A todos nos ha pasado alguna vez eso de apretar una botella de kétchup casi vacía y ver como su contenido sale de forma explosiva, poniendo todo perdido a su alrededor. Nos ha pasado, pero puede que no nos hayamos preguntado por qué. Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Oxford sí que se ha hecho esa pregunta, e incluso ha llevado a cabo los cálculos para responderla.

Es importante dejar claro que los resultados de su investigación de momento se han publicado solo como preimpresión. Esto significa que aún no se han sometido a las revisiones necesarias para su publicación. No obstante, mientras reciben dichas revisiones, sí que han presentado su trabajo en una conferencia de la División de Dinámica de Fluidos de la American Physical Society

Aunque se debe tomar con cautela, es interesante cómo han usado la ciencia para explicar algo tan cotidiano. Y también para buscar soluciones, pues han expuesto qué podemos hacer como usuarios o incluso qué mejoras podrían introducir los fabricantes de kétchup para evitar que esto ocurra. Vale, no es una investigación vital, pero al menos resulta curioso. La ciencia también es eso.

El kétchup y la física de fluidos

Cuando apretamos un bote de kétchup, intervienen varias fuerzas, pero en este fenómeno participan principalmente dos.

Por un lado, el aire en la parte superior del recipiente se comprime como un resorte, empujando el líquido que hay debajo. Mientras, esta fuerza descendente la resiste el propio arrastre del kétchup hacia las paredes del envase. Ahora bien, ¿qué pasa si hay poco kétchup? Pues, básicamente, que no es suficiente para contener la fuerza hacia abajo, por lo que esa compresión del aire provoca que la salsa salga de forma explosiva. 

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No pasa nada: tiene solución

Cabe destacar que esta investigación no se llevó a cabo con un bote de kétchup. En realidad, sus autores realizaron una serie de experimentos inyectando aire de una jeringa en un tubo capilar lleno de aceite. De este modo, pretendían investigar por qué un flujo suave de líquido puede acabar rociándose como un aspersor repentinamente.

Chris MacMinn, uno de los autores de la investigación, explica en un comunicado qué es lo que ocurre y cómo se puede solucionar este problema. “Necesitas comprimir el aire para generar la fuerza motriz para mover el líquido y a medida que el líquido fluye, la resistencia de la viscosidad disminuye porque cada vez hay menos líquido para empujar”, señala. “Al mismo tiempo, la salida de líquido hace más espacio para que el aire se expanda en el tubo, lo que disminuye la fuerza motriz con el tiempo”.

Por lo tanto, la clave está en apretar suavemente, para evitar que el aire se comprima demasiado. Además, opinan que si los fabricantes de kétchup hicieran las boquillas más grandes, también se solucionaría parte del problema, pues se reduciría el arrastre viscoso. Y aún se resolvería más si se eliminaran las válvulas que tienen muchos de estos envases. Es cierto que estas son muy útiles para evitar derrames. Sin embargo, requieren apretar antes de que el kétchup pueda salir, por lo que el aire se comprime más y aumentan las salpicaduras.

Para evitar que esto pase, la recomendación de MacMinn y su equipo es quitar la tapa cuando quede poco kétchup. Así, se aumenta el espacio para que el kétchup pueda fluir libremente y no es necesario ejercer tanta presión. Como señala el propio profesor de la Universidad de Oxford, esto es algo que ya intuíamos, pero ahora las matemáticas lo corroboran. Aunque el estudio no esté aún revisado, al menos podemos quitar la tapa pensando en la física que hay detrás de lo que hacemos. 

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