La hipérbole y la parodia se vuelven a dar la mano en Red 2 para proporcionar una película tan divertida como trepidante, a la que los más cinéfilos conseguirán sacar todavía mayor partido gracias a sus suculentos guiños cinematográficos.Partir de un cómic del que uno de sus autores, Warren Ellis, ya advertía que no había material suficiente ni como para hacer una película, tiene sus ventajas. Por un lado no tienes el inconveniente de enfrentarte a admiradores pendientes de la fidelidad que mantienes con respecto a la obra original, y por otro tienes toda la libertad de llevar a sus personajes por los derroteros que te parezca oportuno en las sucesivas secuelas. Si bien Dean Parisot ya estaba familiarizado con el tono irónico que necesitaban sus personajes —había dirigido anteriormente otra parodia como Galaxy Quest—, me da la impresión de que el acierto ha sido mantener a la pareja de guionistas, que ya consiguieron una película que hacía de la acción su clave cómica en Red. Jon y Eric Hoeber no sólo han sabido proporcionar a los personajes creados por Ellis y Cully Hamner de una secuela a la altura de su precedente, sino que han tenido la habilidad de hacerles evolucionar con la suficiente coherencia como para volver a divertirnos de la misma manera en Red 2.

Es posible que el impacto emocional de su precedente fuera considerablemente mayor, al ser la primera vez que nos las veíamos con este grupo de agentes retirados extremadamente peligrosos, pillándonos desprevenidos con respecto a este espectáculo cómico al que nos enfrentábamos. Pero lo cierto es que, si bien el guión de su segunda aventura mantiene el mismo esquema de la primera, al igual que las secuencias de transición nos mantienen en línea con su origen en forma de tira cómica y la acción avanza casi en la misma progresión episódica de su edición impresa, vuelve a contar con un reparto espectacular que reincide haciendo del sentido del humor su mayor reclamo, por encima de la acción o incluso de los efectos especiales. Divertida y muy coherente con la realidad política actual, Red 2 mantiene un ritmo geométrico muy preciso en el que gags y acción se alternan para conseguir una película que no necesita la espectacularidad visual de otras obras del mismo estilo, aunque, a su manera, también la tiene.Helen Mirren en RED 2Helen Mirren se lo toma tan en serio cuando hace de reina que como agente renegada

Una cuestión de actitud

Resulta inevitable que el famoso arqueólogo me viniera a la memoria mientras disfrutaba de la película, más que nada porque Red 2 parece constatar que aquellos problemas de senectud de los que adolecía su última aventura, Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, estaban ligados únicamente a su director, que no a Harrison Ford ni sus compañeros de reparto. Al menos aquí, nadie parece tan lento y oxidado como estaban los personajes de la película dirigida por Steven Spielberg. Tanto John Malkovich como Helen Mirren o Bruce Willis demuestran que lo importante no es su condición física, sino la actitud con la que se enfrentan a sus personajes. También repiten Brian Cox y Mary-Louise Parker, consiguiendo esta última volver a seducirnos con un personaje que podría ser heredero del que Jamie Lee Curtis hacía en True Lies.

Catherine Zeta Jones, Mary-Louise Parker y Bruce Willis en RED 2

Si extraordinaria resulta la incorporación de Anthony Hopkins, que equilibra con sobrada holgura la ausencia de Morgan Freeman, tampoco son desdeñables las aportaciones de Lee Byung-hun, David Thewlis y Neal McDonough. Quizás a un servidor no le entusiasme tanto la de Catherine Zeta-Jones —¿quien le habrá dicho que le quedan bien los sombreros? Mientras que todos los demás consiguen interpretaciones repletas de tanto descaro como desparpajo, la actriz galesa sobrepasa sus propios límites, instalándose en la sobreactuación, en la que, por otro lado, ha basado la mayor parte de su carrera. Soy consciente de que puede tratarse de una cuestión meramente personal que, con toda seguridad, pasará inadvertida para cualquier otro espectador.

Bruce Willis, Lee Byung-hun y John Malkovich en RED 2

Una parodia coherente con sus fuentes

Algunos pensarán que algunas alusiones cinematográficas pueden resultar gratuitas, pero es que Red 2 ya viene aderezada desde la cocina con suculentas citas a otras películas, protagonizadas incluso por algunos de los miembros del reparto. Sin querer desvelar demasiado, la broma de Helen Mirren haciendo de uno de los personajes que le han llevado a obtener un Oscar para conseguir que le internen en un hospital psiquiátrico, resulta absolutamente delirante. Seguro que alguno reconoce en Anthony Hopkins algún tic de su personaje más conocido, Hannibal Lecter, además de que alguna secuencia parece diseñada para rendir tributo a una de las más famosas de The Silence of the Lambs, aunque no diré cual. Curiosamente no es el único miembro de reparto que interpretó al sociópata psiquiatra creado por Thomas Harris, porque un lustro antes Brian Cox ya se había puesto en sus zapatos en Hunter. El rizo caníbal se completa con Mary-Louise Parker, que ya coincidiera con Hopkins en Red Dragon.

Brian Cox, Mary-Louise PArker y Bruce Willis en RED 2

Cierto es que un servidor echa de menos que le hubieran dado más cuerda a Marvin (John Malkovich), que tan bien me lo hizo pasar en la primera, de la misma manera que también Victoria (Helen Mirren) resultaba más seductora antes que ahora, o que el conflicto entre Frank (Bruce Willis) y Sarah (Mary-Louise Parker) tenía más fuerza en su precedente. No sé si es tanto cuestión de darles más o menos cuerda a los personajes o que la aventura que generan a su alrededor, que constituye el hilo general de la película, hubiera necesitado algo más de consistencia, pero para cuando te vas a dar cuenta de que algún cimiento no está tan bien construido, ya casi se te ha pasado la película en un suspiro. Por eso mismo un servidor no echó cuentas y quedó encantado esperando otra nueva aventura de un grupo de agentes (y actores) que, retirados o no, han descubierto una fórmula eficaz para disfrutar trabajando en unos registros totalmente diferentes a aquellos en los que han cimentado sus respectivas carreras, pero que no tienen ningún problema en adaptarse a los nuevos, haciéndonos pasar un rato absolutamente distendido y divertido.

Conclusión

Si no echamos de menos a Robert Schwentke, director de Red, se debe a que Dean Parisot asume con eficacia la dirección de Red 2, en la que consigue una secuela, quizás no mejor, pero sí a la altura de su precedente. Jon y Erich Hoeber consiguen construir una aventura llena de humor y acción en la que los personajes evolucionan con eficacia y coherencia. Si a esto sumamos la eficacia de su contundente reparto, que sabe proporcionar la ironía necesaria para hacernos gozar y disfrutar como lo hicimos con la primera, estamos ante una película que, quizás no te conmueva o emocione, pero seguro te hará pasar el rato de diversión que promete.

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