NVIDIA buscaría el visto bueno de la Comisión Europea para cerrar la adquisición de ARM. Según Reuters, la compañía estadounidense presentaría la solicitud en los primeros días de septiembre. De esta manera, trataría de encarrilar la concreción de un acuerdo que se anunció hace prácticamente un año, pero que quedó bajo escrutinio de los reguladores.

El procedimiento no es automático, de todos modos. De acuerdo con el informe, el pedido de NVIDIA implicará la realización de una revisión preliminar que se extenderá por 25 días hábiles. Aparentemente la firma no estaría dispuesta a hacer concesiones en este período, lo que derivaría en una investigación completa de las autoridades europeas. La misma se extendería por otros 90 días laborables.

El plan original de la empresa era concretar la compra de ARM para marzo de 2022; sin embargo, la preocupación de los reguladores, y los correspondientes procesos indagatorios, impedirían el cumplimiento de dicha meta.

NVIDIA pretende aclarar dudas para concretar el acuerdo por la compra de ARM

ARM / NVIDIA / Comisión Europea

La investigación "a escala completa" de la Comisión Europea se sumaría a la que se haría en Reino Unido. Las autoridades británicas intervinieron inicialmente la compra por "motivos de seguridad nacional", y la última semana advirtieron que el acuerdo sería perjudicial para la competencia.

En lo que a Europa respecta, NVIDIA se ha mostrado dispuesta a colaborar para demostrar que la compra de ARM no resultará en un monopolio. "Esta transacción será beneficiosa para ARM, sus licenciatarios, la competencia y la industria. Estamos trabajando en el proceso regulatorio y esperamos colaborar con la Comisión Europea para abordar cualquier inquietud que puedan tener", declararon a Reuters.

Más allá de las dudas de los reguladores, NVIDIA ha enfrentado otras fuertes críticas desde que anunció la compra de ARM. Hermann Hauser, cofundador de la firma británica, fue uno de los primeros en expresar su desacuerdo, y en montar una campaña para impedir el acuerdo.

Por su parte, compañías como Google, Qualcomm y Microsoft también pusieron el grito en el cielo al conocer la noticia. Para contener la reacción negativa, NVIDIA aseguró que impondría un "cortafuegos" que impediría el acceso a información confidencial de los clientes de ARM, y que tampoco le daría privilegios para probar sus nuevas tecnologías.

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