Los efectos de la contaminación del aire son bastante conocidos. Se han vinculado con algunos tipos de cáncer, con multitud de enfermedades respiratorias e incluso con un variado abanico de problemas de salud mental. Sin embargo, hasta ahora no se sabía que también afecta a los huesos, acelerando la progresión de enfermedades como la osteoporosis.

Lo ha comprobado un equipo de científicos de la Universidad de Columbia, en un estudio publicado este mes en eClinicalMedicine. En él, se analizan los efectos de la contaminación de varias sustancias sobre un grupo de mujeres posmenopáusicas. No se eligió esta población tan concreta al azar, sino porque, ciertamente, son muy vulnerables a la osteoporosis.

Esto se debe a la caída en los niveles de estrógenos, hormonas que, entre otras funciones, se encargan de proteger los huesos. Por lo tanto, estas mujeres son más vulnerables normalmente, con o sin contaminación. Sin embargo, se ha visto que, si están expuestas a niveles altos de determinadas sustancias, su densidad ósea disminuye mucho más deprisa. Con todo lo que eso conlleva, por supuesto.

Los efectos de la contaminación del aire sobre los huesos

En este estudio participaron 9.041 mujeres posmenopáusicas, a las que se hizo un seguimiento durante seis años. Durante ese tiempo, se hicieron mediciones en torno a sus hogares de los niveles de varias sustancias contaminantes: óxido nítrico, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y partículas PM 10. Además, se midió su densidad ósea, que es un buen indicador, tanto del riesgo de fractura como de la probabilidad de padecer osteoporosis.

Así, se vio que las que vivían en lugares más contaminados sufrían una disminución más rápida de su densidad ósea en todo el cuerpo. Eso sí, aunque todos los huesos se veían afectados, había algunos que sufrían más negativamente los efectos de la contaminación. Por ejemplo, se vio una gran vinculación negativa entre la columna vertebral y los contaminantes con nitrógeno. 

contaminación, OMS
Maxim Tolchinskiy (Unsplash)

Se necesita más investigación

Dado que todas las participantes eran mujeres postmenopáusicas, se podría pensar que el grupo era demasiado homogéneo. No obstante, cabe destacar que las había de diferente nivel socioeconómico, ubicaciones muy variadas e incluso grupos étnicos distintos. Por eso, otros factores que podrían influenciar los resultados pueden descartarse.

Aun así, de momento solo han podido encontrar una correlación entre los efectos de la contaminación y la disminución de la masa ósea. Todavía necesitan encontrar la causalidad. Es decir, ¿a qué se debe? Creen que puede estar relacionado con el estrés oxidativo. También podría haber relación con la epigenética. Es decir, con la forma en que los factores ambientales cambian cómo se usan los genes en las células. Pero se necesitará más información para saberlo. 

Por eso, lo ideal será realizar más estudios parecidos a este en un futuro. Mientras tanto, la salud de los huesos parece ser otro buen motivo para elegir vivir en lugares menos contaminados. Aunque eso solo es un parche. Lo idea es combatir esa contaminación para que los puntos afectados sean cada vez menos. Esto es algo que agradecerá el planeta en el que vivimos, pero también nuestra salud. A muchos más niveles de los que pensábamos en un principio.

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