No se puede hablar de una cura definitiva para la ceguera, básicamente porque la ceguera puede tener orígenes muy distintos. Sin embargo, hay una muy concreta, conocida como ceguera corneal bilateral, que se puede tratar de una forma que casi parece una broma: introduciendo un diente en el ojo.

Esa es la versión resumida, pero lo cierto es que es un intervención compleja, larga (se tarda meses en finalizar) y, si todo va bien, muy eficaz. Recientemente ha saltado la noticia de que se ha hecho por primera vez con éxito en Canadá. No obstante, la inserción de un diente en el ojo para tratar la ceguera es algo que lleva haciéndose desde los años 60, cuando el cirujano oftalmológico italiano Benedetto Strampelli la llevó a cabo por primera vez.

Dada su complejidad, es una cirugía que solo se realiza en unos pocos pacientes elegibles, en los que ninguno de los demás tratamientos existentes ha dado resultado. Llegado el caso, se procede a sacar el diente, normalmente un canino superior o inferior, e implantarlo en el ojo. Pero no es algo tan rápido. Hay muchos pasos en el proceso y vamos a verlos a continuación. Eso sí, antes empecemos por el principio.

¿Qué es la ceguera corneal bilateral?

La córnea es una capa transparente que recubre el iris y la pupila del ojo y permite que la luz entre en su interior.

A veces, pueden darse casos en los que, por un motivo u otro, se forman una especie de cicatrices en dicha capa, de modo que la luz no puede entrar adecuadamente. Esto puede dificultar la visión solo en parte o por completo. Cuando lo hace por completo y en los dos ojos estamos ante una ceguera corneal bilateral en fase terminal. Aquí el término terminal no se refiere a que sea mortal, sino a que, como hemos visto, el paciente ya no ve absolutamente nada.

Todo esto suele ocurrir por una enfermedad autoinmune, aunque también puede deberse a quemaduras o traumas en el ojo y enfermedades como el síndrome de Steven-Johnson o el síndrome de Sjogren, entre otros. 

Existen distintos tratamientos, siendo el más común el trasplante de células madre en el ojo. Sin embargo, hay veces en las que este no da resultados. Tampoco otras opciones. Por eso, como último recurso, se prueba a hacer el implante de diente en el ojo.

¿Por qué se introduce un diente en el ojo?

Este procedimiento en realidad es un tipo de implante, conocido como osteo-odonto-queratoprótesis. A grandes rasgos consiste en eso: introducir el diente en el ojo. Pero es un proceso bastante más largo.

Dentistas y COVID-19
Se eligen normalmente los caninos, porque tienen más raíz. Crédito: Unsplash

El primer paso es extraer un diente del paciente y una parte del hueso que lo rodea. Se suelen elegir los caninos porque son los dientes que tienen la raíz más grande y eso es muy útil para esto. Además, el hueso suele ser más fuerte que el que rodea otros dientes. Una vez realizada la extracción, el hueso y el diente se pulen para dar lugar a una pieza plana, similar a un plato, en cuyo centro se perfora un agujero. En este se coloca una lente que ayudará a dejar pasar la luz como ocurre normalmente en la córnea. El dispositivo ya está casi listo, pero necesita nutrirse y vascularizarse. Para ello, se implanta en el interior de la mejilla del propio paciente. Así, de forma natural, desarrollará nuevo tejido y tendrá su propio suministro de sangre.

Paralelamente a esto, se realiza otra parte importante de la intervención: tomar una pequeña muestra de tejido de la mejilla e implantarla en el ojo del paciente. Esto le dará continuidad al trasplante cuando se produzca, ya que la prótesis se coloca en el mismo tipo de tejido en el que se ha terminado de fabricar.

Tres meses después de implantar el diente en la mejilla suele estar ya listo para pasar a su destino final. Para colocar el diente en el ojo (o al menos lo que queda del diente), es necesario levantar ligeramente el implante que se hizo en primer lugar y crear un orificio en la zona del iris. Justo ahí se coloca la prótesis que previamente se habrá extraído de la mejilla.

Con este tipo de prótesis no solo se consigue restaurar la visión de los pacientes. También se evita el rechazo por parte del sistema inmunitario, ya que todas las piezas proceden del mismo organismo, de modo que este no detecta ninguna amenaza.

Puede parecer descabellado, pero no deja de ser una prótesis como cualquier otra. Simplemente, se ha usado como material para la fabricación un tejido propio del paciente. En este caso un diente. 

ojos
Esta prótesis no tiene los problemas de rechazo que tienen otras. Crédito: Freepik

¿Cómo de duradera es la prótesis de diente en el ojo?

Como con cualquier prótesis, es necesario hacer un seguimiento de los pacientes para comprobar que el diente en el ojo sigue ejerciendo correctamente su función. 

En 2022 un equipo de científicos italianos publicó el seguimiento durante 30 años de 82 ojos intervenidos con una osteo-odonto-queratoprótesis. Vieron que en ese periodo se dio una supervivencia anatómica del 94% de implantes. No hubo ningún rechazo y se mantuvieron sin problema en el ojo. Además, la agudeza visual en la mayoría de pacientes era muy buena después de ese tiempo. 

Por lo tanto, aunque sea un último recurso, colocar un diente en el ojo es mucho más eficaz que disparatado. Bueno, también es muy disparatado, pero siempre en el buen sentido.