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¡Oh Steve Jobs, pobre niño rico! Todo el mundo quiere romper tus juguetes... a tu imagen y semejanza. ¿Recuerdas cuando eras tú el que rompía las reglas? ¿El que abogaba por la igualdad en el acceso a la tecnología? ¿El que se rebeló contra todos aquellos que no creían en tu producto? Más vale que no muerdas la mano que te alimenta o podrías convertir tu sueño en la siguiente peor pesadilla de tus usuarios, a la imagen y semejanza de Microsoft y sus tácticas monopolísticas dignas de la novela de George Orwell.

Vamos a repasar una relación tirante que puede acabar de romperse del todo y con un final trágico si alguien no hace algo, o mejor dicho, si alguien hace algo que no debería hacer, al menos en teoría. La relación es la de Apple con los hackers, lo que no debe hacer es atacar a los iPhone desbloqueados porque el mal que puede causar a la empresa puede ser mayor que el beneficio de retener algunos contratos de telefonía.

Empecemos por el principio. El iPod es el reproductor de audio con más éxito de mercado de los últimos tiempos y la inclusión de una interfaz de entrada y salida de datos junto con un procesador le hicieron propicio para experimentar. Al tiempo surgieron modificaciones para el mismo que añadían un sistema operativo completo al mismo, Linux, sobre el que podía ejecutarse un nuevo interfaz con el cual incluso reproducir vídeo en un hardware que no lo tenía previsto, al menos de fábrica.

Con la última reencarnación del reproductor se incluyó una nueva protección, un cálculo matemático en principio indescifrable, un código HASH el cual impedía su correcto funcionamiento en Linux que ha sido tomado como un reto por estos usuarios avanzados y, como tal, superado.

Los usuarios más valientes iban un paso por delante: usuarios 15, Apple nada.

Hace no tanto se lanzó a la venta el Apple TV, un iPod para nuestras televisiones, una gran aproximación a lo que debía ser un centro multimedia para el hogar donde disfrutar de los contenidos multimedia almacenados en nuestro ordenador, pero lejos de ser perfecto. Por algún extraño motivo que pocos humanos alcanzan a entender los ingenieros de la compañía se dejaron una puerta de atrás entornada la cual no tardó en ser descubierta y abierta de par en par, de nuevo por los hackers.

Estos no dudaron un momento en agregar esas pequeñas funciones que creían necesarias tales como un mecanismo de instalación de aplicaciones de terceros, dichas aplicaciones entre las que se encuentran nuevos codecs para reproducir otros tipos de archivos o juegos y un método de desarrollo unificado. Apple, lejos de contraatacar y acabar de blindar el software del reproductor se mostró benévola hasta el punto de que parecía agradecer el esfuerzo y dedicación de éstos probando su hardware, reinventando su software y llevándolo al extremo de hacerlo funcionar como un Mac de $299 dólares, el Mac nano del que se habló en este mismo blog. Sin duda esto provocó un efecto llamada mediante el cual se alcanzaron cotas de venta no esperadas, o quizá si.

De nuevo punto para los usuarios: 30 a nada...

Y entonces llegó el iPhone, el producto estrella de la casa para un 2007 que se debería presentar emocionante pero que va un poco más despacio de lo que debiera para serlo. Con éste llegó la activación por iTunes mediante la cual cada uno ponía en contacto su terminal con la compañía operadora de telefonía móvil sin intermediarios (¿hasta qué punto nos pueden obligar?) y conocíamos las bondades del interfaz multitáctil. De esta manera se unía el reproductor con el terminal telefónico y un portal de acceso a internet inalámbrico, todo en uno, pero de nuevo lejos de ser perfecto, muy lejos.

De nuevo parecía que alguien no había cerrado todas las puertas adrede con el propósito de popularizar el hardware. Algunos aspectos a mejorar y casi todos de software:

No ofrece un método para utilizar otras tarjetas SIM, por lo que se libera. No tiene un método de instalación de aplicaciones, entonces se provee del mismo. * No tiene juegos, y sigue sin tenerlos, entonces se le añaden...

Y un largo etcétera... De nuevo el efecto llamada. Soy de la opinión de que se ha conseguido vender el número de terminales previsto, un millón de ellos, única y exclusivamente por estos tres primeros puntos que han acabado de hacer atractiva la oferta, bueno, la rebaja de $200 dólares también ayudó bastante.

Ahora, junto con el pobre anuncio de distribución en Europa el cual, además de dividir un continente en dos: países con calidad necesaria y los que disfrutarán del teléfono y otros no merecedores de tal gracia. Después de dos revisiones de software está apunto de llegar la madre de todas las revisiones y esto no hace sino traer inseguridad a los usuarios del mismo que se han aventurado a modificar su teléfono. Los temerosos usuarios ahora creen que Apple podría hacer que sus modificados y mejorados terminales puedan dejar de funcionar y convertirse en unos bonitos ladrillos de diseño. Aquellos que tengan experiencia con otros gadgets con posibilidad de actualización por software como la PSP de Sony saben de lo que hablo, y Apple estaría en su derecho por modificar partes del mismo sin su conocimiento, lo cual podría interferir en dicha actualización con efectos inesperados...

Con esto Apple acaba de dar la vuelta al partido, punto de set y partido para Cupertino.

Ahora hazte tú mismo la pregunta: ¿serán capaces de llevarlo a cabo? o, dicho de otra forma, ¿cavará Apple su propia tumba?

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