Google decidió declararse en quiebra en Rusia. Según un reporte de Reuters, autoridades del Kremlin confiscaron la cuenta bancaria de Google, dejándola imposibilitada para pagar a empleados y proveedores. Si bien la tecnológica comenzó el éxodo desde hace dos meses, la incautación de bienes por parte del Gobierno de Vladimir Putin aceleran su salida del país.

"La incautación de las autoridades rusas de la cuenta bancaria de Google Rusia ha hecho insostenible el funcionamiento de nuestra oficina en Rusia", dijo un portavoz de la empresa. "Eso incluye el pago a empleados con sede en Rusia, a proveedores y vendedores, y el cumplimiento de otras obligaciones financieras.", mencionó.

La decisión de declararse en bancarrota no se tomó hoy. La oficina de Recursos Federales indicó que la empresa lo consideró desde el 22 de marzo. Aunque Google no cerrará toda la operación en Rusia, la causa de su salida es una advertencia de lo que podría ocurrir al resto de tecnológicas.

Rusia ya dio el primer paso para la nacionalización de bienes

Rusia Vladimir Putin

Como respuesta a las sanciones económicas que provocaron un éxodo de compañías occidentales, Rusia advirtió que podría tomar el control de sus activos. Un proyecto de ley anunciado en febrero permite a tribunales rusos designar administradores externos en empresas que suspendan operaciones.

La medida busca nacionalizar compañías con participación extranjera (más del 25%) que provengan de países hostiles. Si la compañía se niega a reanudar o vender su operación, sus acciones serán subastadas.

Aunque algunos expertos anticipan que Rusia no se atrevería a nacionalizar las empresas occidentales, muchas no quieren correr el riesgo. Renault ya vendió su participación en el fabricante de autos Avtocaz, mientras que L'Oreal hizo lo mismo ante la presión de los consumidores. Otras, como Unilever o Nestlé, decidieron quedarse pese a las amenazas de un boicot internacional.

Las compañías tecnológicas se cuecen aparte. Pese a que las sanciones económicas y la interrupción de la cadena de suministro son suficientes para abandonar el país, existe otra razón de peso: la censura. Los intentos de Rusia por controlar la narrativa han generado múltiples roces con las empresas de Silicon Valley.

Google y otras tecnológicas siempre han estado en la mira del Kremlin

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En enero de 2021, el Gobierno le declaró la guerra a Starlink, el internet satelital de SpaceX, y amenazó con multar a los usuarios que contrataran sus servicios. Más tarde ese año, Rusia multó a Google con 87 millones de euros por negarse a eliminar contenido considerado ilegal. Las autoridades amagaron con enviar a prisión a los empleados de estas compañías que se negaran a cooperar con las investigaciones.

Las tensiones entre las tecnológicas y el Gobierno de Vladimir Putin llegaron a un punto crítico con la guerra de Ucrania. La decisión de suprimir canales de YouTube ligados al Kremlin, o permitir el discurso de odio a soldados invasores enfureció a Rusia. Las represalias no tardaron en llegar y la Roskomnadzor vetó a Twitter, Facebook e Instagram.

En marzo, el Ministerio de Transformación Digital se reunió con empresas locales para definir un plan de acción para contrarrestar la crisis de almacenamiento web. La idea de nacionalizar bienes nuevamente se hizo presente cuando el Gobierno sugirió incautar los servidores e instalaciones de las compañías que abandonaron el país.

Google y otras compañías ya evacuaron a gran parte de su personal. De acuerdo con el Wall Street Journal, la mayoría de los empleados de la tecnológica abandonaron el país y se mudaron a las oficinas de Dubai. El resto se quedó y renunció a la empresa. Pese al anuncio del quiebre de su filial, Google continuará ofreciendo servicios gratuitos como el Buscador, Gmail, Maps y YouTube en Rusia.

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