Los aires de 2020 están más presentes que nunca. Si alguien pensaba que iba a tener unas Navidades libres de Covid, estaba muy equivocado. La sexta ola, patrocinada por la cepa de Ómicron, ha vuelto a poner en jaque las celebraciones más esperadas del año. También para las reservas realizadas en Airbnb y las fiestas asociadas al alquiler de residencias vacacionales.

Como ya hiciese en 2020, las fiestas en Airbnb son un objetivo. La tecnológica ha vuelto a endurecer las restricciones aplicadas a las fiestas que prevén que se celebren en Nochevieja. El pasado año, más de 5.000 reservas fueron canceladas por considerarse un riesgo. Airbnb ya activó este protocolo también en las celebraciones del 4 de julio de Estados Unidos y Halloween de 2021. En este caso, la tecnológica de reservas vacacionales ha vuelto a cortar por lo sano con su política "anti-fiestas". Las reservas realizadas en EE. UU., Canadá, Brasil, el Reino Unido, Francia, España, Australia y Nueva Zelanda estarán estrechamente vigiladas por la tecnológica.

De esta manera, los clientes que no tengan un historial dentro de Airbnb lo tendrán complicado para hacer reservas de una a tres noches durante los últimos días del año para casas enteras. Tengan o no pensado hacer fiestas en Airbnb. Desde la plataforma entienden que el riesgo a realizar fiestas que terminen en contagios y descontrol es mayor en estos casos. Especialmente si estas vienen de la mano de jóvenes de menos de 25 años y para una casa al completo.

¿Qué ocurre con los usuarios que ya tienen historial dentro de Airbnb? Para este grupo no habrá ninguna limitación dentro de la plataforma en lo que a reservas respecta.

¿Quiere decir esto que podrán realizar fiestas de fin de año? La realidad es que las fiestas durante las reservas en estancias en Airbnb están prohibidas incluso antes de la pandemia por coronavirus. Ya en 2019, y tras un accidente en el que fallecieron 5 personas en un tiroteo en una fiesta en California con motivo de las celebraciones de Halloween, Airbnb decidió cortar por lo sano.

Más allá de las fiestas en Airbnb en estas fechas el año, la cuestión va también por las críticas que las viviendas vacacionales se habían granjeado entre los vecinos de los pisos en cuestión. Los ruidos y las molestias, junto con el aumento de los precios de los alquileres por la bajada de la oferta, empujaron a Airbnb a tomar esta decisión. De hecho, implantaba una medida en la que los propios vecinos afectados podían informan de los malos comportamientos de los inquilinos en Airbnb al más puro estilo de la policía de balcón.

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