Aunque siempre estoy diciendo a todo el mundo que no es necesario aprender a utilizar la terminal para usar GNU/Linux, no quiere decir que renuncie a ella ni que aconseje a nadie que lo haga. Yo la utilizo todos los días.
Una herramienta que considero muy útil si utilizas la terminal a menudo son los emuladores de terminal deslizables, también conocidos como terminales tipo Quake. Hoy os enseñaré los que, a mi parecer, son los cuatro más interesantes.
Tilda
Empezamos con uno de mis favoritos para GNOME. Tilda permite personalizar el aspecto de la terminal, la tecla de aparición y el tamaño y la posición del terminal, todo ello desde las opciones. Su aspecto por defecto no le hace ningún favor, pero una vez configurado queda bastante mejor. Tiene un soporte básico para pestañas, aunque nada del otro mundo. Lo peor de todo es que, en ocasiones, el foco del teclado se queda en las pestañas y resulta un poco molesto.
Guake
Puede que Guake sea un poco más sofisticado que Tilda. Su manejo de las pestañas no es mucho mejor y es menos configurable en cuanto a posicionamiento y tamaño, pero por lo demás todo son ventajas. Lo que más me gusta es la posibilidad que ofrece para configurar accesos de teclado y de cambiar su tamaño vertical arrastrando directamente el borde de la ventana.
Yeahconsole
Este es un emulador de terminal muy simple, configurable únicamente a través del fichero «.Xresources» leyéndote su manual para conocer todas las opciones disponibles. Tampoco soporta pestañas, ni permite configurar demasiado su posicionamiento. Lo bueno, es que al ser tan ligero --utiliza directamente libx11-- es perfecto para equipos antiguos con muy pocos recursos.
Yakuake
Esta última alternativa utiliza las bibliotecas de KDE. Lo primero que llama la atención es su aspecto, que además es totalmente personalizable a través de pieles. Las pestañas, al contrario que en las otras aplicaciones presentadas, se pueden reorganizar libremente. Las posibilidades de configuración son también asombrosamente extensas --a veces creo que incluso demasiado.