Los aranceles de Donald Trump a las importaciones de productos siguen dando de qué hablar. La política proteccionista del presidente de Estados Unidos golpea a gran cantidad de países y rubros, aunque es China el principal destinatario de las tarifas en cuestión. Es por ello que cada vez más empresas del gigante asiático están recurriendo a estrategias bastante turbias (o directamente ilegales) para evadirlas.
Según reporta Financial Times, en las principales redes sociales chinas se han multiplicado los anuncios promocionando los servicios de redireccionamiento de productos para evitar los aranceles de Estados Unidos implementados por Trump. Básicamente, se trata de compañías que proponen lo que se conoce como "lavado de origen".
El procedimiento en cuestión es bastante sencillo. Lo que hacen estos proveedores es tomar los productos y materias primas provenientes de China, y con destino a EE. UU., y enrutarlos a través de países como Malasia, Vietnam o Corea del Sur. En el medio, aplican un nuevo certificado de origen para hacerle creer a los norteamericanos que su procedencia original no es china, sino de otros mercados asiáticos.
El citado medio indica que una de las publicidades vinculadas con este tipo de servicios promete a los exportadores chinos "transformar" sus productos en bienes provenientes del sudeste asiático. De esta forma, deben pagar aranceles bastante menores que los que Donald Trump impuso a todas las importaciones que provienen desde China.
Empresas chinas recurren al "lavado de origen" para evitar los aranceles de Trump

Un elemento crucial a tener en cuenta es que Estados Unidos considera que para que un producto cambie legítimamente su lugar de origen debe ser sometido a un procedimiento fabril o de procesamiento que añada valor. Sin embargo, lo que hacen las empresas que recurren al lavado de origen en muchos casos se limita a cambiar el embalaje o el etiquetado de los bienes que llegan desde China, aplicándoles un nuevo certificado de origen sin que el producto o bien final sufra una modificación real.
Si bien esto no representa una "transformación sustancial" como la que exigen los norteamericanos, la información apunta a que la práctica se ha vuelto común en países con controles aduaneros laxos. En tal sentido, Malasia se presentaría como el principal territorio promocionado para camuflar los productos chinos y evitar los aranceles de Donald Trump.
El uso de puertos malayos para reetiquetar o reempacar productos chinos para cambiar su origen no sorprende, considerando la bestial diferencia de tarifas. Tengamos en cuenta que Trump le impuso a Malasia aranceles del 24 %, mientras que los de China se encuentran actualmente en un 145 %.
Y si bien los intermediarios que se encargan del "lavado de origen" cobran por su trabajo, es una cifra extremadamente asequible para los exportadores del gigante asiático. Un empresario le confirmó a Financial Times que le ofrecieron el servicio a cambio de 7 centavos de dólar por cada kilo de bienes o productos a transportar.
Escapar de las tarifas sin que la Casa Blanca se dé cuenta
Los encargados de lavar el origen de las exportaciones chinas para evadir los aranceles de Trump saben que deben ser cuidadosos. Uno de los prestadores del servicio reconoció que en EE. UU. son conscientes de la maniobra, por lo que deben ser cuidadosos al tomar órdenes de los clientes para no levantar sospechas con sus embarques.
Mientras tanto, los gobiernos de Corea del Sur, Vietnam, Tailandia y hasta la propia Malasia anunciaron controles más estrictos en sus puertos para evitar estas prácticas. Así, buscan despegarse de la estrategia ilegal y evitar represalias de la Casa Blanca.
Los exportadores chinos, en tanto, se desligan de cualquier acto ilegítimo, pues en muchos casos afirman que sus mercancías se despachan bajo una cláusula free-on-board (FOB). Esto significa que se hacen cargo de los bienes hasta que se cargan en el buque, y luego su responsabilidad queda en mano de los compradores hasta que llegue a destino.
