Todo esperan el lanzamiento de la serie de The Last of Us, que llegará el 15 y 16 de enero —según territorio— a HBO Max. Pero mucho antes de la expectación generada por la producción que protagonizan Pedro Pascal y Bella Ramsey, hubo un intento por adaptar el juego a la pantalla grande que tuvo todo para ser un desastre.

No es un secreto que la productora Screen Gems adquirió los derechos para crear una película de The Last of Us. El largometraje se anunció oficialmente en marzo de 2014, con la intención de aprovechar el éxito del título que llegó a PS3 en 2013. No obstante, el proyecto quedó rápidamente plagado de "diferencias creativas" que impidieron que se concretara. Algo que, visto varios años después, ha sido muy positivo. Tanto para la expansión de la franquicia, como para Naughty Dog y los fanáticos.

En diálogo con The New Yorker, Neil Druckmann, creador de The Last of Us, habló del desafío de hacer una película basada en el juego. Especialmente por los requisitos de Screen Gems, una productora con mucha historia, pero que no era particularmente adorada por sus antecedentes en adaptaciones cinematográficas de videojuegos. Dicha compañía, una subsidiaria de Sony Pictures, había estado a cargo del film Resident Evil, de 2002. Una película que fue defenestrada por los fanáticos del juego, pero que resultó un éxito en taquilla. Al punto tal que tuvo cinco secuelas y un reboot.

De acuerdo con Druckmann, Screen Gems quería hacer "un tipo de película muy particular" de The Last of Us. Y si bien el creador del juego escribiría el guion, con un siempre respetado Sam Raimi en la dirección, los productores eran el problema. El actual copresidente de Naughty Dog aseguró que le reclamaban continuamente que las cosas fueran "más grandes y más sexys".

El tono de la película también fue motivo de discusión permanente. Mientras Neil Druckmann apostaba por una estética similar a la de No Country for Old Men, el neowestern de los hermanos Coen, Screen Gems pretendía una puesta en escena más rimbombante como la de World War Z, la película de Brad Pitt basada en el libro de Max Brooks.

Finalmente, las 15 horas de gameplay de The Last of Us también fueron un problema para compactarlas en un filme de dos horas de duración. Así las cosas, la producción quedó estancada hasta que la productora abandonó los derechos para llevarla a cabo.

Negociar hasta el último detalle para mantener la esencia de The Last of Us

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Lo poco que hemos podido ver de la serie de The Last of Us muestra una importante fidelidad al juego de PlayStation. Eso no necesariamente significa que sea una copia cuadro por cuadro —algo que tampoco resultaría muy gratificante para los espectadores—, pero sí que se respetarán los elementos más importantes de la trama.

De hecho, Neil Druckmann le confió a The New Yorker que durante la renegociación por los derechos de The Last of Us para una nueva adaptación audiovisual, exigió que ciertos elementos del argumento fueran incluidos en el acuerdo. "Ayudé a crear Uncharted, pero no salió de mí como sí lo hizo The Last of Us. Si hacemos una mala versión de The Last of Us, me destrozará", aseguró.

Con respecto al tratamiento de la violencia, el creador del juego aseguró que fue uno de los aspectos que más les costó trabajar en la serie de HBO Max. Si bien será una pieza crucial para la supervivencia de los protagonistas, la muerte de las personas tendrá un efecto psicológico más profundo que en el juego. A esto se le sumó la necesidad de encontrar un tono más humano a las capacidades de Joel, el personaje de Pedro Pascal, para que no pareciera prácticamente invencible.

Craig Mazin, coguionista de la serie, fue contundente al respecto. "Entonces, [Joel] tiene problemas de audición en un lado debido a un disparo. Le duelen las rodillas cada vez que se pone de pie. Supongo que existe eso de que Tom Cruise puede hacer cualquier cosa. Pero me gusta que mi gente de mediana edad sea de mediana edad", aseguró el creador de Chernobyl, de 51 años.

Lo que sí no sufrirá grandes cambios en la serie de The Last of Us será la ambientación musical. Tal y como ocurrió con los juegos, el argentino Gustavo Santaolalla fue el encargado de la banda sonora para la producción de HBO Max.

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