Como ya hiciera Huawei con el Nexus 6P, el hecho de que en 2017 Xiaomi abrazase Android puro con el Mi A1 cambió la idea que muchos teníamos de la compañía. Lanzar un modelo tan llamado a reinar en la gama media podría suponer un problema de agravio comparativo en contra de sus nuevos terminales con capa de personalización propia. La mejor noticia del Xiaomi Redmi 5 Plus es que MIUI no le hace peor que su hermano, sólo diferente.En cuanto a modelos disponibles, el desembarco de Xiaomi en España no se puede catalogar sino de brillante. Con los precios de importación logró hacerse un hueco en nuestro mercado, pero sólo hace falta darse un paseo por Amazon para observar que la tiranía de la compañía china en la gama media sigue creciendo.

Si Lenovo, Huawei/Honor y BQ no lanzan propuestas serias en su contra, pueden perder la categoría de "recomendables", pues Xiaomi está jugando una carta económica más fuerte que la del resto, pero sin que por ello haya sacrificios inéditos en el resto del terminales. De los terminales de esas compañías no se sabe qué esperar en estas gamas, pero Xiaomi ha entrado en la línea de la regularidad y parece que va a ser difícil sacarle de esa senda.

El Xiaomi Mi A1 ha cambiado para siempre el papel de Xiaomi.

Si algo tuve claro en mis primeras horas con el Xiaomi Redmi 5 Plus que hoy analizamos es que, frente a lo que me ha ocurrido en las últimas reseñas de quienes son y quienes se llaman gama media, el equilibrio aquí es tremendo y que, si la cosa no se daba mal, del notable alto no bajaría. La ofensiva por reinar en un mercado tan saturado y difícil está clara, y Xiaomi ya no es la que prometía mucho y daba poco. Ahora es una compañía más honesta, presume menos y da más.

Xiaomi ha entendido como nadie el mercado, y no sólo tiene opciones para todos, sino que rondando los 200€ tiene dos propuestas que, cada una a su manera, se pueden sentir mágicas. Veamos qué lo produce aquí.

Un hardware sin apenas pegas

Encontrar plástico en un gama media es algo cada vez más difícil, y desde luego no es algo que ocurra en Xiaomi. El Redmi 5 Plus llega envuelto en una carcasa de aluminio de formas redondeadas que se sienten comodísimas en la mano, y que pese a no pesar poco, 180 gramos, se siente ligero para ser un terminal de grandes dimensiones. Eso sí, esto hace que no sea un terminal para todos. Las curvas de su parte trasera ayudan a ello, y nada en ella se siente fuera de lugar, incluido el lector de huellas, que funciona rápido y a las mil maravillas. Su grosor no es récord en el mercado, ni falta que hace. Sus 8,1 milímetros son y serán una cifra aceptable.

En el lateral derecho del Redmi 5 Plus se encuentran los botones metálicos de volumen y encendido. A diferencia de lo que ofertan algunos de sus rivales, se sienten muy sólidos y bien integrados, sin bailes. En el lado opuesto encontraremos la clásica bandeja extraíble que permite utilizar doble SIM o SIM junto a tarjeta microSD.

En la parte superior encontramos un puerto jack, que será bienvenidos por muchos y que gracias al DAC de Qualcomm, producirá un sonido normal, sin más. Sin florituras ni ecualizadores que rompan la experiencia. De hecho, el Redmi 5 Plus es uno de esos poco rara avis que aún cuentan con Radio FM, esencial para unos pocos. Es en la parte inferior del Xiaomi Redmi 5 Plus, donde encontramos el también digno y relativamente potente altavoz, donde podemos empezar a encontrar los primeros problemas, centrados en el puerto de carga.

Xiaomi sigue apostando por microUSB, y ni siquiera es algo que podamos perdonar ya en la gama de entrada. La universalización de lo que objetivamente es mejor en todos los sentidos es el único camino, pero el problema es que este ni es USB-C ni cuenta con carga rápida, pese a que conectado a un cargador con tal carácterística sí detecta el protocolo. Si el Xiaomi Mi A1 podía con todo ello, este también debería poder.

Esta foto no debería existir en 2018.

Sin embargo, el punto de la autonomía no puede ni debe ensombrecerse con los detalles de recarga, pues es la mejor que he vivido recientemente en un smartphone. Con uso normal, y con normal me refiero a redes sociales, mensajería, navegación y reproducción de podcasts, he logrado llegar a los dos días con 9 horas y media de pantalla, algo realmente increíble. Xiaomi ha premiado al Redmi 5 Plus con 4000 mAh que no podemos dejar de agradecer. Con uso más intenso, tiramdo de GPS y disparando más fotos, la cosa baja pero sigue a un nivel tremendo, con 6 horas y media o siete de pantalla. La magia del "viejo" Snaodragon 625 sigue obrando, y no queremos que se vaya si quien le sustituya en popularidad no es así de eficiente.

La pantalla es otro de los componentes que está a buen nivel, y gracias a la adopción del ratio 18:9 y a unos marcos pocos generosos obtenemos 5,99 pulgadas que ocupan un **77,4% del frontal. En cuanto al panel en sí, apostar en IPS por densidades que superen por poco los 400 píxeles por pulgada es una gran idea, y en ningún momento se echa de menos más que Full HD**+.

La representación de color es la que cabe esperar en un gama media de 200€, pero, a diferencia de otros de su clase, los colores no tienen un balance de blancos extraño que rompa la estética de fotos e iconos. De hecho, tiene algo de saturación que se agradece, porque en ningún momento es excesiva. En la calle se comporta bien a plena luz, aunque sus 500 nits tampoco hacen milagros. A oscuras, se enfrenta al problema de que sus negros resultan algo pobres incluso hablando de IPS. Ese es, junto a un ghosting visible en scroll sobre colores sólidos, su mayor problema, pero no hará a nadie llevarse las manos a la cabeza.

A diferencia de lo que ocurre con otros aspectos de estos terminales en los análisis, de la cámara ya no espero nada. Me he resignado a que haya cierta mejora, pero que realmente nada destaque hasta los 500 euros, o incluso más. Con el Xiaomi Redmi 5 Plus, la experiencia fotográfica ha sido muy normalita, pero tampoco paupérrima.

Lo primero que se echa de menos, por supuesto, es la doble cámara y el modo retrato del Mi A1. Saliendo de ahí, tenemos un sensor de 12 megapíxeles con un tamaño de píxel de 1.25 micrómetros y una lente con apertura f/2,2. Es este último punto el primero que podría ofrecer más. Se antoja una apertura limitada para lo que hemos visto a día de hoy, y con una más amplia podría reducirse el uso de sensibilidades ISO tan altas como llega a usar, del tipo 6400 ISO, que introducen mucho ruido y matan el detalle fino.

Todo es gestionado por una sencilla aplicación que, a diferencia de la de sus primos chinos de Huawei, si contempla al HDR como una función que tiene que estar visible. Y hay que dar gracias, porque el rango dinámico del terminal es realmente limitado. No vale eso de "las fotos con luminosidad salen perfectas". No sin HDR activado nos jugamos que la toma tenga zonas muy oscuras o muy quemadas.

El problema del HDR es que ralentiza la captura y que aunque sus resultados son buenos en términos de color y exposición, a menudo no une bien las distintas capturas, produciendo halos o duplicaciones visibles en los bordes. En general, con buena luz, haremos buenas fotos si no hay muchos contrastes, pero tampoco esperemos magia.

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De noche el bajo rango dinámico sigue siendo muy limitado, y a ello se suma una nitidez mínima que, según pruebas que pude hacer comparando ambos dispositivos, arroja menos detalle que el Mi A1, por lo que ahí sí que parece que el sistema empleado en el Redmi 5 Plus es inferior. Es 2018 y seguimos justificando que la gama media tenga esta calidad. Con los ports de HDR+ de Google se ha demostrado que las cámaras son mucho mejores de lo que aparentan, y que es sólo cuestión de tomarse el software en serio para sacar todo el partido que los componentes pueden dar de sí.

Una experiencia con MIUI que pocos pueden replicar

Pasando a la parte que más importa, la experiencia, hay que alabar el trabajo que Xiaomi ha puesto en MIUI 9. Pude probar hace un par de años el sistema en un Xiaomi Mi4c, y la cosa rascaba. Mucho. Y sobre todo, la capa no se sentía nada rápida. Esos, y una gestión demasiado agresiva de los recursos, eran mis miedos principales, y puedo decir que tras unos días con el Redmi 5 Plus, los he superado con creces.

Me declaro amante de Android puro, no por funciones ni porque tenga una estética inigualable, sino porque pocos se acercan en rendimiento a lo que ofrece en todas las gamas. De ahí mi amor por el Mi A1. Sin embargo, haciendo los cambios pertinentes en el sistema, no he echado de menos otra capa más limpia.

Sigo sin concebir que a día de hoy el único launcher que se ofrezca siga siendo calcado al del iPhone, que me gusta en iOS con sus opciones, pero no en Android. Tras comprobar durante unos días que el funcionamiento del launcher era muy bueno, instalé el amado Nova Launcher y, como cabía esperar, la cosa mejoró enormemente. Me acercaba a estar en casa. Sólo faltaba arreglar el problema de las notificaciones, porque existe en MIUI 9. en primer lugar, en la cortina de notificaciones, no se expanden igual que en Android puro o en muchas otras capas, sino que hay que bajar con dos dedos. La agrupación también funciona de otra manera, haciendo que no podamos eliminar mails en la app de Gmail sin entrar en ella, si tenemos por ejemplo cinco mails nuevos sin leer.

La cosa empeora cuando descubres que las notificaciones de la pantalla de bloqueo ni se expanden ni hay mucho que hacer con ellas. Para la cortina hay una gran solución en forma de app llamada Material Notifications, que sustituye la de Xiaomi en todo: notificaciones, ajustes rápidos, estética del widget de reproducción de audio, etc. Para la pantalla de bloqueo hay también aplicaciones del estilo, pero nunca me han funcionado bien, por lo que me he resignado.

Sobre la gestión de recursos tengo poco que decir. Salvo Nova Launcher, que sí me cerraba de vez en cuando el sistema, no he sentido que los 4 GB de RAM se hayan quedado cortos o que el sistema haya hecho de las suyas. He hecho mucho uso de la multitarea y las recargas inexplicables no han estado presentes. Tampoco he dejado de recibir notificaciones por cierres en segundo plano, que sí eché de menos hace unos años.

Hay algo de duplicidad de aplicaciones, por supuesto, pero siento que las que Xiaomi ofrece junto a las de Google son de mucha calidad. Se agradecen, además, inclusiones como la de Mi Remote, con la que gracias a un sensor infrarrojos he podido controlar mi televisor. Otra grande para transferencias de archivos entre dispositivos es Mi Drop.

En rendimiento sabemos qué podemos esperar. El Snapdragon 625 no se siente una bala, pero tampoco lento, para nada. Incluso viniendo de un Pixel 2 XL, las sensaciones son más que satisfactorias, aunque los juegos más exigentes comienzan a demandar lo que su Adreno no tiene. En cualquier caso, estamos ante uno de los mejores chips de Qualcomm, uno de esos que, como ya hicieran el Snapdragon S4 Pro o el 800, mantienen un gran funcionamiento durante años.

Conclusión

El Xiaomi Redmi 5 Plus me ha dejado sensaciones que no experimentaba en un gama media desde hace mucho tiempo. Por primera vez en meses, analizo un terminal cuyo precio no puedo criticar, pues no creo que esté lejos de lo que ofrece. Frente a ello, la mayoría de marcas inflan 100 ó 200€ terminales que nos venden como chollo, pero no lo son.

Mi historia con el Redmi 5 Plus me ha devuelto la confianza a la vida fuera de Android puro. La reciente mala experiencia con el Honor 7X y un Huawei P10 Lite me han hecho tener prejuicios que el terminal de Xiaomi elimina de un plumazo. La compañía china no ha construido el mejor terminal por debajo de 300€, sino que ha construido dos que logran esa corona, y todo es, más que nunca, cuestión de prioridades.

¿Quieres un gama media con Android One, doble cámara con buen modo retrato, carga rápida? El Mi A1 es tu opción. ¿Quieres, por el contrario, un terminal "todo pantalla" bien aprovechado, con la mejor autonomía del mercado sin un grosor disparatado, un rendimiento igualmente bueno y botones en pantalla en lugar de capacitivos? Entonces tu solución se llama Xiaomi Redmi 5 Plus. Tiene algunas carencias, pero todo se le perdona a 200€. En el día a día, me ha dado más satisfacciones que el Galaxy A8 de 500€, y aunque eso tampoco es ningún hito, no es poca cosa.

Pros

  • Autonomía: los mejores números del mercado, en la teoría y en la práctica.
  • Rendimiento: alabemos el Snapdragon 625, pero también la progresión de Xiaomi en software.
  • Precio: en plena vorágine de precios inflados, nadie da más por 200€.

Contras

  • microUSB: en 2018 no debería ser permisible incluso en gama baja.
  • Falta de NFC: el pago móvil sigue sin explotar al nivel esperado, pero muchos usuarios pueden echarlo de menos en un futuro.
  • Fotografía con poca luz: la nitidez es la gran ausente del paquete.
  • ¿Oreo?: sabemos que Xiaomi tiene que adaptar más cosas que el resto, pero no es excusa para no haber liberado a día de hoy.

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