Es un movimiento de empresas, pero detrás guarda una segunda lectura con mucho fondo. La compañía de satélites francesa Eutelsat y la británica OneWeb están cerca de cerrar un acuerdo de fusión, valorado en 3.400 millones de dólares, para que Europa conquiste el sector de los satélites de órbita baja. Ese mismo que, ahora mismo, controla el propio Elon Musk con Starlink y que el propio Jeff Bezos quiere lograr con el Proyecto Kuiper. Ahora, las empresas europeas quieren plantarle cara a los magnates tecnológicos norteamericanos. O al menos lo quieren intentar.

El acuerdo, que de momento se mantiene en el aire, creará una empresa única en la que ambas compañías tendrán participación a partes iguales. Concretamente, habrá un intercambio de acciones de OneWeb por las de Eutelsat. Los de la primera tendrán un 50 % de la segunda. Con todo, ninguna de las compañías no perderán su nombre y, por lo pronto, seguirán operando de forma independiente.

La compañía resultante, no obstante, tendrá que enfrentarse a un problema de fondo. Pese al objetivo de vencer al eterno Elon Musk, esta fusión-compra funciona como una forma de rescate a OneWeb. Fundada en 2021, la tecnológica británica encontró en la pandemia por el coronavirus su mayor problema. La mayor parte de los inversores se retiraron, obligando al Gobierno de Reino Unido a rescatar a la compañía con 490 millones de euros, así como la entrada de nuevos accionistas privados. Además de por la importancia del proyecto de OneWeb, había un trasfondo importante. La compañía británica era una de las cartas que el Brexit usó para respaldar la salida de Europa. No se podía dejar caer a la conectividad británica. De hecho, el elevado margen de coste que pronostica OneWeb es uno de los reparos más grandes para que la operación de fusión se lleve a cabo.

El Starlink de Elon Musk ya ha lanzado unos 2.800 satélites de los 12.000 que la compañía se ha puesto como objetivo y para los que tiene permiso; después buscaría llegar a los 30.000. El objetivo es seguir lanzando unidades a la órbita baja de la Tierra para desgracia de la comunidad científica. Los satélites de Musk y los de OneWeb siguen siendo un problema para unos astrónomos que cada vez encuentran más dificultades para observar el cosmos desde la Tierra.

Con estas cifras, el proyecto de Eutelsat y OneWeb de vencer a Elon Musk en su terreno aún está lejos de materializarse. La compañía francesa gestiona unos 35 satélites, y la compañía británica 428 unidades en la órbita baja. El objetivo de esta última es llegar a los 648 para poder contar con una cobertura total y legar a zonas aisladas sin fibra óptica o entrar de lleno en el negocio del coche conectado.

Con todo, el historial de OneWeb siempre ha ido de la mano de la compañía de Elon Musk y también con Rusia. Reconocidas rivales y competidoras en el sector espacial, a las tecnológicas no les quedó más remedio que acercar posiciones hace unos meses. De forma histórica, OneWeb había tenido grandes relaciones con la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) a través de sus cohetes Soyuz. Los que usaba la compañía británica para lanzar sus satélites. La Guerra de Ucrania terminó con este acuerdo: Reino Unido no estaba dispuesto a prescindir de algunos de los accionistas que Roscosmos tenía vetados, así como la idea de comprometerse a que ninguno de los satélites tendría uso militar. Las relaciones terminaron en saco roto y fue, precisamente, Elon Musk, el que rescataba a OneWeb para lanzar su misión en marzo de este mismo año.

Por su lado, Eutelsat sigue en su relación directa con Rusia. Con una política de neutralidad y manteniendo todas las sanciones europeas, según su web, la compañía francesa sigue manteniendo la relación con Rusia y llegando al 50 % de las televisiones del país.

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