de red con capacidad equivalente a 200.000 ordenadores que podrán usarse, mientras estén inactivos, para hacer cálculos. Esta infraestructura distribuida, denominada European Grid Infrastructure (EGI), permitirá a los investigadores contar con un sistema formado por 200.000 equipos en distribuidos en más de 30 países en unos 300 centros de investigación. El proyecto EGI, que constituye la mayor infraestructura de red en colaboración jamás creada hasta ahora para la investigación científica colaborativa y en red, ya que hará posible que varios equipos de investigadores distribuidos geógraficamente puedan participar en una misma investigación como si estuviesen presencialmente en el mismo laboratorio.

El fundamento del EGI se basa en que, como media, la capacidad de cálculo de un ordenador se mantiene inactiva durante aproximadamente el 60-85 % del tiempo en el que éste permanece encendido. Las redes como EGI permiten que las tareas informáticas que manejan ingentes cantidades de datos se repartan entre muchos miles de ordenadores personales, poniendo así a trabajar sus procesadores durante los ciclos de inactividad. Si bien es cierto que la computación distribuida no es algo nuevo, de hecho, el concepto de la red EGI tampoco lo es, algo similar ya se realizó en el proyecto SETI@home en 1999 promovido por la universidad de Berkeley para el procesamiento de señales provenientes del espacio para la detección de vida extraterrestre.

¿Y qué es la computación en grid?, la computación en grid es un sistema para la compartición de recursos de procesamiento y almacenamiento de varios servidores con un alto rendimiento y bajo demanda. No hay que confundirlo con un clúster, no se trata de varios equipos en paralelo, sino de un equipo virtual que va balanceando recursos libres de muchos servidores para ofrecernos un conjunto escalable de recursos conforme van siendo necesarios. De esa manera, aprovechando recursos de aquí y allá, se puede montar una potente infraestructura virtual distribuida en varios equipos físicos.

La computación en grid permite, como es el caso que nos ocupa, resolver problemas de gran escala y que requerirían el uso de complejos super-computadores. La potencia que ofrecen millones de PCs es prácticamente ilimitada, y el crecimiento de la red es también infinito, por lo que en cualquier momento se pueden añadir más recursos al pool disponible siendo éste independiente de la antigüedad de los componentes de la infraestructura. Dentro del grid podemos encontrar dos modelos, atendiendo a la conectividad de los recursos compartidos, es decir, si están conectados en una misma LAN o a través de una WAN, por ejemplo, a través de Internet.

¿Y podemos afirmar que el EGI es cloud computing? El grid puede ser o no cloud computing, realmente, son dos conceptos distintos pero relacionados. En ambos casos prima la escalabilidad, el balanceo de carga, el acceso multiusuario, de hecho, en el grid nos interesa la capacidad de proceso (cuanta más mejor) puesto que queremos ejecutar cálculos de alto nivel computacional, por lo que buscamos una infraestructura virtual potente, es decir, que asimilando los modelos del cloud, vamos hacia el IaaS (Infraestructure as a Service) con un servidor virtualizado que es suma de varios distribuidos geográficamente; si bien en el cloud computing, las infraestructuras se encuentran concentradas en un número discreto de ubicaciones.

Si nos paramos a pensar, no hay mucha diferencia entre la computación en grid y el P2P, de hecho, en ambos casos parten de la idea de la compartición de recursos en línea; estando el P2P orientado al uso anónimo, y algo más doméstico, y el grid más orientado al ámbito científico.

Foto: Medical Practice Trends

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