La cosmética coreana tiene muchas cuestiones positivamente destacables; pero, sin duda, una de las más llamativas es lo bien que se les da innovar. Quizás allí en Corea estén acostumbrados a su originalidad, pero aquí en cuanto sacan un nuevo formato de producto nos lanzamos en masa a comprarlo. No hay más que ver la expectación que creó que Mercadona se subiese al carro de las esencias coreanas con uno de sus productos más recientes. Por eso, tampoco es raro que la llegada a España del d'Alba Aromatic Spray Serum, un curioso sérum de trufa blanca que promete un sinfín de beneficios, se haya hecho viral en redes sociales. Sobre todo en TikTok.
Son muchos los usuarios de esta y otras redes sociales que han querido probar este producto que no solo se ofrece como un sérum. Los cientos de vídeos que circulan por redes sociales apuntan que también es eficaz como prebase o incluso para refrescar el maquillaje después de un tiempo.
Básicamente, el d'Alba Aromatic Spray Serum es un sérum bifásico compuesto por una fase de aceite y otra acuosa. La marca, de la que también se ha viralizado un protector solar facial, remarca que el producto nos dejará un aspecto luminoso e hidratado, tanto con maquillaje como sin él. ¿Pero realmente se notan tanto los efectos de este sérum de trufa blanca? Para comprobarlo, lo he estado probando durante unos días. Aquí van mis conclusiones.
Antes de empezar, ¿qué lleva este sérum de trufa blanca?
Lo que más llama la atención del sérum es la trufa blanca, desde luego. Sin embargo, este sérum tiene una larguísima lista de ingredientes (INCI), donde la trufa blanca (Tuber magnatum) ocupa el octavo lugar. Recordemos que, en cosmética, los productos se ordenan por orden de concentración, de mayor a menor. Por lo tanto, la trufa blanca del d'Alba Aromatic Spray Serum no es el ingrediente más abundante, aunque tampoco está muy abajo. Hay muchísimos ingredientes después.
Normalmente, este tipo de productos tan hidratantes suelen tener el agua como primer ingrediente. Sin embargo, en este caso no es un agua cualquiera, sino agua de rosa damascena. Este es un ingrediente que se ha usado en Irán durante miles de años, tanto como perfume como en su medicina tradicional. Se le confieren propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, analgésicas y antimicrobianas.
Si bien muchas de estas propiedades no se han corroborado científicamente, sí que se ha visto que es muy rica en antioxidantes, por lo que puede ser un ingrediente interesante en productos antiedad. No es la panacea, pero puede hacer un buen combo con otras sustancias similares. Además, parece ayudar a disminuir la irritación de la piel. Y, desde luego, también perfuma. Son todo ventajas. De hecho, en la fórmula ya hay otros compuestos antioxidantes, como la vitamina E (tocoferol), por lo que es una combinación interesante.
Todo es química... y menos mal
A continuación nos encontramos lo que podríamos catalogar como dos tipos de ingredientes. Los extractos de plantas y los compuestos químicos específicos. Aquí es importante tener cuidado. Los extractos de plantas también son compuestos químicos. Todo a nuestro alrededor es química. Lo que ocurre es que se usan compuestos químicos concretos, no todo un extracto vegetal.
En ese grupo de compuestos químicos nos encontramos con muchos ingredientes humectantes, como la hydroxyethyl urea o el butylene glycol. Estos ayudan a retener la humedad en la piel, de tal manera que se mantiene más hidratada y con un aspecto más luminoso. También hay ingredientes que se usan para mejorar la aplicación del producto, de forma que se extienda bien y se mezclen adecuadamente todas sus partes. Es, por ejemplo, el caso del Dipropylene Glycol y el Glycereth-26.
Este útlimo, además, es curioso, pues tiene dos funciones muy distintas, pero necesarias. Por un lado, es importante en un producto bifásico, ya que ayuda a mantener cierta unión entre la fase líquida y la sólida. Lógicamente, no se pueden mezclar, salvo momentáneamente al agitar, pero se consigue cierta estabilidad. No obstante, también destaca por su poder humectante. Más hidratación.
Pero, sin duda, la mayor parte de su hidratación viene de todos esos extractos y aceites esenciales que nos encontramos en la fase oleosa. Algunos ejemplos de plantas de las que se obtienen estos extractos son la Camellia japonica, la salvia, el olivo, la freesia, varias especies de hibisco y la avena. Son solo unos pocos ejemplos. Hay más de 30 plantas, de las que han extraído aceites de partes como sus semillas o sus raíces.
Contiene incluso probióticos
Llama mucho la atención un ingrediente denominado como Bifida ferment lysate en el INCI. Se trata de un producto procedente de la fermentación de la bífida (Bifidobacterium longum), una bacteria que se encuentra naturalmente en nuestro sistema digestivo. Por lo tanto, actúa como probiótico y se cree que puede ser eficaz en la protección de la barrera de la piel.
Un sérum de trufa blanca muy perfumado (pero no huele a trufa)
La mayoría de extractos que contiene este producto ya están muy perfumados por sí mismos. No obstante, al final de la larguísima lista de ingredientes también encontramos algunos perfumes, como el Limonene.
Niacinamida y ácido hialurónico: dos estrellas del rock del skincare
Este sérum de trufa blanca contiene también niacinamida y ácido hialurónico, dos de los ingredientes de moda en cualquier producto de skincare. No obstante, cabe destacar que el ácido hialurónico está casi al final del INCI, por lo que su concentración debe ser muy reducida. De cualquier modo, este compuesto es un humectante y el producto va bien servido ya de humectantes. Se lo podemos perdonar. En cuanto a la niacinamida, es un gran seborregulador, que además hidrata y refuerza la formación de células nuevas, dando a la piel un aspecto más luminoso.
La niacinamida sí está bastante arriba en el INCI, concretamente en séptima posición, justo antes de la trufa blanca. Por lo tanto, su concentración debe ser bastante aceptable.
¿Funciona el d'Alba Aromatic Spray Serum?
Durante una semana he estado probado el sérum de trufa blanca de todas las formas que se recomienda, aunque mayormente en mi rutina de skincare de noche.
Cabe destacar que es un bifásico en spray, por lo que hay que agitar y después pulverizar. Esto es algo que debo decir que, a título personal, no me ha gustado. No el hecho de tener que agitar, pero sí el formato spray. Es cierto que es muy original y que puede ser muy útil para refrescar el maquillaje, por ejemplo. Sin embargo, como sérum creo que no es un acierto, ya que la cantidad de producto que se deposita en la cara al pulverizar es muy reducida. Se nota el efecto hidratante, pero, para mi sensación, no dura mucho en el tiempo y eso podría ser justamente por la dosis tan baja que nos ponemos en la cara. Por poner un ejemplo que también he comentado por aquí, siento mucho más la hidratación de la esencia de Mercadona.
En cuanto al aspecto jugoso con el maquillaje, sí que lo noto. Es cierto que no es algo único que no se pueda obtener con otros productos, pero se percibe.
Con todo esto, se puede decir que no es un mal producto, pero para mí se queda corto. Tiene muchísimos aceites naturales que actúan como emolientes, contribuyendo a la hidratación de la piel. Sin embargo, están bastante abajo en el INCI. También tiene algunos compuestos humectantes, que sí están más arriba. Pero me resulta chocante que algunos vayan después de otros ingredientes utilizados para dar textura al producto. Eso no tiene que ser necesariamente malo, pero llama la atención. Por otro lado, es importante destacar que tiene bastante perfume, por lo que no lo recomendaría para pieles sensibles.
Seguiré usando este sérum de trufa blanca
Yo lo voy a seguir usando, porque en general no me parece un mal producto. Pero sí que he de reconocer que, en mi humilde opinión, no vale la pena tanta viralidad. Es muy exótico, con tantísimos aceites y esa trufa blanca italiana, pero como producto es bastante normalito. Aun así, si te apetece una experiencia diferente en tu rutina de skincare, mal no te va a hacer.