Una niña china de un año fue atendida por tener el cráneo abultado y mostrar ciertos problemas de motricidad. Las tomografías computarizadas que se le realizaron mostraron que tenía el cerebro comprimido y con acumulación de líquido a causa de una masa que lo estaba presionando. Lógicamente, se sometió a una intervención quirúrgica y fue solo entonces cuando los médicos descubrieron lo que le pasaba: el feto de su hermano gemelo había crecido en el interior de su cerebro, en un caso muy raro de lo que se conoce como fetus in fetu.

Los médicos que la trataron han descrito brevemente el caso en un artículo de la revista Neurology. En él, explican que, si bien el feto no se había terminado de desarrollar, sí que tenía extremidades superiores e incluso proyecciones en forma de dedos.

No es la primera vez que se describe algo así, aunque es cierto que los casos de fetus in fetu, que ocurren en aproximadamente 1 de cada 500.000 nacimientos, no suelen ocurrir en el cráneo. Es un lugar delicado del que extraer el feto y en el informe no se habla sobre la recuperación de la pequeña. No obstante, sí que existen otros reportes de casos parecidos más antiguos en los que la recuperación fue bien. 

Fetus in fetu: cuando tu gemelo se convierte en parásito

Los embarazos gemelares se dan cuando un solo espermatozoide fecunda un único óvulo, para dar un solo zigoto, que más tarde se divide en dos. Eso es lo normal. Pero puede ser que la división no se haga correctamente y uno de los dos gemelos envuelva al otro. Así es como ocurre el fetus in fetu. Un feto queda inmerso en el cuerpo del otro y, además, sigue desarrollándose, ya que puede aprovechar el suministro de sangre de su hermano.

No llega a desarrollarse del todo, pero sí en parte, como se ha podido ver en el caso de esta niña china. Una vez que se detectan, es importante extirparlos, ya que pueden provocar problemas de salud a corto plazo, como en el caso de esta niña, o a largo plazo transformarse en tumores malignos.

A veces, los casos de fetus in fetu pueden confundirse con teratomas. Estos son tumores encapsulados que contienen componentes de tejidos u órganos, como pelo o dientes. La mejor manera de distinguirlos es comprobar si hay vértebras u órganos internos completos. En ese caso, suele ser un fetus in fetu. Aunque en esta ocasión apenas hacía falta tal comprobación, pues se veía claramente la forma de feto de la masa que se extirpó a la niña.

Bebés ‘embarazados’ de sus hermanos

En el caso de esta niña china, la absorción del segundo feto tuvo lugar durante el plegamiento de la placa neural. Esta es la capa embrionaria que más tarde acaba convirtiéndose en el cerebro y otros componentes del sistema nervioso. Por eso, el feto estaba en el cráneo de la pequeña.

Pero no es lo más habitual. La mayoría de casos de fetus in fetu, aproximadamente el 80%, se dan en el abdomen. Por eso, cuando las noticias trascienden a los medios de comunicación podemos leer titulares como “Nace una bebé embarazada de su hermana gemela”. No se trata de un embarazo, lógicamente. No tiene absolutamente nada que ver. Pero se trata de un bebé con otro bebé dentro del abdomen, de ahí que se haga la comparación. También se han dado casos en los que el gemelo sin desarrollar ha estado en otras partes del cuerpo, como la zona sacra o incluso el escroto. Hay de todo tipo. A esta niña le tocó tener a su hermano en la cabeza. Por suerte pudo ser extirpado, ahora solo queda esperar que todo fuese bien. 

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