Volvemos en AppleWeblog con un Hipertextual Labs más, esta vez os traemos el análisis de un dock, el Sony NAS-Z200iR Compact Audio System, un dock con un estilo, una personalidad, una funcionalidad, y un tamaño, muy diferentes a aquel Luna Voyager que también probamos en AppleWeblog. En este caso tenemos un dock sobrio, formal, trajeado. Aunque parece que todo se queda ahí, en un traje.

No obstante llamarlo solamente dock no le haría demasiada justicia, el equipo de Sony pretende ser el punto de encuentro de toda tu biblioteca musical, la del equipo del salón, la del equipo del cuarto, la del iPod, la del lápiz USB e incluso aquellos CDs que todavía mantengamos por casa. Para ello alardea de un gran número de formas de trasladar la música a sus altavoces, entre ellos, un puerto dock, un USB, radio AM y FM, entrada de línea y lector de CDs, aunque el más interesante de todos es sin duda su supuesto punto fuerte: el WiFi.

Calidad de la música

Este es un aspecto complicado, a pesar de que sus 40 W de potencia dan para un sonido bastante bueno (y muy alto si se ponen al máximo) tiene un pequeño eco que te hace pensar a los cantantes de tu grupo favorito metidos en una caja y cantándonos desde ahí. A pesar de los múltiples efectos de sonido que trae incorporado ninguno conseguí mitigar completamente esa sensación de “metido en caja” con la que sale el sonido por sus altavoces. Para tratarse de un equipo tan caro, el sonido es pobre y deficiente y su calidad disminuye a medida que aumentamos el volumen, algo que no debería permitirse un equipo con tantas pretensiones.

Yo no soy demasiado melómano, pero me pareció que los viejos altavoces de mi portátil ofrecían un sonido más cercano a la realidad y más natural que el que ofrece el aparato de Sony.

Trasladando el audio hasta el equipo

Aquí Sony a acertado incluyendo tantas entradas de audio diferentes. Desde la entrada dock hasta el lector de CDs, pasando por la entrada de línea y el puerto USB, todas funcionan perfectamente, cumpliendo su cometido sin mayor problema. Excepto una cosa: el WiFi. Me ha sido totalmente imposible conectar el dispositivo a red de mi casa, pero ni a mi red ni a cualquier otra, simplemente, no encontraba ninguna red WiFi por los alrededores (ahora mismo hay 10 redes desde el portátil donde estaba antes el dock), no sé si la unidad que me han dejado para probar estaba defectuosa y tenía algún problema con el WiFi o si ha sido otra cosa, pero he probado con 2 routers diferentes, 3 configuraciones de red distintas y mientras todos los dispositivos podían conectarse sin problemas, el dock de Sony ni siquiera encontraba la red y a pesar de introducir los datos manualmente se quedaba en un eterno “Conectando...” que no acababa nunca. Así que la opción, sin duda, más interesante, no he podido probarla.

En cualquier caso, un producto que tiene 9 meses de vida en el mercado no puede estropearse si el fabricante pretende que sea un producto estrella. Yo quiero creer que ha sido problema mío al no saber configurarlo, pero las instrucciones eran claras y concisas, no había mucho más que se pudiera hacer.

Usabilidad: Cogiendo el mando

Como habréis visto en las imágenes, el sistema para controlar el aparato es un enorme (y resalto lo de enorme) mando a distancia con una pantalla de 3,5”, que por cierto, insta a ser tocada, pero no, no es una pantalla táctil. Desde el mando (que viene con su propio dock para recargarse) controlamos todo el dispositivo, desde las opciones de configuración, como el idioma (está disponible en español con un traducción que deja mucho que desear) o el WiFi, hasta el volumen al que suena la música.

Tras el primer shock al ver un mando tan grande y usarlo un rato, me pareció que el mando era tosco, lento y antiintuitivo. Mis pensamientos tras dos semanas de uso no han cambiado, solamente se han visto reforzadas por tener que espera más de un segundo para que aparezca el siguiente artista de la lista de artistas de tu iPod, es sencillamente desesperante, navegar hasta encontrar el artista o el álbum que tienes por una biblioteca moderada como es la mía, es un suplicio, mucho más rápido hacerlo directamente en el iPod. Esta lentitud se mantiene en todos los menús, cada vez que tengamos que pasar al siguiente elemento de una lista y este no se vea en pantalla, tenemos que esperar más de un segundo. El tiempo de respuesta es francamente inaceptable.

Esto se une a que, dependiendo de si reproduces desde el iPod, desde el lector de CDs o desde el USB, el control para navegar a través del contenido de estos varía. Si bien la navegación a través del iPod es lenta pero intuitiva y funcional, puedes navegar por artistas, álbumes, canciones, o listas de reproducción, navegar a través de un USB es de locos, ningún botón sirve para lo que parece que va a servir y tienes que recurrir al (extenso) manual para saber como subir o bajar una carpeta o qué hay que hacer para que se reproduzca solamente el contenido de una carpeta y no lo demás. La reproducción desde el lector de CDs, la entrada de línea y la radio funcionan perfectamente, tampoco tienen una casuística muy amplia y haber hecho eso mal sería demasiado.

La interfaz general del mando, cumple. No es nada del otro mundo pero tampoco es horrible, podría haber sido mejor, pero eso es cuestión de gustos.

Un detalle sobre la usabilidad que hace que el dispositivo pierda muchos puntos es la forma de introducir los datos de tu red WiFi, mirad esta imagen:

Para escribir la contraseña tienes que llegar secuencialmente desde la a, A o el 0 hasta el carácter deseado, esto, unido a la lentitud del aparato hace que a uno se le quiten las ganas de escribir una contraseña de 9 caracteres, y de 61 caracteres, como tenía en mi configuración, ya ni hablamos. El sistema está, simplemente, mal hecho, muy mal hecho.

Mi sensación después de usar el mando durante dos semanas se han mantenido, es un aparato grande, tosco, lento y antiintuitivo. Además tenemos que sumarle lo fácil que resultar pulsar un botón (que sí son táctiles) sin querer, la sensibilidad es demasiado alta.

Conclusiones

4/10

Aquí es cuando llega la peor parte, el precio del aparato: 699 €. Tras todo lo que he dicho, 699 € por un aparato que no se escucha bien, es difícil de manejar, no responde como debería y el WiFi se le estropea a los 9 meses. Me parece que es muy caro para lo que ofrece, que además no es nada bueno. Salvo el conector dock y el USB, mi minicadena de hace 10 años me ofrece lo mismo y me costó muchísimo menos, aunque claro, no tiene mando a distancia ni ese diseño.

Le pongo un 4 porque tiene muchas entradas de audio diferentes y, aunque a mi no me haya funcionado el WiFi, presupongo que eso, durante los primeros 9 meses, suele funcionar. Hubiera sido muy interesante compartir la biblioteca de iTunes directamente a través del WiFi, pero no ha podido ser.

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