El género del cine perturbador es uno de los más populares en Internet. Obviamente, porque llama la atención más que cualquier otro. Se caracteriza por mostrar historias enfermizas que te hacen preguntarte: “¿Quiénes fueron los pervertidos que grabaron esto?”. Aunque hay veces que esa pregunta no viene al caso. En lo que respecta a Silenced, su trama solo dramatiza hechos reales. Tan horribles que la película solo raspa la superficie, y eso le basta para ser una experiencia completamente aterradora.

La peor parte de vivir en el infierno es que no puedes escapar. Cuando logras pedir ayuda eres ignorado. Lo único que te queda es sufrir en silencio, a ver cuando tiempo puedes aguantar la tortura. Esta historia real trata sobre decenas de niños discapacitados (la mayoría sordos y huérfanos) que fueron abusados sexualmente por años en un internado de Corea del Sur. Como no tenían otro lugar a donde ir, llegó un punto en que las víctimas simplemente se acostumbraron al infierno. Así, estos crímenes monstruosos se mantuvieron en secreto por décadas, hasta que una película cambió el mundo.

Corea del Sur goza de una maravillosa reputación internacional gracias a su poderosa industria cultural. Sin embargo, apenas en los años noventa fue que la nación comenzó a democratizarse, luego de haber sido gobernada por una serie de tiranos militares por más de tres décadas. Y esto luego de haber sufrido una brutal colonización por parte de Japón, durante la primera mitad del siglo XX. Como resultado, su sociedad sigue siendo abrumadoramente conservadora. Por lo general las autoridades no se cuestionan jamás, el abuso a los subordinados es una garantía. Hay que saber eso para poder entender esta increíble historia.

Se suponía que La guerra de Corea se luchó para liberar el país. No todo salió de acuerdo al plan.

¿Qué fue lo que pasó?

Silenced está basada en una novela titulada The Crucible, la cual cuenta la historia de un profesor que es contratado para enseñar arte a niños sordos en un internado. Al llegar comienza a notar todo tipo de comportamientos sospechosos: los alumnos están retraídos socialmente, algunos tienen heridas en los brazos y otras partes del cuerpo. Los administradores se muestran particularmente evasivos, como si trataran de averiguar si él también va a querer guardar este secreto a voces. Pronto descubre una repulsiva conspiración: los administradores y profesores colaboran para mantener en secreto que todos abusan sexualmente de sus alumnos. La novela dramatiza con bastante precisión los sucesos reales.

El factor más perturbador de esta serie enorme de crímenes es que el internado como tal, la escuela Gwangju Inhwa, parece haber sido creada con el propósito de abusar sexualmente de personas vulnerables. Ya que los administradores: director, subdirector y demás empleados, formaban parte de la familia fundadora. Todos parecían compartir la misma perversión, y se volvieron expertos en cubrirse las espaldas los unos a los otros. Hoy se sabe que entre el año 2000 y 2004 hubo al menos 30 víctimas de violación. No se trataba de incidentes aislados, sino que los abusos y violaciones ocurrían a diario. Sobre todo para los estudiantes que vivían en los dormitorios no había escape.

Con el tiempo se descubrió una larga historia de abusos, datando de los años sesenta. La mayoría de los profesores ni siquiera sabían hablar lenguaje de señas, y los que sí sabían tenían solo un conocimiento básico. Además, la escuela se financiaba con dinero público.

En Silenced vemos como el protagonista logra exponer a los criminales. La policía no quería investigar, ya que los perpetradores venían de una familia rica y por eso prestigiosa. Solo fueron forzados a hacerlo cuando una entrevista con una de las víctimas se hizo pública. Pero el juicio fue una completa farsa. A pesar de que los criminales fueron encontrados culpables y sentenciados, se les suspendió la sentencia y fueron puestos en libertad condicional. El director de la escuela recibió una sentencia de cinco años de cárcel, pero fue prontamente suspendida. Un año después murió de cáncer.

Luego del juicio la pesadilla continuó. La mayoría de acusados de abuso sexual, incluyendo al subdirector, un profesor y un administrador, volvieron a ser contratados por el internado. Mientras que los profesores que se pusieron del lado de las víctimas fueron suspendidos, despedidos, o se les redujo el salario.

El estreno de Silenced lo cambió todo

A pesar de que ya existía un documental y una novela sobre este absurdo fenómeno, el caso y subsecuente juicio había sido barrido bajo la alfombra. Todo cambió cuando el icónico actor Gong Yoo (el que protagonizaría la película) inició su servicio militar a los veintinueve años. Su comandante le regaló un libro por subir de rango a sargento. Era The Crucible, la novela que dramatiza el incidente. Gong Yoo la leyó y pensó que tenía que ser adaptada al cine.

Recordemos que primero y principal es un Guardián

Su deseo se hizo realidad y en el año 2011 se estrenó Silenced. Causó un fenómeno social como jamás se había visto en Corea del Sur. La indignación de los coreanos no conocía límite. Muchos no querían creer que la película retrataba hechos reales, pero al confirmarlo estaban obligados a actuar.

Los casos se reabrieron, pero ante la imposibilidad de volver a juzgar el mismo crimen, el fiscal encontró una solución ingeniosa. Decidió demandar de nuevo, esta vez por los daños mentales ocasionados a las víctimas.

De esa manera lograron sentenciar al antiguo administrador del internado a doce años de cárcel. Por otro lado, solo cuatro de los trece profesores acusados de abuso fueron castigados, ya que el estatuto de limitaciones ya estaba vencido.

El logro más grande fue la creación de la ley Dogani (en honor al nombre de la película en coreano), la cual endurece las penas a los condenados por abuso sexual de menores y de discapacitados. Pasó de un máximo de siete años por abusar sexualmente de un discapacitado y diez en el caso de un niño, a la posibilidad de ser condenado a toda la vida en prisión. Las sentencias serán mayores si el perpetrador formaba parte de una institución educativa. La ley también acaba con el ridículamente corto estatuto de limitaciones para este tipo de crimen.

Y por fin cerraron para siempre el infernal lugar en el que todo sucedió.

La autora de la novela, Gong Jiyeong, afirmó que se vio obligada a escribir The Crucible cuando leyó la siguiente línea en un artículo:

“En el momento en que se anunció, en lenguaje de señas, que (los asaltantes) serían liberados, suspendiendo su sentencia, la corte irrumpió en un rugido incomprensible proveniente de los individuos con discapacidad auditiva que estaban presentes”.

Años después, el actor Gong Yoo al leer su novela dijo:“

“Sentí un deseo de resentimiento y de ira dentro de mí. ¿Acaso me había tomado tanto tiempo darme cuenta de que cosas como esta suceden en el mundo en donde vivimos? Mi corazón latía con fuerza”.

Ellos dos son los responsables de que por fin se hiciera justicia. Este es un testamento del poder del arte, pero sobre todo del poder que tiene el cine como arte de masas para influenciar a la sociedad.

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