La serie T de Xiaomi es, sin duda, una de las más relevantes del catálogo de la marca. Y esta nueva generación no es una excepción. Tanto el Xiaomi 12T Pro como el modelo estándar llegan al mercado occidental para cubrir ese nicho de mercado comprendido entre los 500-800 euros al que acuden muchos compradores que buscan una experiencia superior a lo habitual –considerando que el grueso de móviles que se venden se sitúan por debajo de esa barrera– pero no quieren o necesitan desembolsar cerca o por encima de los mil euros.
El precio de esta línea de producto, además, suele caer tras varios meses a la venta, quedando en una ventana aún más jugosa para el potencial comprador. No sabemos si este año ocurrirá lo mismo –la situación económica global es adversa–, pero, si sucede, sin duda beneficiará a los Xiaomi 12T y 12T Pro.
Por el momento, como promoción de lanzamiento, la marca ha anunciado un agresivo bundle compuesto por:
- Una Redmi Pad (valorada en 349 euros) de regalo para todos aquellos que compren un Xiaomi 12T Pro –que parte de 749 euros– hasta el 12 de octubre.
- Unos Redmi Buds 4 Pro (valorados en 99 euros) de regalo para todos aquellos que compren un Xiaomi 12T –que parte de 599 euros– hasta el 12 de octubre.
Unos bundles que maquillan una clara subida de precio respecto a la generación previa. El Xiaomi 11T Pro, recordemos, salió a la venta por 699 euros, mientras que el 11T estándar lo hizo por 499. Es decir: 100 euros más en el caso del modelo estándar, 50 euros más en el caso del modelo Pro.
¿La explicación tras esta subida? Difícil determinar un único factor. El contexto económico probablemente tenga mucho que decir en esto. Si observamos el tipo de cambio entre el yen y el euro, se identifica una clara tendencia perjudicial para los ciudadanos europeos. Pero no es el único factor: la inflación generalizada, que está estrechamente relacionada, también es posible que haya influido.
Una cámara de 200 megapíxeles como gancho
Para apelar a los potenciales compradores, Xiaomi ha optado por el viejo truco de los megapíxeles. Concretamente, este móvil tiene 200 megapíxeles en su sensor principal. Pero, como muchos saben, más megapíxeles no equivale necesariamente a una cámara superior. Y este es un caso perfecto para demostrarlo. En las breves pruebas que hemos podido hacer, los resultados han sido buenos, pero no son los mejores del sector, como más de uno quizá piense al leer que tiene 200 megapíxeles.
Por defecto, de hecho, el teléfono hace pixel-binning, por lo que la imagen resultante no es de 200 megapíxeles como más de uno puede pensar. Para disparar a esa resolución, como en otros teléfonos, es necesario activar un modo específico. Sin embargo, salvo casos excepcionales, lo más probable es que no sea buena idea. Las imágenes ocupan más espacio y, en situaciones complejas, optar por el pixel-binning probablemente ayude a un mejor comportamiento en otras áreas más determinantes que la propia resolución.
Junto a esta cámara principal, tenemos un gran angular de ocho megapíxeles así como una cámara macro de dos megapíxeles. En esta última, la marca ha dado un paso atrás respecto al 11T Pro, que tenía una cámara macro de 5 megapíxeles. Por otra parte, Xiaomi ofrece un zoom digital de dos aumentos que se beneficia de la alta resolución del sensor principal para realizar esa ampliación sin una pérdida de calidad notable.
Un hardware a la altura de lo esperado
La pantalla, por otra parte, es AMOLED, alcanza 120 Hz y soporta estándares como Dolby Vision. Es un panel, en líneas generales, acorde a su gama. Eso sí: el brillo máximo es menor que el del Xiaomi 11T Pro: pasamos de un peak de 1000 nits a uno de 900.
Bajo dicha pantalla se encuentra un lector de huellas dactilares, lo que supone un claro paso hacia delante respecto al sensor lateral del 11T. Esto hace que sea más accesible por cualquier dedo a la par que más cómodo para las personas zurdas.
La pantalla, por cierto, es completamente plana. Los marcos que la rodean, además, tienen prácticamente el mismo grosor, lo cual se agradece. Nada de barbillas pronunciadas que rompen la simetría visual del producto.
En lo que a rendimiento se refiere, Xiaomi ha implementado en este Xiaomi 12T Pro el Snapdragon 8+ Gen 1, el último SoC de Qualcomm para teléfonos móviles. Este es uno de los chips de referencia en el mundo de los teléfonos con Android. Y, además, la versión Plus trae claras mejoras en cuanto a eficiencia –consume menos y se calienta menos–, por lo que se agradece que Xiaomi lo haya implementado en lugar de la variante original.
Bajo dicho chip se sitúa una batería de 5.000 mAh acompañada de un sistema de carga de hasta 120 vatios de potencia. Una salvajada que permite recargar el teléfono por completo en menos de media hora. La marca, además, incluye el adaptador necesario en la caja del producto, lo cual es un plus.
¿Merece la pena el Xiaomi 12T Pro?
El Xiaomi 12T Pro es, un año más, una de las principales opciones a considerar en su rango de precio. Tiene un gran procesador, un diseño sencillo pero bien resuelto, una pantalla de buena calidad, una cámara principal solvente, un sistema de carga rápida de primer nivel, etc.
Eso sí: no está solo. Y la ventaja de precio que tenía en otras ocasiones no está ahí este año. Teléfonos como el Realme GT2 Pro o el futuro Pixel 7 –que se posicionaría en la misma ventana de precio, según algunas filtraciones– son dos alternativas a tener en cuenta. También los iPhone 13 o los S22. Escoger entre uno u otro es, al final, una cuestión personal.
Lo que sí recomiendo es, en caso de inclinarse por este producto, aprovechar la oferta de lanzamiento. Tanto si te interesa la Redmi Pad como si no. Puedes quedártela o, por el contrario, venderla para amortiguar el coste del teléfono. Pero si puedes llevártela de regalo, aprovéchalo.