El iPad de décima generación ya es una realidad. Pero más allá de su diseño totalmente renovado, la tablet más básica de Apple también está generando conversación porque ahora es significativamente más cara en Europa. Arranca en 579 €, mientras que le generación anterior podía adquirirse desde 379 €. Aunque lo más sencillo sería pensar que los de Cupertino realizaron este aumento sin razón aparente y con el único objetivo de favorecer sus ingresos, existen un par de factores clave que han provocado el alza de precios.

Primeramente, hay que comprender que el iPad de décima generación llega con un nuevo diseño. Durante muchos años esperamos que el iPad más básico adoptara el leguaje de diseño industrial más reciente de Apple, el cual ya está presente no solo en el resto de la gama de la tablet, sino prácticamente en todos los dispositivos de Apple.

Pero este movimiento también implica un "sacrificio" del que pocas veces se habla: producir un nuevo diseño suele ser más caro. ¿Por qué? Hay que adaptar la línea de producción y, posiblemente, recurrir a nuevos componentes. Es bien sabido que estamos atravesando una época en la que las piezas que conforman un dispositivo móvil han aumentado de precio de manera significativa.

Sin ir más lejos, hace apenas unas semanas te contamos que fabricar un iPhone 14 Pro le cuesta a Apple casi un 20% más. Lo anterior se debe a alza de costes en componentes específicos, entre ellos el procesador. Fabricar el A16 Bionic cuesta 2,4 veces más que su antecesor, el A15 Bionic. Aunque el iPad de décima generación integra un chip más antiguo (A14) —y por ende menos potente—, no es ajeno a los problemas de escasez y aumento de precios que se viven en la cadena de producción.

El iPad también ha sido afectado por la situación económica

El segundo factor, claro, tiene que ver con el panorama económico. El valor del euro se ha desplomado notablemente si lo comparamos frente al dólar. Los temores ante una posible recesión, aunado a las tensiones provocadas por un conflicto bélico que difícilmente terminará pronto, están perjudicando a la moneda europea.

Hoy en día, hay una paridad entre el euro y el dólar, y eso se esta reflejando, en menor o mayor medida, en los precios de la industria tecnológica. Apple, al ser una compañía estadounidense con obligaciones fiscales dentro de ese país, está obligada a convertir sus ingresos a dólares. El problema es que la conversión, considerando el desplome del euro, afectaría sus ingresos si no se realiza un ajuste para compensar esa caída.

Desafortunadamente, rara vez veremos que una compañía absorba la pérdida para mantener el precio intacto de cara a los consumidores. Quizá por este mismo motivo Apple ha decidido mantener a la venta el iPad de novena generación. Su precio arranca desde 429 euros (también más caro) y sigue siendo una buena opción para aquellos que necesiten una tablet para realizar tareas básicas.

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