¿Quién dijo que las mujeres y la ingeniería no encajaban bien? María Vallet Regí (1947) es catedrática de Química en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidenta de la Real Academia de Ingeniería. Vallet está especializada en biomateriales inteligentes y ha recibido numerosos premios por su labor investigadora. En Hipertextual hemos podido hablar con ella sobre su trabajo en investigación; pero también sobre la mujer en la ciencia, especialmente en las ingenierías y la necesidad de más referentes para las niñas y adolescentes.
Pero ¿qué son los biomateriales inteligentes con los que Vallet trabaja? "Un material inteligente es el que tiene una o varias propiedades que se pueden modificar de forma controlada al aplicar un estímulo. Y un biomaterial es lo mismo, pero dentro del campo de la biomedicina", señala desde el otro lado del teléfono. "Por ejemplo, para entenderlo mejor, lo que hacemos mi equipo y yo son nanopartículas donde dentro metemos fármacos. Esos fármacos pueden ser citotóxicos cuando se aplican en el área del cáncer y sirven para matar las células cancerígenas"; pero no es el único medicamento que se puede utilizar.
"Nosotros lo que hacemos es que vayan derechas a su diana y que al llegar allí se aplique un estímulo que puede ser interno o externo para liberar los fármacos allí donde son necesarios. En este caso, nosotros tenemos la llave para que los nanotransportadores suelten el fármaco con un estímulo que aplique el médico, que puede ser electromagnético, luz, ultravioleta, calor… O puede ser, también interno. Por ejemplo, relacionado con la propia enfermedad, cuando hay un tumor el pH es más ácido y podemos jugar con ese tipo de estímulos internos".
María Vallet Regí, catedrática de Química en la Facultad de Farmacia de la UCM
Combatir la resistencia a los antibióticos
Aunque Vallet habla sobre el uso de estas nanopartículas con el cáncer, también se puede aplicar en otros campos. Por ejemplo, para evitar las resistencias a los antibióticos, que en unos años podrían ser un gran problema para nosotros. "También estamos trabajando en esa área", responde la investigadora cuando se le pregunta sobre este tema. "Dentro de 10 años hablaremos de que la gente se muere porque los antibióticos, cuando les hacen falta, no les sirven para nada. Y eso es un problema grave", señala. "Nosotros llevamos más de diez años trabajando en este tema, porque también encerramos antibióticos en esos nanotransportadores. Imagínate que en vez de dar antibióticos como lo hacemos ahora, que van a todas partes del cuerpo, das las moléculas de antibióticos solo en los lugares que se necesitan. Así, las dosis son infinitamente más pequeñas", afirma.
Vallet es un claro ejemplo de mujeres que lo dan todo en la ciencia y la ingeniería. Su labor investigadora es tan importante que incluso la propia Unión Europea le ha dado financiación para su trabajo. "El European Research Council (ERC) me ha dado un proyecto que se llama Advanced Grants, que estamos a punto de terminar tras cinco años de trabajo. Son muy restrictivos, se dan a muy poca gente y de mucho dinero. Tengo la suerte de que me dieron uno de estos para trabajar, precisamente, en estos nanotransportadores para buscar soluciones a problemas de huesos como son el cáncer, la osteoporosis e infección", señala Vallet.
Del laboratorio a la comercialización
Una de las grandes problemáticas en cuanto a la investigación es la dificultad de transferir conocimientos. Es decir, que los descubrimientos que se hacen en el laboratorio se terminen comercializando. Más que nada porque conlleva mucho tiempo.
"Es bastante complicado porque lo que hacemos en el laboratorio, una vez hemos demostrado que funciona in vitro e in vivo en animales, tiene que pasar a ensayos clínicos. Después, tiene que haber una empresa que quiera comercializarlos y, por supuesto, tiene que tener todos los permisos legislativos que haga falta, que son muchos, pero que son necesarios. No se puede usar cualquier cosa, tiene que pasar por muchos controles porque eso va a ir a humanos. Todo eso conlleva un tiempo largo, es complicado.
También entra ahí el consorcio entre lo público y lo privado. Sobre todo cuando hay dinero y empresas dispuestas a invertir, se puede llevar esto a cabo. El ejemplo claro lo hemos visto ahora con las vacunas del coronavirus. Las vacunas que nos estamos poniendo ahora se han desarrollado en un tiempo record porque ya había una investigación básica hecha a lo largo de 30 años muy fuerte. Y, por otra parte, porque se ha puesto mucho dinero por parte de la empresa privada. Sin esa simbiosis las cosas no llegan a puerto para su uso en humanos".
El futuro pasará por la regeneración
También hemos hablado con Vallet sobre qué podría venir en la próxima década en cuanto a biomateriales. "Yo supongo que todo lo que es regeneración. Cuando se empezaron a usar los biomateriales, que fue a partir de los años 50, lo que se hacia era sustituir, como apuntalar. Faltaba algo y se hacía una sustitución", indica. "Luego, a partir de los años 90, se empezó con la reparación", añade la reconocida investigadora.
¿Y ahora? "Estamos con la regeneración. O sea, regenerar los tejidos y todo lo que tiene que ver con ingeniería de tejidos. Y yo espero que se llegue con la ingeniería de tejidos a poder reparar las partes del organismo que lo requieran", indica la catedrática desde el otro lado de la línea telefónica.
Mujeres en la ciencia, un reto
Ante la pregunta de si hacen falta más mujeres en la ciencia; pero especialmente en el campo de la ingeniería, Vallet lo tiene claro: "Sí, por supuesto", contesta. "Todas las carreras STEM están en bajos números de matriculación. Pero tanto en hombres como en mujeres. Realmente hacen falta. Y en el caso de las mujeres, con una focalización especial". "No sé por qué razón, pero las mujeres siempre se han ido a otro tipo de carreras y yo no sé si es que han pensado que las ingenierías son más difíciles, que son inabordables, que socialmente tampoco son carreras que les hayan llamado la atención o que su entorno no les haya dicho que están capacitadas para hacerlo. Todo eso ha hecho que las mujeres dejen esa parcela, que es muy importante, para la cual están tan capacitadas como los hombres", reflexiona la catedrática.
"Yo creo que es muy importante hacer ver a las niñas desde pequeñas primero qué es la ingeniería. Porque si no conoces algo no lo puedes querer", comenta. "Si piensan que los ingenieros nada más hacen carreteras, es difícil que puedan elegir una carrera si no tienen vocación de ser ingeniero de caminos. Hay que enseñarles que la ingeniería es muy amplia y que las aplicaciones son enormes. Y, sobre todo, que muchas mujeres tiramos más hacia aplicaciones sociales: también las tienen las ingenierías, las hay. Pero hay que acercárselas para que las puedan elegir. Y, por supuesto, que tengan claro que pueden hacerlo exactamente igual que un hombre. Hay ingenieras estupendas y ejemplos tenemos muchos".
A la mujer en la ciencia, pero sobre todo en las ingenierías, todavía cuesta encontrarla. Aunque es cierto que poco a poco, y dependiendo de la carrera, se van decidiendo a estudiarlas. Entre las ingenierías más interesantes a día de hoy están la ingeniería informática, la industrial y la biomédica.
Faltan referentes de mujeres en la ciencia e ingeniería
Vallet participa también en el consejo estratégico “Mujer e Ingeniería”, de la Real Academia de Ingeniería, que presentó el pasado 24 de junio la Declaración "Mujer e Ingeniería" con la idea de "señalar la importancia del talento femenino en un nuevo modelo de Ingeniería, centrado en las personas y en la sostenibilidad del planeta".
"Para todo en la vida hacen falta referentes", explica Vallet. "En el caso de ingenierías, los hay. Hay un grupo de profesoras en la Universidad de Castilla-La Mancha que están haciendo una labor fantástica para visualizar a muchas mujeres ingenieras. Está liderado por Gloria González y se llama Mujeres ingeniosas. Recomiendo ver las exposiciones, que las han hecho por todo el país; pero también están en Internet", señala.
"Es una labor muy buena y se hace para el alumnado en edad escolar, para que conozcan a mujeres ingenieras. No solo de ahora, también de antes. Y que han pasado desapercibidas para el gran público; pero están ahí y nos han dado muchas de las aplicaciones ingenieriles que estamos usando ahora", concluye.
En definitiva las mujeres y la ingeniería no están reñidas; como tampoco lo están las mujeres en la ciencia. Por eso, lo más importante es explicarles a las jóvenes (y a ellos también) que las mujeres pueden ser lo que quieran. Ingenieras, también. Porque el futuro hay que construirlo entre todos; si faltan las mujeres, falta la mitad de la población. No queremos un futuro que no cuente con la mitad de nosotros, ¿no?