En agosto de 2023, un vecino de Ivins (Utah) escuchó que alguien llamaba frenéticamente al timbre de su casa. Al mirar por la cámara de seguridad, se encontró con un niño que pedía ayuda. Cuando finalmente abrió la puerta, descubrió algo peor: el pequeño tenía heridas en las muñecas y tobillos, parecía desnutrido y sediento. Se trataba del hijo menor de Ruby Franke, una celebridad de YouTube que se había hecho famosa por ser una de las primeras vlogeras relacionadas con temas familiares de alcance mundial. 

Poco después, la policía descubriría que la otra hija del matrimonio Franke, estaba en condiciones similares. Ambos niños habían estado encerrados en la casa de cuatro habitaciones de 600.000 metros cuadrados de Jodi Hildebrandt, socia comercial de Ruby Franke. Poco después, tanto la una como la otra fueron detenidas por abuso infantil. Comenzaba así una saga escandalosa que cuestionaría toda la cultura online estadounidense dedicada a la familia y a la crianza.

Hasta entonces, los Franke eran conocidos por compartir su perfecta vida familiar en Internet. Primero por el extinto canal de YouTube 8 Pasajeros. Después, por un segundo dedicado a la enseñanza religiosa mormona. En todos, se mostraban unidos, estrictos pero cariñosos. Con más de un millón de suscriptores el matrimonio formado por Ruby y Kevin, registraban el día a día de la educación de sus seis hijos. Los dos mayores abandonaron la casa apenas cumplieron 18 años, pero los cuatro más pequeños, siguieron siendo el centro del contenido Franke. Pero nadie podía suponer lo que realmente escondían los numerosos videos que mostraban una vida doméstica en apariencia idílica. 

Los peligros de la celebridad instantánea

La nueva docuserie El demonio en la familia: El caso de Ruby Franke, disponible para Latinoamérica en Disney+, analiza el fenómeno desde sus inicios. También, recoge las primeras declaraciones de Chad y Shari, los hijos mayores de la familia, así como las del patriarca Kevin Franke. 

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Este último, explicó en una entrevista a Vanity Fair, que la serie de tres capítulos, le permitió profundizar en lo sucedido desde sus propias palabras. Una oportunidad que, además, en la que desmintió rumores — como que estaba al tanto de los abusos cometidos por Ruby — y explicar su punto de vista sobre lo ocurrido. 

Pero más allá de los testimonios, la miniserie ofrece una visión inédita sobre los Franke puertas adentro. Algo que incluye su súbita celebridad en Internet, la sobreexposición de la vida familiar, hasta los primeros indicios de abuso infantil. Todo, en medio de la frenética actividad online de Ruby Franke, que prácticamente intentó convertir en contenido monetizable cada minuto del crecimiento de sus hijos. 

Kevin Franke, en 'El demonio en la familia: El caso de Ruby Franke' de Disney+

Más grave todavía, cómo la atención mediática transformó lo que parecía un proyecto en conjunto, en una circunstancia cada vez más turbia y violenta. A través de todos sus capítulos, El demonio en la familia: El caso de Ruby Franke, deja claro un hecho alarmante. La obsesión por la fama instantánea de la voglera, fue el comienzo de una espiral de situaciones cuestionables y finalmente, el abuso infantil. 

Un comienzo discreto para un proyecto a gran escala

Ruby Franke, durante los primeros años de su canal de YouTube

En el año 2015, Ruby Franke de 33 años y madre mormona de seis hijos, abrió un canal familiar en YouTube. Titulado 8 Pasajeros, tenía una premisa sencilla: se dedicaba a mostrar la vida cotidiana y en especial, el estilo de crianza mormón. La voglera, se mostraba como una mujer enérgica, simpática y cercana a sus hijos. Por otro lado, su esposo Kevin, participaba al principio con poca frecuencia en el contenido. Pero después, también, se volvió un rostro regular en los numerosos videos del canal. 

Lo que distinguió a 8 Pasajeros de otros canales semejantes, fue la capacidad de Ruby Franke de integrar a todos los miembros de su familia al contenido. Una decisión que, paso a paso, le permitió registrar momentos de interés poco comunes en contenido semejante. Desde largas conversaciones acerca de la espiritualidad de los adolescentes, hasta profundizar en el primer rasurado de Chad, el hijo mayor. El diario en video, tenía mucho de una conversación cotidiana acerca de situaciones y conflictos universales.

La combinación resultó infalible y para comienzos de 2016, el canal alcanzaba casi el millón de suscriptores. Para su punto más alto, en marzo de 2017, 8 Pasajeros era una referencia en contenido de educación familiar y crianza moderna. Lo que atrajo a cientos de marcas y también a medios tradicionales. Ruby, en específico, se convirtió en una celebridad internacional. Para finales de ese año, el canal arrojaba ingresos de alrededor de 100.000 dólares al mes. Una suma que permitió a la familia mudarse a una casa más grande. También, llevar un estilo de vida mucho más opulento.

Una situación insostenible

Shari Franke, autora del libro 'The House of My Mother'

El éxito trajo consigo mayor presión sobre la familia. En su libro The House of My Mother (2025), Shari Franke relata la manera en que su madre les exigió renunciar a la privacidad en beneficio del canal. Un giro de los acontecimientos que produjo las primeras desavenencias entre los miembros. Chad, el hijo mayor, comenzó a mostrarse receloso del constante escrutinio online. Los más pequeños, sufrían por las largas rutinas que predecían los ya icónicos videos.

Siempre según Shari, para finales de 2019, la situación se había vuelto abrumadora. Ninguna de las actividades normales y cotidianas, se encontraba fuera del ojo de la cámara. Para la adolescente en pleno crecimiento, se trataba de una situación incómoda y penosa. Todo se hizo aún peor, cuando Ruby comenzó a exigir a sus hijos participar en los videos de manera invasiva. En palabras de la joven, era la actitud de una productora demandante y la mayoría de las veces cruel, en lugar de una madre preocupada. 

Finalmente, ocurrió lo inevitable. Durante un video que se publicó en el canal en junio de 2020, Chad reveló que había dormido sobre el suelo por siete meses, como castigo por gastarle una broma a su hermano. Los seguidores del canal estallaron en críticas y escudriñaron a fondo el resto del contenido en línea. 

Shari Franke en el documental 'El demonio en la familia: El caso de Ruby Franke'

Gracias a lo cual, descubrieron que Ruby Franke amenazaba a sus hijos con privarles de comer o cortar la cabeza a sus juguetes favoritos. El escándalo escaló y la actitud de los Franke se convirtió en parte del debate sobre los límites entre una crianza disciplinada y el abuso. 

Todo estalla por los aires

Jodi Hildebrandt y Ruby Franke, en una imagen del proyecto 'Madres por la verdad'-

En medio del escándalo, hubo denuncias directas contra los Franke y lo que ocurría puertas adentro de su hogar. Lo que provocó que a finales de 2020, una visita de dos agentes de la agencia Child Protective Services. Pero no se presentaron cargos. Para entonces, Ruby declaró a The Wrap, que había logrado demostrar que solo era una madre preocupada y responsable. Con todo, la cancelación en redes sociales continuó y el canal 8 Pasajeros perdió gran parte de su popularidad.

En casa de los Franke, la tensión continuaba. Chad, perdió todo interés en grabar contenido y a menudo, se mostraba en cámara tenso y retraído. Shari, que protagonizó un incómodo momento cuando su madre intentó registrar una conversación privada de ambas sobre la menstruación, se negó directamente a continuar apareciendo. Por otro lado, Kevin intentaba mediar en la situación, pero paso a paso, el canal dejó de dar novedades. En el año 2022, cerró de manera definitiva. 

Chad Franke, en el documental 'El demonio en la familia: El caso de Ruby Franke'

Pero ya Ruby se encontraba embarcada en otro proyecto. Había conocido a la consejera Jodi Hildebrandt, también mormona y fundadora de ConneXions, dedicada al asesoramiento familiar. Enfurecida por la actitud de sus hijos mayores, la vogler contactó con Jodi para comenzar terapia. Pronto, la autoproclamada gurú de las relaciones familiares, no solo asesoraba al adolescente. También lo hacía con Shari y Kevin. Y por último, se convirtió en pilar fundamental del siguiente paso de la experiencia online familiar. 

Una sociedad peligrosa

La familia Franke en 2021

Jodi Hildebrandt, aunque aseguraba ser psicóloga certificada y en funciones, había perdido su licencia para ejercer años antes. Aun así, ofrecía apoyo y terapia en su página web. Con un claro acento en la disciplina mormona, tenía opiniones controvertidas sobre sexualidad, amor, matrimonio y crianza juvenil. Rápidamente, Ruby se volvió fanática de los métodos de Jodi y juntas, comenzaron un nuevo proyecto en Instagram titulado Madres por la verdad, al que solo se accedía por invitación.

En 2021, Franke se unió al podcast ConneXions de Hildebrandt y ambas debatían todo tipo de opiniones controversiales que les acarrearon olas de descontento. En especial, perspectivas que rozaban el racismo, el fanatismo religioso y hasta culpaban a las víctimas de violaciones por la violencia que habían padecido. Para diciembre de ese año, el dúo era considerado fuente de contenido racista y misógino, algo que acarreó una nueva oleada de polémica en su contra.

En la familia Franke, la situación no era mejor. Ruby había echado de la casa a Chad por su rebeldía y Kevin, que se sometió a terapia con Jodi, fue considerado el centro de los problemas. Para ese momento, Hildebrandt se mudó a la casa de la familia, una decisión que provocó que Shari rompiera vínculos con sus padres. En especial, al comprobar luego de una investigación personal, que las credenciales de la supuesta terapeuta, eran falsas. 

Finalmente, Ruby pidió a Kevin mudarse y permanecer lejos durante un año. Después de eso, cortó toda comunicación no solo con su esposo, sino con cualquier otro miembro de la familia más allá de las puertas domésticas. A comienzos del año 2022, la voglera se ocupaba de Jodi, que insistía que era atormentada por demonios. Por lo que ambas, dedicaron tiempos y esfuerzos a prepararse para lo que consideraban el fin del mundo.

La verdad sale a flote

Ruby Franke y Jodi Hildebrandtal momento de su arresto

En medio del momento más duro de la cuarentena debido a la pandemia, la situación en la casa se volvió caótica. La relación entre Jodi y Ruby se volvió más que privada, íntima. Eso, mientras también, evitaban cualquier contacto personal o de cualquier otro tipo con Kevin, Chad o Shari. Según relata el libro de esta última, más allá de los videos y el podcast, era imposible saber qué ocurría con los niños menores, todavía al cuidado de Franke.

La falta de noticias, finalmente, llevó a Shari a contactar con los servicios de protección infantil y los niños. En especial, porque varios vecinos advirtieron que los niños estaban encerrados a solas en la casa familiar. No obstante, como nadie abrió la puerta y no había una orden de allanamiento, las autoridades no pudieron hacer gran cosa. Desde entonces, ningún miembro de la familia pudo contactar a Ruby o a Jodi, por lo que no tuvo noticias suyas, hasta que el hermano menor fue llevado a la policía. 

Ruby Franke, al momento de su arresto.

El 30 de agosto, Ruby Franke y Jodi Hildenbrandt fueron arrestadas por seis cargos de abuso infantil. Una de las pruebas determinantes en la acusación, fue un diario de Ruby, en el que contaba a detalle los maltratos a los que sometía a sus hijos pequeños. Todo debido a su firme creencia de que se encontraban poseídos y debían ser purificados. Para lo cual, los sometía a ayunos, a largas jornadas bajo el sol y a palizas.

Una dura lección sobre la cultura de internet y las relaciones familiares

Jodi Hildenbrandt. al momento de recibir sentencia.

El 20 de febrero de 2024, Ruby Franke y Jodi Hildenbrandt, recibieron sentencia. Ambas se declararon culpables de cuatro cargos de abuso infantil y haber torturado a los hijos menores de los Franke. Por un lado, Ruby admitió que del 22 de mayo al 30 de agosto, torturó a su hijo físicamente. Lo que abarcó ayuno, negarse a permitirles beber agua y exponerlos a las inclemencias del clima de Utah, además de castigos corporales. Todo bajo la creencia de que sus hijos estaban poseídos por demonios. 

Por su parte, Hildebrandt admitió haber golpeado a la niña pequeña y obligarla a saltar sobre cactus con el propósito de hacerle daño. También, se le rapó el cabello y se le golpeó por llorar, pedir comida o, incluso, dormir más horas de las que les imponían. Una situación que se prolongó hasta el día en que su hermano escapó en busca de ayuda. 

Ruby Franke, al momento de recibir sentencia

En la actualidad, ambas mujeres se encuentran cumpliendo una pena de hasta treinta años de prisión por los cuatro cargos de abuso infantil. Ruby admitió que había sido engañada por Jodi y que cometió errores imperdonables. Por su parte, Kevin ha negado, en todo momento, haber tenido el más mínimo indicio de lo que ocurría. 

¿Dónde están ahora los Franke?

En la actualidad, Kevin Franke pidió el divorcio a Ruby, en un acuerdo privado que todavía se encuentra en proceso de resolverse. Por su parte, Chad Franke es un asesor inmobiliario y de bienes raíces, con una activa cuenta en Instagram.

En cuanto a Shari, es una activista contra la explotación infantil en redes sociales y en el uso indiscriminado de contenido familiar. Ha brindado testimonio frente a legisladores de Utah. También, publicó un libro y dedica esfuerzos a una legislación nacional, que proteja a los niños en videoblogs, con las mismas ordenanzas que niños actores.