Después de algunas semanas de silencio, Sam Bankman-Fried ha reaparecido en escena. En las últimas horas, sus abogados solicitaron que se desestimen 10 de los 13 cargos criminales que hoy pesan contra el exCEO de FTX, en el marco de la causa por la quiebra del exchange de criptomonedas.
Según recoge Reuters, los defensores de Sam Bankman-Fried criticaron a los fiscales del caso por acusar a su cliente con "preocupante rapidez". De acuerdo con la presentación que realizaron ante un juzgado federal neoyorquino, no se respetaron los procesos tradicionales y se buscó apresurar la situación para "convertir asuntos civiles y regulatorios en delitos federales".
Recordemos que Sam Bankman-Fried fue originalmente acusado de 8 cargos de fraude y conspiración tras la caída de FTX. Sin embargo, luego se ampliaron a 13. Los fiscales aseguran que el empresario engañó a inversores y clientes de su firma de criptomonedas, y que también robó miles de millones de dólares de las cuentas de sus usuarios. Dicho dinero se habría utilizado para financiar las operaciones de Alameda Research, su firma de inversiones, como también para comprar propiedades y mover influencias políticas.
A esto se le suma la acusación de haber pagado sobornos millonarios a funcionarios de China para recuperar el acceso a una cuenta de criptomonedas congelada por el gobierno de ese país.
Pese al calibre de los cargos en su contra, Sam Bankman-Fried ha insistido desde un principio con su inocencia. A fines de marzo, de hecho, volvió a rechazar la comisión de algún delito durante la gestión de FTX. Sin embargo, su panorama sigue siendo extremadamente delicado, considerando que tres de sus principales asociados ya se han declarado culpables y están colaborando con las autoridades.
La defensa busca desestimar los cargos contra Sam Bankman-Fried
Los abogados de Sam Bankman-Fried han pedido que se desestimen los siguientes 10 cargos contra su defendido:
- Conspiración para cometer fraude electrónico a clientes de FTX;
- Fraude electrónico a clientes de FTX;
- Conspiración para cometer fraude contra clientes de FTX en relación con la compra y venta de derivados;
- Fraude a los clientes de FTX en relación con la compra y venta de derivados;
- Conspiración para cometer fraude electrónico contra prestamistas de Alameda Research;
- Fraude electrónico de prestamistas a Alameda Research;
- Conspiración para cometer fraude bancario;
- Conspiración para operar un negocio de transferencia de dinero sin licencia;
- Conspiración para realizar aportes políticos ilegales y defraudar a la FEC;
- Conspiración para violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.
De esta forma, los únicos tres delitos que quedarían contra Sam Bankman-Fried serían: conspiración para cometer fraude de valores, fraude de valores y conspiración para cometer lavado de dinero.
La estrategia de SBF
La determinación de la defensa de Sam Bankman-Fried no sorprende. De hecho, los abogados habían dado a entender tiempo atrás que tenían un as bajo la manga: que su cliente solo podía ser juzgado por los cargos que lo llevaron a ser extraditado desde Bahamas.
Esto se debe a que una persona deportada bajo el tratado entre Estados Unidos y la isla caribeña no puede ser juzgada por otros delitos más que aquellos que derivaron en su extradición. De hecho, en la documentación presentada ante la corte, esta estrategia juega un papel clave. Según los abogados, el cargo por aportes políticos ilegales no estaba incluido en la orden de arresto original. En tanto que otras acusaciones se añadieron luego del traslado de Sam Bankman-Fried a territorio estadounidense.
Ya veremos si la estrategia da resultados. Por lo pronto, restan varios meses antes del juicio, que está programado para comenzar en octubre. Queda claro que aún no se dijo la última palabra sobre Sam Bankman-Fried y su responsabilidad en la debacle de FTX.
No olvidemos que, mientras se define el futuro del empresario y sus principales laderos, el exchange de criptomonedas está tratando de recuperar los fondos de sus clientes. En marzo, se estimaba que alrededor de 9.000 millones de dólares todavía no se habían podido localizar.