El segmento de los drones es uno que no deja de crecer de manera paulatina, con cada vez más marcas lanzando modelos de todo tipo para adaptarse a las necesidades del usuario. Ahora llega el PowerEgg X, de la firma asiática PowerVision, para combinar distintas funciones un compacto y peculiar cuerpo.Porque resultaría del todo impreciso comenzar la reseña de este aparato sin mencionar, por encima de todo lo demás, el aspecto que presenta y que desde la propia firma utilizan como una herramienta de marketing para diferenciarlo de la competencia. El aspecto ovoide del PowerEgg X cuando este se encuentra totalmente desprovisto de accesorios es, desde luego, uno de los más singulares del panorama actual, lo cual juega tanto en su beneficio como en su contra, como veremos ahora.

Antes, es obligado señalar también que el PowerEgg X es la evolución de la línea de la marca, donde su precursor contaba con un aspecto radicalmente diferente, al ofrecer un cuerpo completo del cual se desplegaban los brazos de las hélices, con un despegue en vertical. En esta ocasión, la firma opta por un dispositivo más compacto, ejercicio que ya hemos visto recientemente por parte de otros fabricantes, para facilitar su transporte y, también, para añadir ciertas utilidades.

Dron PowerEgg X

El resultado se encuentra ciertamente logrado en términos de dimensiones, con un cuerpo de 165 × 100 × 100 milímetros y un peso de 522 gramos –sin alas–. Facilita, como se mencionaba, en gran medida el transporte y el almacenaje del mismo cuando no se encuentre en uso –abarcando esta última situación la mayoría del tiempo, en el caso de los drones de uso recreativo–.

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Un formato condicionante

El comentado aspecto exterior del terminal, como decía, es una de las claves del dispositivo de cara a la utilización diaria del mismo. Es así, primeramente, por la decisión de no incorporar las alas en el cuerpo, lo cual requiere un montaje adicional cada vez que vaya volarse y que no reviste mayor problema que el de tener que llevarlas por separado, algo que sí puede suponer una incomodidad adicional, más allá de tener que montar y desmontar la tapa que cubre los orificios donde estas se insertan.

El ensamble es extremadamente sencillo e intuitivo, pues basta simplemente con retirar la tapa –que permite acceder también a la batería y, bajo esta, a la tarjeta microSD– para dejar al descubierto los emplazamientos en los que deben ubicarse. A través de un riel que guía el camino, quedan perfectamente ajustadas con un único movimiento.

Estas permiten, a su vez, que PowerVision publicite el dron también en otro ámbito más allá del aéreo y presente al PowerEgg X como una cámara de grabación manual o sobre trípode y con capacidades de inteligencia artificial integrada. Con ello se aprovechan las múltiples bondades que ofrece una estabilización de grabación como la que encontramos en el dispositivo a la hora de registrar tomas terrestres.

Dron PowerEgg X

A pesar de ello, cuesta conseguir pensar en este aparato como una cámara de grabación per se y, en un mundo dominado de manera irrefutable por los smartphones, se hace árido pensar en que uno recurrirá al aparato como herramienta de registro primaria. Así las cosas, su formato y forma quedan también entre la espada y la pared, pues es evidente que la integración de las alas en el cuerpo habría aumentado la comodidad en el que se su uso principal: el vuelo.

Afortunadamente, todo sea dicho, la marca incluye un maletín de transporte sólido, compacto y muy bien diseñado para poder llevar el dron de manera cómoda allá donde se vaya, incluyendo dentro el aparato, alas, mando y otros accesorios.

Una app suficiente y un futuro interesante

En lo que a su función básica se refiere, la del vuelo, existen sensaciones mixtas en las pruebas realizadas. Por una parte, el dron ofrece una experiencia consistente cuando funciona de manera correcta; pero el problema es, precisamente, que no ha estado libre de fallos en los primeros días de tests.

Algo achacable también a su reciente salida al mercado, lo que desde la propia compañía parecen dispuestos a solucionar a través de sucesivas actualizaciones, las cuales han ido mejorando distintos apartados de su aplicación, Vision+ 2. Así y todo, hemos experimentado alguna desconexión durante el tiempo de vuelo y bajadas en la calidad de la señal recibida en el smartphone, aun cuando el dron no se encontraba volando a gran altura ni distancia.

Dron PowerEgg X

Esta permite efectuar el control total del dron tanto en modo de vuelo como en modo de cámara de IA. En el primero de ellos, el smartphone reclama todo el protagonismo una vez ubicado sobre el asidero que se encuentra en el mando, siendo el elemento principal de interacción, además de –naturalmente– los joysticks de control.

El controlador se carga mediante USB (incluido en la caja) y ha de ser conectado al smartphone también vía dicha conexión. En este sentido, es de agradecer que el PowerEgg X incluya tres cables diferentes con salidas USB-A, USB-C y Lightning para poder conectarlo sin mayor problema a cualquier tipo de smartphone que tenga el usuario. Cuenta también con una serie de botones integrados, los cuales permitirán efectuar acciones rápidas como cambiar el modo de vuelo, aterrizar o capturar imágenes de forma más intuitiva sin tener que tocar la pantalla del teléfono.

En cuanto al dron y su vuelo, lo cierto es que no hay muchas pegas que se puedan poner si nos referimos al control y manejo del mismo, pudiendo elegir entre tres modos diferentes en función de nuestra destreza o de las imágenes que queramos capturar. El primero (Fácil) de ellos ralentizará sus movimiento al máximo, perfecto para capturar tomas muy estables, mientras que el más avanzado (Profesional), servirá para desbloquear todo el potencial del mismo y volarlo sin restricciones hasta una velocidad que alcanza los 65 kilómetros por hora.

Dron PowerEgg X

En vuelo, son varios los parámetros que se pueden controlar desde la app, siendo uno de los más interesantes –que no es exclusivo de este aparato, pues en otros de la competencia se encuentra también presente– el seguimiento automático de una persona o la realización de funciones en torno a ella. Grabar diferentes movimientos con el foco fijo en uno mismo, desplazarse en coche con el dron acompañando al mismo y otras opciones son posibles gracias a la inteligencia artificial integrada.

La calidad del vídeo resultante, que alcanza hasta los 4K a 60 fps, según la opción elegida, es notable gracias al buen trabajo del gimbal y su estabilización, además de la posibilidad de manejar la dirección de enfoque a nuestro antojo. Sin embargo, sí es verdad que se echa en falta, en un terminal de estas características, una mejor configuración que permitiese obtener tomas más aceptables en situaciones complejas, como tomas a contraluz o al anochecer. Será suficiente, en cualquier caso, para el uso recreativo al que se encuentra enfocado.

Más allá del simple vuelo

El hecho de que las alas puedan desprenderse del cuerpo da al usuario la posibilidad de añadir dos accesorios que se incluyen también con el dispositivo. Por una parte se encuentra el enganche para trípodes, que permitirá montar el dron sobre uno de ellos para grabar vídeo o tomar fotografías de forma estática (por ejemplo, para aprovechar el modo timelapse del que dispone). Por otra, es posible acoplar también en uno de estos huecos que dejan los brazos de las hélices una cincha que haga las veces agarre para sujetar el PowerEgg X y usarlo como cámara de mano. Su lateral curvado ayuda a que el agarre sea ciertamente adecuado para esto, ajustándose perfectamente.

Dron PowerEgg X

Dron PowerEgg X

Con ello se amplían unas posibilidades de uso que pueden ser de gran ayuda en momentos puntuales, pero que como se decía unas líneas más arriba, no agregan tanto valor en un mundo donde el smartphone manda como herramienta de registro de imagen y sonido. No obstante, se agradece que PowerVision haya sabido aprovechar tanto la coyuntura derivada de su diseño, potenciando otros aspectos que no se limitan a tener una forma curiosa y particular.

Dron PowerEgg X sobre agua

Adicionalmente a todo lo demás, desde la marca disponen también de una versión del dron –Wizard– que incluye en la caja distintos accesorios para permitir el vuelo del mismo en condiciones de lluvia y facilitar su aterrizaje en superficies acuáticas (por 300 euros adicionales). Lo hacen posible una cápsula de plástico que envuelve por completo el apartado, protegiendo tanto el cuerpo como la cámara, y dos flotadores de corcho que se acoplan bajo las alas para dotar de la citada capacidad de flotación. Un añadido útil que, por un lado, permitirá filmar en un mayor espectro de campos; y, por otro, evitará posibles accidentes que dañen el dispositivo.

Conclusión

El dron PowerEgg X es más interesante de lo que parece a simple vista, y ofrece una variedad muy amplia de posibilidades frente a competidores más asentados en el mercado. Logra, así, despuntar en un segmento donde consolidarse como marca de referencia ante el público que busca estos aparatos con fines recreativos no es nada sencillo, aunque aún le queda camino por recorrer.

Sus fallos ocasionales, así como el no contar con una aplicación demasiado pulida se cuentan entre sus principales puntos en contra, a pesar de que pueden ser aspectos que se vean solventados con el paso del tiempo. El hecho de poder acoplar diferentes accesorios e incluso aterrizar sobre el agua –con el conjunto de accesorios pertinente–, añaden un indudable atractivo.

Pros

  • Versátil a más no poder
  • Intelencia artificial y seguimiento
  • Facilidad de conexión tanto en iOS como Android
  • Modos de grabación y controles sencillos de usar

Contras

  • Poco espacio interno
  • Software aún con fallos
  • Su formato implica algunos compromisos

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