Se habla mucho de la dieta mediterránea. Incluso de la atlántica. En general, está claro que es esencial comer de una forma saludable, dando prioridad a los alimentos de proximidad, sobre todo frutas, verduras y proteínas y grasas saludables. Darle a todo eso un nombre es secundario, pero a veces puede ayudar a que la gente se informe, adquiera algo de educación nutricional y elija los alimentos a conciencia. Por eso, no está mal que ahora se empiece a hablar de dieta japonesa.

Si pensamos en Japón, posiblemente nos vengan a la mente personas muy longevas. No es para menos, pues casi todos los años suelen encabezar el ránking de los países con mayor esperanza de vida. De hecho, en territorio japonés se encuentran lugares catalogados como zonas azules, por albergar a una gran cantidad de personas centenarias. Es, por ejemplo, el caso de Okinawa.

Todo esto, según la investigación realizada por científicos de la Universidad de Liverpool, se debe en buena parte a su alimentación. De hecho, dos de estos investigadores han relatado en un artículo para The Conversation, que la dieta japonesa tiene el potencial de prevenir el deterioro cognitivo propio de la edad. Solo han encontrado este beneficio en mujeres; pero, en general, está claro que la forma en la que se alimentan en este lugar del mundo aporta muchísimos beneficios. Las personas que superan el siglo de vida lo atestiguan.

¿En qué consiste la dieta japonesa?

Al hablar de dieta japonesa debemos tener en cuenta que la palabra “dieta” hace referencia a los alimentos que consume una población concreta. No se trata de una dieta para adelgazar, pues el objetivo no debe ser ese, sino mantener una vida saludable.

Los japoneses comen sobre todo arroz, pescado, marisco y frutas, entre las que destacan los cítricos. Además, su alimentación es rica en soja, algas, miso y setas como las shiitake.

dieta japonesa
La dieta japonesa es rica en pescado, arroz y verduras. Crédito: Jakub Dziubak (Unsplash)

¿Cuáles son sus beneficios?

Todos estos alimentos son ricos en fibra, y grasas y proteínas saludables. Además, constituyen una gran fuente de vitaminas y minerales. 

¿Pero puede todo en su conjunto aportar beneficios extra? Para responder a dicha pregunta, los autores de esta investigación entrevistaron a 1.636 personas japonesas con edades entre los 40 y los 89 años. En primer lugar, tuvieron que anotar todo lo que comían y bebían durante tres días. Además, se les dio una cámara desechable para que hiciesen fotos de sus platos antes y después. Así, también se podían calcular las dosis.

Por otro lado, se les entrevistó sobre sus hábitos y se sometieron a pruebas de sangre para comprobar si tenían predisposición genética a la demencia u otras formas de deterioro cognitivo.

De todas esas personas, 589 siguieron la dieta japonesa, mientras que 697 llevaron a cabo una alimentación más occidental, con muchos carbohidratos refinados, carne roja y alimentos procesados. Finalmente, 350 personas siguieron una dieta independiente, rica sobre todo en verduras, frutas y lácteos.

Durante dos años todas esas personas se sometieron a una resonancia magnética cerebral en la que se midieron sus niveles de atrofia cerebral. Esta consiste en una reducción de las neuronas en ciertas zonas del cerebro, que se puede asociar con la demencia. Curiosamente, la atrofia fue significativamente más alta en el grupo de alimentación occidental, mientras que las personas con dieta japonesa parecían estar más protegidas. La dieta de vegetales y lácteos, aun siendo saludable, no parecía aportar una protección tan significativa.

Todo ello, por supuesto, era independiente de otros factores de riesgo analizados tras la entrevista. 

Supercomputadora cerebro humano, imprimir 3D tejido cerebral
El cerebro de las mujeres se vio claramente beneficiado por la dieta japonesa. Unsplash

Solo en mujeres

Curiosamente, esta protección frente al deterioro cognitivo fue mucho más evidente en mujeres que siguieron la dieta japonesa. En hombres no hubo diferencias tan evidentes. Puede deberse a que algunos nutrientes que se encuentran en alimentos como la soja, incluidos los fitoestrógenos y el magnesio, son más beneficiosos para las mujeres.

Aun así, Japón está lleno también de hombres centenarios. Por eso, estos científicos creen que vale la pena estudiar más a fondo su dieta, por si fuese especialmente beneficioso aumentar el consumo de algunos de sus ingredientes en occidente. No hay un truco para llegar a los 100 años. Ojalá lo hubiera. Pero está claro que la alimentación es esencial para conseguirlo.  Por eso, si tenemos que hacer el esfuerzo de comer sushi para vivir más años, tendremos que hacerlo. Qué remedio.

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