Hay dos cosas que debes saber sobre Carrie de Stephen King, para comprender mejor su repercusión a lo largo de cinco décadas de historia. En primer lugar, el por entonces desconocido escritor, no solo rechazó el borrador inicial del libro — y lo arrojó a la basura — sino que consideró que era directamente impublicable.

Lo otro, es que la novela estaba planeada para ser una incómoda perspectiva acerca del acoso escolar y terminó por convertirse en una historia de horror. Eso, en una colaboración conjunta entre King y su esposa Tabitah, que, por cierto, rescató la versión original del relato del cesto de la basura.

En la actualidad es imposible imaginar al género de lo siniestro sin los aportes — tanto en cine como en el papel — de Stephen King. Pero, en especial, la forma en que el libro Carrie, publicado el 5 de abril de 1974, transformó la configuración del terror tal y como lo conocemos en la actualidad.

Una forma de narrar el miedo distinta

American actresses Piper Laurie (with knife) and Sissy Spacek star in the film 'Carrie', 1976. (Photo by United Artists/Archive Photos/Getty Images)

El argumento, que narra cómo una adolescente en apariencia común, termina por tener poderes telequinéticos, es complicado. Por lo que su hazaña de mezclar varios escenarios a la vez, resulta incluso más interesante a la distancia. Por un extremo, la novela explora en el abuso, el mal moderno y la violencia desde un tono directo que lo vuelve más doloroso.

Pero al otro extremo, es una trama terrorífica en que una víctima termina por hacerse del poder y arrasar todo a su paso. De adolescente que debe soportar un entorno brutal a mostrar un poder capaz de matar como expresión de ese sufrimiento. La combinación entre ambas cosas, transformó a la ficción en el punto central de todo un nuevo tipo de género contemporáneo.

El de los monstruos con rostro humano, con una historia compleja y llena de matices, que no necesitaban justificarse. La Carrie de Stephen King no buscaba redención ni quería alcanzarla. Tampoco recibía un castigo divino. La última parte de la novela era una conflagración violenta y brutal, en la que el personaje demostraba que el horror no estaba en criaturas o en temores colectivos. Lo que hizo de la novela un éxito de ventas y el primer triunfo de King en las librerías. 

Todo continuó en el cine

A la vez, la adaptación al cine del argumento, que fue estrenado en 1976, abrió un panorama para un tipo de terror que apelaba a lo psicológico. Ya El Exorcista había hecho algo semejante en 1973, al plantear un hecho sobrenatural desde el prisma de un dilema de fe. Un punto que también exploró La profecía de Richard Donner, al convertir un pasaje bíblico en una auténtica historia de miedo. Pero King, evitó complejidades teológicas o morales, para profundizar en la incomodidad de la adolescencia. Su personaje — con sobrepeso, llena de inquietudes y en medio de un cuadro de acoso — era real — y creíble en muchas formas. Por lo que sus capacidades inexplicables, parecían contar un trasfondo misterioso que la ficción no tenía que explicar para que fuera poderoso. 

Con la película, dirigida por Brian De Palma, ocurría otro tanto. El realizador se alejó de insinuaciones sobre el mal o castigos divinos, para concentrarse en la angustia existencial de Carrie, interpretada por Sissy Spacek. El guionista Lawrence D. Cohen, tomó la novela original y la convirtió en un lento caldo de cultivo para una tragedia. La protagonista sufría no solo abuso escolar — antológica, la violenta escena del baño — sino también, una presión interna constante. Por lo que la cinta, se transformaba en la creación de un monstruo. Eso, en una combinación poco común de una figura en apariencia frágil que resultaba poseer un poder incalculable. 

In Stephen King's novel and the film adaptations, Carrie (played by Sissy Spacek, left, in the 1976 version) is the one with the supernatural powers, but for NPR's Elizabeth Blair, Carrie's mother Margaret (Piper Laurie) was the truly scary character.

Para su secuencia más conocida, con Carrie bañada en sangre de cerdo y los ojos muy abiertos, De Palma experimento con dobles planos siniestros. Carrie dejaba atrás su apariencia de joven destrozada por las circunstancias, para volverse una criatura inexplicable que asesinaba a todos a sus pasos. La imagen, referenciada en docenas de ocasiones en adelante y convertida en clásico del cine, a la vez hizo algo más. Dejar claro que en el género del miedo, cualquiera podía ser un ente a punto de estallar en furia o dolor. Una premisa que, aun cinco décadas después, continúa siendo el punto culminante del llamado terror elevado. 

Pero Carrie — libro y película — hizo algo más interesante todavía. La novela de King y la versión De Palma, llevaron a las protagonistas a una dimensión por completo nueva. Más allá de la damisela en peligro o la engañosa femme fatale, a una complejidad por completo nueva. La rechazada, hija abusada por una madre ultra religiosa y por el pesar moral, era un tipo de personaje difícil de clasificar. Lo que abrió la puerta a una nueva generación de historias, que exploraron en la mente de sus criaturas. Ya fueran humanas o no. 

1976 - Carrie - Movie Set Nov 03, 1976; Los Angeles, CA, USA; SISSY SPACEK as Carrie White in the dramatic, fantasy, horror film Carrie directed by Brian De Palma. !ACHTUNG NUTZUNG NUR BEI FILMTITEL-NENNUNG! PUBLICATIONxINxGERxONLY 19761103_cmm_g90_035.jpg

Pero, además, permitió que Stephen King fuera tomado en serio. Una adaptación de un superventas de un escritor debutante, era un riesgo que ningún estudio quería tomar. En particular, porque el terror todavía seguía su avance, hacía ser considerado algo más que un género bastardo, de puro entretenimiento. Por último, la compañía United Artists se haría cargo y brindaría la oportunidad tanto al autor de llevar su obra a la pantalla grande, como a Brian De Palma, de experimentar.

El mal en la casa de junto

El cineasta convirtió el largometraje en algo más significativo que una simple película para adolescentes. Por lo que se esforzó porque su trama — y personajes — fueran difíciles de entender. Mucho más, al mostrar la marginación, el maltrato y la violencia, como un territorio fértil para el nacimiento de villanos implacables. 

Carrie lo es, pero aún mucho peor es su madre, interpretada por Piper Laurie. Esta última, una fanática religiosa que expresa todo su enojo y rencor por el abandono en abuso físico contra su hija, es más temible que la protagonista.

Pero gradualmente, la trama lleva a ambas a convertirse en antagonistas y después, a víctimas la una de la otra. De Palma profundizó en el horror doméstico y cotidiano. Y llevó una situación en apariencia realista— una madre maltratadora — a un convertirse en el principio de una historia de horror a toda regla. 

El horror es cosa de todos los días

Pueblos diminutos con secretos diabólicos. Niños que caen en un círculo de fanatismo religioso. El duelo y el luto convertido en un poder sobrenatural. Stephen King no ha dejado de crear durante cincuenta años varios de los argumentos del cine de terror más conocidos. 

Pero, además, permitió que el género encontrara una forma de ser comprendido que todavía es relevante en la actualidad. Mucho más, cuando el género más elevado, enfocado en matizar los relatos escalofriantes para convertirlos en más humanos y profundos. Su mejor legado a futuro.

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