Como viene siendo habitual con la mayoría de alertas sanitarias, la viruela del mono ya ha generado bastantes bulos a su alrededor. Uno de ellos es el que dice que se trata de una enfermedad de transmisión sexual, que solo se contagia entre hombres homosexuales. Como es lógico, esto genera un estigma muy peligroso, por lo que muchas personas se han lanzado a desmentirlo. Pero no hay nada peor que desmentir un bulo con otro bulo. Y eso precisamente es lo que hizo recientemente un médico que publicó en Twitter la foto en el metro de un supuesto enfermo de viruela del mono, quien resultó tener otra enfermedad, conocida como neurofibromatosis.

En la imagen solo se ven las piernas del supuesto enfermo, pero con un tatuaje muy reconocible. Por eso, el hombre no tardó en denunciar que se había publicado su imagen sin su consentimiento y haciendo afirmaciones sobre él que no son ciertas. Ahora, por culpa de esta confusión, el hombre teme verse señalado por su enfermedad, que nada tiene que ver con la viruela del mono. De hecho, ni siquiera es una enfermedad infecciosa. Aunque sí que es cierto que a bote pronto las lesiones se pueden confundir.

Y esto no ocurre solo con la neurofibromatosis. También con otras, de diferentes orígenes, aunque la mayoría infecciosas. Vamos a ver algunos ejemplos de ellas, pero siempre teniendo en cuenta que no debemos estigmatizar a nadie, ni siquiera a quienes sí tienen viruela del mono. Estos, como es lógico, deben aislarse en su domicilio mientras sean contagiosos. Por eso, si vemos a alguien con lesiones, lo lógico sería pensar que sea otra cosa, ya que los enfermos deberían estar aislados. Vale, es cierto que la pandemia de coronavirus nos ha quitado la fe en la humanidad y esta situación perfecta podría no darse. Pero la solución no es hacer fotos a desconocidos, eso también deberíamos tenerlo claro.

Neurofibromatosis, la enfermedad que confundieron con viruela del mono

La neurofibromatosis es una enfermedad genética que provoca la aparición de numerosos tumores en el tejido del nervio.

Hay de tres tipos: tipo1, tipo 2 y schwannomatosis. La primera incluye un gran número de síntomas cutáneos, como manchas sin relieve de color marrón claro, pecas en las axilas y las ingles o tumores benignos que se manifiestan como bultos del tamaño de guisantes ubicados por toda la piel. Esos son precisamente los bultos que se veían en la pierna del hombre que protagonizó sin comerlo ni beberlo una fotografía viral. 

Puesto que se da desde que los pacientes son niños, también puede suponer problemas en el aprendizaje. Además, los enfermos pueden ser más bajos o con la cabeza más grande de lo normal. 

La neurofibromatosis de tipo 2 conlleva muchos más síntomas, como zumbidos de oídos, entumecimiento de las extremidades, dolor de cabeza, pérdida auditiva, convulsiones o dificultades en el equilibrio. No obstante, también puede ir acompañada de esos tumores benignos que podrían confundirse de lejos con las lesiones de la viruela del mono.

Finalmente, la schwannomatosis aparece más adelante en la vida, entre los 25 y los 30 años, y suele causar dolor crónico, pérdida de masa muscular y entumecimiento.

La varicela, una enfermedad que debería ir desapareciendo

Wikimedia Commons

La mayoría de personas adultas hoy en día hemos pasado en algún momento la varicela, porque no disponíamos de vacuna cuando éramos pequeños. En España se incluyó en el calendario de vacunación infantil en 2016, por lo que lo esperable es que, poco a poco, vayan disminuyendo los casos.

Pero, aún pueden verse algunos. Es una enfermedad muy contagiosa para quienes no la han pasado aún o no están vacunados, por lo que también se recomienda el aislamiento. 

Las lesiones de la piel pueden ser similares, aunque con la diferencia de que en la viruela del mono es muy característico que aparezcan en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. En la varicela también puede ocurrir, pero es raro. Otro rasgo diferencial es que en la viruela del mono se inflaman los ganglios linfáticos, aunque claro, eso no puede verse a simple vista.

La varicela la causa el virus del herpes zóster y, una vez finalizada la enfermedad, no desaparece. Se queda latente en los nervios y, en el futuro, puede reactivarse dando lugar a una neuropatía gangliorradicular, conocida coloquialmente como culebrina. En este caso también aparecen ampollas, aunque son más fáciles de reconocer; porque, en vez de extenderse por todo el cuerpo, suelen aparecer en forma de anillo. Por ejemplo, es bastante común que se formen rodeando el torso, aunque también pueden formarse en cualquier otro lugar.

Sarna: si se rasca mucho, no es viruela del mono

La escabiosis o sarna es una enfermedad de la piel causada por el parásito Sarcoptes scabiei. 

Su manifestación visible es la aparición de pequeños granos y ampollas que pueden aparecer por todo el cuerpo, pero especialmente en zonas con pliegues de piel, como las muñecas, los codos, las axilas o entre los dedos de las manos o los pies. 

Su principal diferencia con respecto a la viruela del mono es que genera muchísimo picor. Este aumenta sobre todo con el calor y por las noches. Por eso, si vemos a alguien que se rasca mucho, probablemente no sea viruela del mono. Aunque eso no quiere decir que no se contagie, pues también es bastante contagiosa a través de la fricción con la piel de personas enfermas.

El sarampión, esa enfermedad que debería ser menos frecuente

Wikimedia Commons

Al contrario que la vacuna de la viruela, que se eliminó de los calendarios de vacunación tras erradicarse la enfermedad en humanos, la del sarampión sigue estando disponible en todos los países desarrollados. Y, con mucho esfuerzo, en buena parte de los que se encuentran en vías de desarrollo. Estos últimos, de hecho, no hacen ascos a la vacuna.

Pero los bulos de los antivacunas han llevado a que el sarampión esté resurgiendo en esa parte más desarrollada del mundo. Por eso, aunque no deberíamos sospechar de esta enfermedad si vemos a alguien con lesiones en la piel, sí que podría ser.

En su caso, también cursa con fiebre y malestar, como la viruela del mono. Y también incluye unas lesiones que de lejos podrían confundirse. Pero muestran una gran diferencia, ya que solo en el sarampión aparecen unas manchas con centro blanco, conocidas como manchas de Koplik

Sífilis: esta sí es de transmisión sexual

Hay quien dice que la viruela del mono es una infección de transmisión sexual. Sin embargo, la mayoría de expertos no están de acuerdo en esta afirmación. Y es que, si bien puede contemplarse esta vía de contagio, no es ni mucho menos la vía mayoritaria.

En cambio, la sífilis, transmitida por la bacteria Treponema pallidum, sí que es una infección de transmisión sexual. Comienza solo como una úlcera en la parte que ha estado en contacto con el patógeno. Esta suele ser la vulva, el pene, la vagina o el ano. No obstante, si no se trata a tiempo, sí que pueden aparecer lesiones cutáneas por todo el cuerpo, incluyendo las plantas de los pies y las palmas de las manos. Además, pueden inflamarse los ganglios. Esto quizás podría llevar a confundirla con la viruela del mono, pero debemos recordar que el inicio es diferente.

Normalmente no suele ir más allá, pero en algunos casos puede complicarse mucho y llegar incluso a ocasionar la muerte. Afortunadamente, al ser una infección bacteriana, puede tratarse con antibióticos y no pasar de la primera fase. Eso mientras que la bacteria sea sensible a ellos. Por eso es tan importante vigilar nuestro consumo de los mismos, para evitar resistencias.

En definitiva, hay muchas enfermedades que a ojo (sobre todo si es un ojo no entrenado) podrían confundirse con la viruela del mono. Afortunadamente, existe pruebas muy específicas y sensibles que nos ayudan a diferenciar unas de otras. Por eso, deberíamos dejar que sean los profesionales los que diagnostiquen y pauten tratamientos. Nos podemos evitar bochornos en las redes sociales. Pero, sobre todo, podemos ahorrar a alguien un señalamiento público que no merece. 

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