Pearson ha tomado acciones para evitar que su catálogo de libros se use para entrenar modelos de IA. La compañía editorial anunció que perseguirá legalmente a quienes utilicen su propiedad intelectual sin permiso. El gigante británico confirmó que ya inició un proceso legal contra una empresa de inteligencia artificial por el uso de material protegido por derechos de autor.,

“Estamos comprometidos con la protección de nuestra IP y estamos siguiendo los desarrollos en campos como la música y la fotografía con gran interés”, dijo Andy Bird, director ejecutivo de Pearson. "Hacemos grandes esfuerzos, y continuaremos haciéndolo para proteger nuestra propiedad intelectual", declaró. Según Evening Standard, el directivo confirmó que está en litigio con una compañía y ya envió una carta de cese y desistimiento.

Bird también declaró que es fácil identificar cuando un modelo de lenguaje extenso (LLM) se ha entrenado usando sus libros. "Es relativamente fácil porque se lo puedes preguntar a ChatGPT", dijo. La multinacional británica es una de las compañías editoriales más importantes del mundo

La reacción de Pearson ocurre a pocos meses de que las IA generativas irrumpieran en el mercado para transformar la forma como trabajamos o interactuamos. La editora sigue el mismo camino que otras empresas y artistas que abrieron procesos legales contra compañías de inteligencia artificial. Getty Images demandó en febrero a los creadores de Stable Diffusion por utilizar imágenes de la colección Getty para entrenar a Stable Diffusion.

La querella establece que Stability AI copió más de 12 millones de fotografías del catálogo de Getty para entrenar a su modelo de IA. Algunos expertos legales aseguran que la balanza podría inclinarse a favor de Getty, ya que las empresas de inteligencia artificial no tienen el "estómago" (o dinero) para aguantar hasta el final del juicio.

Los estudiantes prefieren ChatGPT y no un libro de texto

Pantalla de un ordenador con la página de ChatGPT, la IA de OpenAI

Pearson, al igual que su competidor más cercano, Chegg, han sido incapaces de reaccionar al embate de las IA generativas. Las acciones de la empresa británica cayeron más de 15%, mientras que las de su competidor más cercano, Chegg, se desplomaron un 48%. La popularidad de ChatGPT ha provocado que miles de estudiantes prefirieran usar el chatbot antes de un libro de texto convencional.

Dan Rosensweig, director general de Chegg, dijo en una llamada con accionistas que ChatGPT impactó de forma negativa su negocio. Aunque el directivo declaró que el 85% de los estudiantes prefiere un maestro humano, las cifras de crecimiento no lo respaldan. Es por ello que cerró un acuerdo con OpenAI para desarrollar una herramienta impulsada por inteligencia artificial que servirá como apoyo para el aula.

Aunque Pearson planea integrar IA en algunos videos, su director no ve con buenos ojos a ChatGPT. "Estamos en el negocio de ayudarte a aprender y mejorar tus habilidades, no en el negocio de responder", dijo Bird. "Si todo lo que tuviéramos que hacer fuera leer un conjunto de hechos para aprender, no habría necesidad de escuelas, universidades y maestros", declaró.

No tomar con seriedad el avance de la IA podría acabar con Pearson y otras empresas que piensan de modo similar. Aferrarse a una mentalidad o modelo de negocio del siglo XX es la receta perfecta para la bancarrota.

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