En el capítulo 5 de Los Anillos de Poder, el misterioso personaje que llegó del cielo tiene un temible encuentro con una manada de lobos que amenazaba con atacar a sus amigos pelosos. Si bien consigue atemorizarlos con su magia, el hechizo le provoca unas terribles quemaduras en las manos. Por eso, mientras él intenta solucionarlo susurrando conjuros e introduciéndolas en agua, Nori le ofrece un poco de cera de abeja.

El universo ideado por Tolkien tiene mucho de fantasía, aunque a veces entremezcla la ficción con la realidad. Por eso, podríamos preguntarnos si realmente este es un remedio real contra las quemaduras. Y la respuesta es un sí a medias. En la actualidad está en desuso, aunque aún pueda forma parte de algunos remedios naturales. Sin embargo, dado que en el pasado no disponíamos de una medicina tan científica como la actual, sí que se registró el uso de la cera de abeja para tratar tanto quemaduras como otro tipo de heridas.

Estos registros pertenecen a culturas muy diferentes, desde la antigua Grecia hasta la medicina tradicional china. Todos recurrieron para tratar heridas al mismo remedio que Nori en Los Anillos de Poder. ¿Pero por qué?

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¿Qué es la cera de abejas?

Las abejas producen varias sustancias que pueden ser usadas por los humanos de formas muy diferentes. Estas son principalmente tres: el propóleo, la miel y la cera de abejas.

El primero es una mezcla resinosa que las abejas obtienen de los exudados de savia de las yemas de las plantas. En algunas culturas se le conoce como pegamento de abeja, precisamente porque es tan pastoso que históricamente se le ha dado a menudo ese uso.

En cuanto a la miel, estos insectos la fabrican solo del néctar de las flores, mezclado con algunas sustancias propias. Por lo tanto, el origen es muy diferente.

Finalmente, la cera de abeja es una sustancia grasa secretada por las glándulas de algunas abejas obreras. También es bastante pastosa y se usó en el pasado como pegamento, aunque no tanto como el propóleo.

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Usos medicinales más allá de ‘Los Anillos de Poder’

En Los Anillos de Poder, Nori ofrece cera de abejas a su amigo misterioso para tratar unas heridas. Pero no es el único uso que se le ha dado en el pasado.

Inicialmente, era uno de los ingredientes más usados por diferentes culturas, desde los egipcios hasta los persas, para embalsamar a los muertos. En la Antigua Roma, además, se fabricaban con ella máscaras funerarias para las personas fallecidas.

Pero eso no es todo. Con el paso del tiempo se le fue descubriendo un uso medicinal también para los vivos. Por ejemplo, el médico greco-romano Galeno recomendó en el siglo II a.C el uso de cera de abejas para preparar lo que definió como un “ungüento refrescante”.

Más tarde, en el siglo X d.C, el iraní Avicenne promovió esta sustancia como un ingrediente con múltiples usos en medicina. Pero sin duda fue la cultura china una de las que más lo aprovecharon y difundieron sus beneficios. Por ejemplo, en El libro de las hierbas de Shen Nong, uno de los más famosos de la medicina tradicional china, se menciona la cera de abejas como “un ingrediente medicinal superior”. Se le confieren múltiples beneficios para el organismo y entre ellos se encuentra precisamente su uso para tratar heridas, tal y como intenta hacer la joven pelosa en Los Anillos de Poder.

¿Qué dice la ciencia actual sobre la cera de abeja?

Como con otros ingredientes de la medicina tradicional china, la cera de abejas ha sido estudiada por la ciencia moderna como posible principio activo para tratar las mismas dolencias que en el pasado, pero de una forma más controlada.

Se ha observado que tiene una cantidad considerable de vitamina A. Esta tiene multitud de beneficios para todo el organismo y también para la piel, ya que interviene en la maduración de sus células. Por lo tanto, resulta beneficiosa para la regeneración cutánea y se considera un buen ingrediente hidratante y antienvejecimiento.

Aun así, su uso directo sobre las heridas se desaconseja hoy en día. Ocurre lo mismo con la miel. Sobre todo si se obtienen directamente de la naturaleza y no se procesan, pueden generar infecciones que perjudican más de lo que ayudan.

También mezclada con otros ingredientes

Todo esto no impide que la cera de abejas se siga usando en medicina tradicional y que incluso se valore su uso controlado en la actual. Por ejemplo, en 2005 se realizó un estudio en el que se valoraba su uso en combinación con miel y aceite de oliva para tratar la dermatitis del pañal en bebés. En dicho estudio participaron 12 niños, a los que se les administró la mezcla durante 7 días. Se observó una gran mejora, que podría deberse a las propiedades hidratantes de todos estos compuestos. Y también se vio que al inicio del estudio se pudo aislar el hongo Candida albicans de cuatro de los bebés, mientras que al final solo lo tenían dos de ellos. Aun así, no se puede demostrar que esta remisión fuese causada por cualquiera de los ingredientes usados, menos aún con una muestra tan reducida. 

De hecho, los propios investigadores reconocen que no tienen claro el origen del poder antimicrobiano de la mezcla, aunque sospechan que la acidez y la producción de peróxido de hidrógeno podrían tener algo que ver.

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Visto lo visto, y dado que los pelosos no dispondrían de medicina más avanzada, seguro que la cera de abeja algo de bien le habría hecho al hombre misterioso. Aunque al final no le hace falta. Al fin y al cabo, nosotros tenemos la medicina que ellos no tenían, pero a nuestro mundo le falta la magia. Los Anillos de Poder, 1, vida real, 0. 

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