Este 2023 se cumplen 60 años del descubrimiento de los cuásares, un objeto astronómico que se caracteriza por un brillo muy intenso. Tanto, que se puede comparar al de un billón de estrellas empaquetadas en el volumen del Sistema Solar. Desde entonces, lo que la ciencia conoce sobre ellos ha avanzado mucho. Pero había algo que se resistía a los astrónomos: ¿cómo se encienden? La chispa que genera ese intenso brillo era todo un misterio, pero ha dejado de serlo tras la publicación de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Sheffield.

Estos han demostrado que los cuásares se encienden por la colisión de dos galaxias. De hecho, podría ser el futuro de nuestra galaxia, aunque faltan muchísimos años para que eso ocurra.

De momento, parece que han respondido a esta pregunta que llevaba tantas décadas sin contestar, pero su trabajo no ha terminado. Ahora, gracias a telescopios tan potentes como el James Webb, se pueden obtener aún más datos interesantes de los cuásares y, así, conocerlos más a fondo. Es capaz de detectar hasta algunos de los cuásares más distantes, por lo que seguro que aportará mucha información con la que trabajar.

Descubierta la chispa que enciende los cuásares

Este trabajo de investigación se ha llevado a cabo a través del análisis de imágenes profundas del Telescopio Isaac Newton en La Palma. Los astrónomos que lo realizaron compararon 48 galaxias que albergan cuásares con otras 100 que no tienen ninguno. Así, observaron que las primeras tienen una probabilidad mucho mayor de colisionar entre ellas. Y eso les dio la clave sobre el origen de los cuásares.

Se sabe que la mayoría de galaxias tienen agujeros negros supermasivos en su centro. También tienen grandes cantidades de gas, suficientemente alejadas de estos agujeros negros, para que no sean engullidas. Sin embargo, si las dos galaxias colisionan, el gas puede salir disparado hasta el agujero negro y, una vez sobrepasado el horizonte de sucesos, hacer un viaje de solo ida hacia su interior. Si esto ocurre, justo antes de que el gas se consuma, se liberarían cantidades extraordinarias de energía en forma de radiación. Y ese sería el brillo intenso que se ve al observar los cuásares.

El futuro de nuestra galaxia

Este descubrimiento indica que el encendido de un cuásar puede tener consecuencias muy graves para una galaxia. Y puede ser el futuro de nuestra Vía Láctea, ya que se calcula que, dentro de cinco mil millones de años, podría colisionar con la galaxia Andrómeda

Si eso ocurre, no solo podrían formarse cuásares. También, buena parte del gas de las galaxias sería engullido por los agujeros negros, de modo que no quedaría materia prima para la formación de nuevas estrellas. Eso sería muy grave para los planetas que albergan. Incluso podría ser terrible para nuestra Tierra. No obstante, falta tanto tiempo, que es posible que, para entonces, los propios humanos ya nos hayamos encargado de acabar con ella.

Al menos, seguro que antes habremos resuelto muchos misterios como este, que después de 60 años tiene por fin una respuesta.

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