La kombucha está de moda. Multitud de influencers publicitan sus beneficios y hasta el empresario Carlos Ríos la ha usado como ingrediente para fabricar su refresco de Cola Realfooding. Tal está siendo su auge como nuevo refresco healthy que incluso se ha planteado que los astronautas la lleven al espacio para contar allí con una bebida probiótica beneficiosa para su salud. Lo que no se había planteado hasta ahora es que esa misma kombucha pudiese ayudarles a obtener celulosa en el espacio.

Esta propuesta se extrae de un estudio publicado el pasado mes de marzo en Frontiers in Microbiology por un equipo internacional de científicos. Inicialmente comenzó con el propósito de analizar la supervivencia en la Estación Espacial Internacional de los microorganismos responsables de la fermentación de la kombucha. Muchos de ellos no soportaron las inhóspitas condiciones del espacio. Otros, sin embargo, sí que lograron salir adelante. Y entre los que lo hicieron destacó la bacteria Komagataeibacter oboediens, conocida por su capacidad para sintetizar celulosa.

Esta era una buena idea, pues podría servir a los futuros colonizadores del espacio para obtener fibras textiles o papel. ¡Incluso podrían mejorar las condiciones del terreno para cultivar alimentos!

El experimento que demuestra los ‘superpoderes’ de la kombucha

La kombucha es una bebida que se obtiene de la fermentación del té mediada por un grupo muy concreto de bacterias y levaduras. 

La presencia de estos fermentos la convierten en una bebida probiótica muy sana. Para algunas personas es todo un superalimento, aunque está más que demostrado que los superalimentos no existen, es el marketing.

Se envió al espacio un biofilm de kombucha deshidratada

Pero esos fermentos podrían ser útiles más allá del intestino de sus consumidores. Por eso, los autores del estudio que comentamos hoy decidieron enviar a la Estación Espacial Internacional un biofilm de kombucha deshidratada. Los biofilms son estructuras a modo de tapiz formadas por una o varias especies de microorganismos adheridos a una superficie. Es, por ejemplo, el motivo por el que las bayetas de la cocina cuando pasa un tiempo se vuelven resbaladizas. No lo vemos, pero esa textura la forma un biofilm repleto de bacterias.

En esta ocasión el biofilm resultante de deshidratar la kombucha se colocó en el exterior de la Estación Espacial Internacional, bajo una atmósfera de tipo marciano. Permaneció allí 18 meses, tras los que se devolvió a la Tierra y se volvió a cultivar durante dos años y medio.

Así vieron que muchos de los microorganismos habían sucumbido a las radiaciones cósmicas y otros parámetros hostiles del espacio. Sin embargo, K. oboediens podía proliferar sin problema. Y no solo creció. También pudo seguir sintetizando celulosa. 

cosmonautas rusia ucrania, roscosmos, nasa, misil, basura espacial, luz azul, grietas en la estación espacial internacional, Estación Especial Internacional, satélite
Unsplash

No todo era perfecto

Cabe destacar que esta bacteria no estaba intacta. Los autores del estudio comprobaron que el material genético extracromosómico sí que se había visto afectado por la radiación. Y también los genes que codifican las proteínas asociadas al CRISPR. No olvidemos que, aunque este se haya convertido en una herramienta muy útil en ingeniería genética, no deja de ser un mecanismo defensivo de las bacterias. 

Pero ni ese mecanismo defensivo ni el ADN extracromosómico tienen relación con la vía de síntesis de la celulosa. Por lo tanto, esta ventaja de llevar la kombucha al espacio seguía intacta. 

¿Para qué sirve la celulosa?

La buena noticia de este descubrimiento es que esa celulosa podría tener multitud de aplicaciones. Sabemos que la celulosa forma parte de las paredes celulares de las plantas, de ahí que se pueda usar para fabricar productos de origen vegetal. Por ejemplo, se podrían obtener papel y fibras de algodón para confeccionar ropa.

Pero eso no es todo, ya que también se podría usar para proteger a los organismos fijadores de nitrógeno que habilitan el suelo para el cultivo de plantas. Y es que, de cara a futuras colonizaciones del espacio, la kombucha sería mucho más que una bebida para realfooders

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: