Recomendar vínculos es una actividad muy interesante para descubrir nuevos contenidos, pero si no tomamos recaudos mínimos, es posible llevarnos algunas sorpresas. Por ejemplo, que el título de las páginas que marcamos como favoritas, nos jueguen en contra respecto de la privacidad. ¿Un ejemplo? Los enlaces permanentes de Gmail.

Esa característica del webmail está pensada para facilitar la navegación con los botones Atrás y Adelante del browser, aunque también permite agregar un mensaje a Favoritos (o incluso a servicios como Read It Later, de manera que lo encontremos cómodamente cuando lo necesitemos.

El problema pasa por la barra de título, que hace mención a nuestra dirección de correo electrónico o al mail que estamos leyendo. Si esto lo combinamos con herramientas de sincronización como Xmarks y marcadores sociales como Delicious, a las cuales no les hayamos configurado correctamente las restricciones de privacidad, corremos el riesgo de aparecer en búsquedas públicas como ésta**:

¿La consecuencia? Cualquier spammer puede construír fácilmente una lista de futuras víctimas. Incluso, hay casos más peligrosos, como sitios que envían números de identificación de pedidos en el asunto.

Para evitar estos problemas, el consejo es prestar atención al compartir algo con otras personas. Y si tienes dudas sobre si un link será visible públicamente o no, la solución es sencilla: edítalo para quitar toda información que debas mantener en secreto.

Vía: Digital Inspiration

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