Los últimos meses del año son, por lo general, los más ocupados del calendario de trabajo. Ya sea porque significa llevar a buen término una gran cantidad de proyectos o comenzar algunos más. Lo cierto es que la actividad aumenta y con ella el inevitable agotamiento. Algo que hace necesario tomar de vez en cuando una pausa para ver alguna película tranquila y recuperar fuerzas para continuar con nuestras ocupaciones favoritas.
Una cuestión en la que las plataformas de streaming pueden ser de enorme importancia. No solamente por su amplio catálogo lleno de opciones, sino también por su facilidad para permitir un oasis en medio de la agitada rutina diaria. Las plataformas por suscripción se han convertido en la opción ideal para darse un respiro mediante una película tranquila. Además, claro está, de disfrutar de contenido de calidad al alcance de un clic. Desde grandes producciones internacionales hasta historias con una enorme sensibilidad, el universo cinematográfico online ofrece todo tipo de posibilidades.
Te dejamos cinco películas tranquilas que te recordarán la importancia de esos breves períodos de descanso. También, de disfrutar del cine como un espacio privilegiado para el esparcimiento, la diversión y la tranquilidad. Opciones que te permitirán recordar el motivo por el cual el cine es el mejor lugar para disfrutar del tiempo libre.
Conquista a medias
Ellie (Leah Lewis) no tiene amigos, aislada como se encuentra en la pequeña ciudad de Squahamish. Extraña, taciturna y malhumorada, es también un joven prodigio literario en ciernes sin nadie con quien compartir sus aficiones. Pero, a pesar de eso, todos conocen su nombre. Es la hábil mano detrás de los mejores trabajos escolares de los que acuden a ella pidiendo ayuda.
Con un padre viudo que cuidar y una vida estudiantil al borde del tedio, se encuentra atrapada además en una vida predecible. Al menos, es lo que cree hasta que Paul Munsky (Daniel Diemier) le hace la más curiosa propuesta. Escribir cartas de amor en su nombre para la chica de la que está enamorado, pero a la que no se atreve a dirigir la palabra.
Parece algo sencillo, hasta que Ellie descubre que el rostro de los desvelos de Paul es Aster (Alexxis Lemire), su propio amor platónico durante años. Confundida y afligida, acepta comenzar una singular relación epistolar que le permitirá comprender sus sentimientos a un nivel completamente nuevo. También, profundizar en la forma en que Aster — a la que idealizó por años — es algo más que una chica popular.
Disponible en Netflix, esta nueva y juvenil versión de Cyrano de Bergerac es un tránsito entre los sentimientos apasionados de la adolescencia y su versión más profunda. Esta película tranquila y tierna es, además, un recorrido amable a través de una mirada sobre lo romántico, mucho más sensorial y elaborada de lo que podría suponerse. Una pequeña joya del cine adolescente que propone una reflexión casi ingenua sobre la necesidad de asumir lo emocional desde una perspectiva amable.
A todos los chicos de los que me enamoré
Lara Jean Covey (Lana Condor) tiene un extraño hábito: escribir cartas de amor que jamás enviará. Lo hace a cada uno de los chicos por los que su corazón sucumbió a través de la adolescencia, en una costumbre inocente y casi catártica. La adolescente no solamente comprende el amor a través de sus solitarias conversaciones con el papel. También intenta profundizar en cómo su forma de explorar sus emociones cambió a través de los años. Se hizo más profunda, amable y, sin duda, apasionada.
Pero, con el transcurrir del tiempo en esta película tranquila, la rutina pierde su poder para consolar su soledad, por lo que escribe una última carta. Está dedicada a Josh (Israel Broussard), su mejor amigo de la infancia y ahora novio de su hermana mayor Margot (Janel Parrish). En un gesto desesperado, y con el peso de una despedida simbólica de su infancia, le confiesa su amor solitario en la misiva. Después, como el resto de su larga colección, la arroja a su armario.
Pero para Lara todo se volverá un escenario casi demencial cuando sus cartas secretas terminen en manos de sus hipotéticos destinatarios. De pronto, el personaje se encontrará en el centro de varias historias cruzadas de amor. Una especie de extraña red de conexiones que Susan Johnson, la directora de esta película de Netflix, convierte en una forma de comprender la adolescencia.
Pero también los pequeños secretos de un tránsito amable que recorrerá todos los matices del crecimiento emocional y espiritual. Como una generosa mirada a los primeros años de la juventud, esta película tranquila y emotiva es también un relato sobre la inocencia y la identidad. Todo en clave de una extraña comedia romántica que termina por ser algo más profunda de lo que parece.
Tal para cual
Lola (Victoria Justice) tiene un objetivo y es el de hacerse independiente y encontrar su camino en el mundo de los negocios. Pero todo se volverá más complicado cuando esta exitosa ejecutiva de una compañía de vinos deba abrirse paso por sí misma. Mucho más aún, cuando deba viajar a Australia y afrontar un escenario por completo nuevo, en el que tendrá que poner a prueba sus capacidades.
Esta película tranquila es también una amable historia de amor entre dos desconocidos en medio de la búsqueda del objetivo de la vida adulta. Quizás, el mayor logro del largometraje del director Stuart McDonald es construir toda una idea sobre la exploración de la individualidad en clave de comedia inofensiva. Lo que permite al guion atravesar lugares singulares como la mirada sobre el pasado, las aspiraciones y las metas desde espacios novedosos y sensibles.
La película de Netflix, que tiene una engañosa capacidad para hacer reír desde la sencillez, es también una rara caja de sorpresas. Desde las lágrimas hasta las reflexiones acerca del futuro y la búsqueda de las grandes metas. Tal para cual es una trampa bienintencionada para profundizar en temas delicados sin usar los giros habituales del drama. Todo un logro argumental que sorprende en sus mejores momentos.
Alguien especial
Yenny Young (Gina Rodríguez) tiene el corazón roto. Pero no quiere decir que por ello tenga menos deseos de explorar el mundo que le rodea una vez que se enfrenta al desamor. Esta película tranquila, divertida, agridulce y extrañamente amable recorre los espacios complicados de una ruptura amorosa para profundizar en temas más singulares.
Desde las expectativas de la vida adulta, la búsqueda de una meta que cumplir y, al final, la realización emocional y espiritual. Esta comedia romántica de Netflix, que parece deslizarse por los extremos del drama, es ideal para reír, llorar y, en especial, hacerse preguntas sutiles sobre la felicidad.
Todo mientras Yenny conduce junto a su grupo de amigas en un viaje en busca del significado de todo tipo de preguntas existenciales. En especial, las que llevan a profundizar en todo lo que la vida puede ofrecer, incluso en sus momentos más complicados.
Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga
En Húsavík (Islandia) pasa muy poco. Tanto como para que sus felices pero aburridos habitantes intenten encontrar formas originales de llenar los largos días tediosos. En especial, Lars (Will Ferrer) dedica su tiempo libre en tratar de cumplir un sueño ambicioso: llegar al Festival de la Canción de Eurovisión.
En la azarosa empresa — que incluye ofrendas a duendes y otras entidades místicas — le acompaña Sigrit (Rachel McAdams), una voz maravillosa con grandes sueños. Juntos se esforzarán por no solamente atravesar todas las dificultades hasta llegar al evento, sino también por demostrar que su talento es algo más que una fantasía juvenil.
Esta película tranquila y divertida, que se enfoca no solamente en todo el contexto musical del festival más conocido de Europa, sino también en su popularidad, es hilarante por necesidad. Pero es además el reconocimiento a un fenómeno cultural de considerable valor y peso que se sostiene sobre los fanáticos y el espectáculo sobre el escenario. Por supuesto, también en fanáticos como Lars y Sigrit, capaces de cualquier sacrificio por ser escuchados a nivel continental. Esta historia de Netflix es toda una declaración de intenciones sobre la fama, que Ferrell remata con su estrafalario, y en ocasiones irritante, sentido del humor.