Arena tiene 14 años. En la actualidad está volviendo a su vida anterior, tras un trasplante de corazón, realizado hace unos meses. Hasta la intervención, estuvo conectada a una maleta que la mantenía con vida. En ella, había un aparato conocido como dispositivo de asistencia ventricular. Pero no uno cualquiera. Si bien estos aparatos normalmente pesan unos 80 kilos y se transportan en un soporte con ruedas pequeñas, este solo pesa 9 kilos. Además, gracias a unas ruedas más grandes, la apariencia desde fuera era que llevaba con ella una especie de maleta de cabina.

Esto le daba más seguridad para salir a la calle, pues le ahorraba algunas miradas indiscretas. Además, al ser mucho más cómodo de transportar, le permitía dar paseos e incluso ir al cine. Así, según explican desde Cadena SER, los pacientes pueden permanecer activos y llegar al trasplante de corazón en mejor estado de salud.

El caso de Arena ha sido el primero en España en el que se ha usado este dispositivo más pequeño. De hecho, en todo el mundo se han utilizado solo 85, por lo que el Hospital de la Paz, donde se ha intervenido esta chica, es pionero en esto. Se puede decir que todos esos pacientes han podido llevar el corazón en la maleta. Aunque no debemos confundir este aparato con un corazón artificial.

Una ayuda en la maleta antes del trasplante de corazón

Los dispositivos de asistencia ventricular reemplazan las funciones de un corazón dañado. No se trata de un órgano sintético, sino de un aparato que se conecta al corazón para darle apoyo en tres casos diferentes.

Por un lado, como en el caso de Arena, pueden emplearse para ganar tiempo hasta que se realice un trasplante de corazón. Es decir, se utilizan como puente a trasplante.

También pueden implantarse de por vida, cuando hay una insuficiencia cardíaca. En esos casos, se dice que sirven como terapia de destino.

Finalmente, si el paciente lo lleva solo hasta recuperarse de una afección que le causa insuficiente cardíaca, se trata de un caso de puente a recuperación.

Para Arena, este puente a trasplante ha sido idóneo hasta que pudo recibir el órgano. Ella tenía una miocardiopatía congénita con la que pudo hacer vida normal hasta los doce años. Sin embargo, a esa edad empeoró y se hizo necesario un corazón nuevo. Hasta que este llegó, llevó el corazón en la maleta. 

No es un corazón artificial

Los corazones artificiales son prótesis que se implantan para reemplazar un corazón dañado. Por lo tanto, se debe retirar primero el órgano biológico, para que este pueda sustituirlo.

Lo que Arena llevaba en su maleta no es un corazón artificial y mucho menos real. Tampoco es su corazón, como tal. Es un dispositivo que le ha estado echando una mano a su propio corazón para aguantar hasta que llegó el de un donante.

Gracias al trasplante de corazón, ahora está volviendo poco a poco a la vida normal de una niña de 14 años. España es un país líder en trasplantes, por lo que podemos sentirnos muy orgullosos de historias como la suya.

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