Lightyear nos deja muchas moralejas, al más puro estilo de Pixar. Una de ellas, la de que todos podemos luchar contra nuestros miedos, se representa a través del personaje de Izzy Hawthorne, una joven a la que el espacio le entusiasma y le aterra a partes iguales. Quiere seguir los pasos de su abuela, una de las astronautas que sirvieron junto a Buzz, pero a su vez padece una gran astrofobia, que le dificulta tomar la decisión de lanzarse a la carrera espacial. ¿Pero cuánta ficción hay detrás de esto? ¿Existe realmente la astrofobia?

Lo cierto es que existen tantas fobias como estímulos capaces de desencadenarlas. Por eso no es raro que también exista una al espacio. La astrofobia, que no debemos confundir con astrafobia (miedo a los rayos), consiste en un miedo mantenido, intenso e irracional hacia las estrellas y otros objetos espaciales.

Las personas que la padecen sufren con el simple hecho de salir de noche y mirar al cielo. Y tampoco soportan algo tan aparentemente simple como visitar un planetario o ver películas relacionadas con el espacio. Se trata de estímulos relativamente fáciles de evitar, por lo que muchas personas no ven su vida tan alterada como para tener que buscar ayuda. No es habitual que quieran ser astronautas, como Izzy en Lightyear, por lo que sienten que lo pueden controlar. Sin embargo, sí que puede llegar a afectar seriamente al desarrollo normal de sus vidas, por lo que deberían buscar ayuda. Una vez que lo hagan, la terapia será similar a la que se usa con otras fobias.

¿Qué es la astrofobia?

La astrofobia es lo que se conoce en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales V (DSM V) como una fobia específica.

Es decir, las personas que la padecen sienten miedo o ansiedad intensa ante un objeto o situación específica. Concretando más, se clasifica entre las fobias a entornos naturales. Estas incluyen, por ejemplo, el miedo a las alturas, el agua o los rayos.

La astrofobia es una fobia específica a entornos naturales

Pero, en general, todas las fobias tienen varios puntos en común que se definen en el DSM V. Para empezar, el objeto causante de la fobia provoca generalmente el miedo o la ansiedad de forma inmediata. Es un miedo desproporcionado en comparación con el peligro real de la situación que lo genera, por lo que la persona que lo siente suele tender a evitarlo insistentemente. También es importante destacar que no es algo puntual. Es decir, para que se considere una fobia debe mantenerse durante al menos seis meses. Además, es un miedo o ansiedad que no puede explicarse por otra enfermedad. Y, finalmente, todas las fobias tienen en común que puede causar deterioro en lo social, lo laboral o en otras áreas importantes de la vida del paciente. 

En el caso de la astrofobia de Izzy está claro todo esto. Pero no deja de ser un personaje de dibujos animados, por lo que podríamos pensar que no ocurre en la vida real, más allá de Lightyear. No obstante, sí que es una fobia conocida para los psicólogos. Es poco habitual y no se conocen sus causas, aunque esto es común a otras fobias. Las hay que pueden haberse desencadenado por una situación peligrosa o estresante relacionada con el estímulo. No obstante, otras aparecen sin causa aparente. Lo bueno es que todas se pueden tratar.

¿Cómo podría tratarse Izzy en 'Lightyear'?

La fuerza de voluntad está muy bien y es muy importante a la hora de superar las fobias. No obstante, por mucho que nos enseñen las películas de animación, esa fuerza de voluntad es mucho mejor complementarla con la ayuda de un profesional.

Las personas que padecen astrofobia, así como cualquier otra fobia, deberían acudir a un psicólogo, que estudiará el caso para saber cuál es la mejor estrategia de actuación. Generalmente, lo que mejores resultados suele dar es la terapia cognitivo conductual. En esta línea se emplea algo conocido como desensibilización sistemática, que consiste en exponer al individuo a una serie de estímulos estresantes relacionados con la causa de su fobia. En el caso de la astrofobia, serían generalmente imágenes de las estrellas, así como de otros objetos espaciales. 

La terapia cognitivo conductual es la más eficaz para las fobias

La exposición puede ser en evocación, virtual o en vivo y se debe hacer siempre en compañía del psicólogo, que sabrá cómo guiar la situación y actuar en cada momento. Después, en un estado de relajación profunda, se guía al paciente para que imagine de nuevo estas escenas. De este modo, se busca que poco a poco el origen de la fobia se relacione con un estado de relajación, en vez de con la respuesta ansiosa habitual.

De este modo, se puede conseguir que una fobia no altere el desarrollo normal de la vida de quien la padece. O, ¿quién sabe?, quizás incluso se podría conseguir que alguien con astrofobia llegue a ser astronauta, como Izzy en Lightyear. Puede que eso sí que sea un poquito más raro fuera de la ficción, pero nunca digas nunca. Y es que si hay algo mejor que las enseñanzas de una película de Pixar, sin duda se trata de la psicología. Siempre que use herramientas basadas en la evidencia científica, puede hacernos llegar a donde nunca creímos que podríamos estar.

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