Un estudio reciente, llevado a cabo por científicos de varios centros de investigación canadienses y estadounidenses, señala un nuevo factor de riesgo para la COVID-19. Y es que, según sus conclusiones, los pacientes de coronavirus con desnutrición tienen más probabilidad de desarrollar sintomatología grave.

La investigación se ha llevado a cabo tanto con niños como con adultos, de 18 años en adelante. Todos los pacientes que participaron en ella eran estadounidenses, aunque esto podría extrapolarse a otros países. Por eso, en determinados países en los que tienen que lidiar con esta pandemia, junto a otras enfermedades endémicas de la zona, todo con unos recursos económicos justitos, la desnutrición puede ser la gota que colma el vaso.

Y lo peor es que, tanto en estos países como en el resto del mundo, la propia pandemia está aumentando los casos de desnutrición. Muchas personas han perdido sus trabajos, dejando a sus familias sin sustento económico. Como consecuencia, la situación se retroalimenta, por lo que, ahora que conocemos la relación, se debería prestar especial atención a estas personas.

Una pandemia a muchos niveles

Esta pandemia que nos ha tocado vivir está afectando a la población mundial a muchos niveles. Por un lado, el virus es el más obvio. Algunas personas pasan la enfermedad sin apenas enterarse. En cambio, otras mueren, pasan largas temporadas en el hospital o quedan con secuelas que merman notablemente su calidad de vida. 

Pero eso no es todo. Esta situación también está postergando operaciones y diagnósticos por la saturación del sistema sanitario, está dejando sin trabajo a miles de personas y ha deteriorado la salud mental de otras tantas. Y también causa desnutrición. Quienes ya tenían problemas para poder llevarse algo a la boca cada día tienen todavía más, mientras que otras personas están comenzando a experimentar el declive económico que lleva a la desnutrición. 

Por eso, estos científicos, cuyos resultados se publican hoy en Scientific Reports, decidieron analizar si la pandemia, además de promover la desnutrición, puede azotar con más fuerza a quienes ya la sufrían. Para eso acudieron a una base de datos de la que pudieron extraer información sobre pacientes de coronavirus con desnutrición y sin ella. Los separaron por edades y realizaron un análisis estadístico que encontró una importante relación. 

El peligro de los pacientes de coronavirus con desnutrición

De esta base de datos extrajeron información de 8.604 niños y 94.495 adultos que habían sido hospitalizados por COVID-19 en Estados Unidos, entre marzo y junio de 2020. A continuación, se comparó cuáles de ellos habían recibido un diagnóstico de desnutrición entre 2015 y 2019.

Para los niños, los más afectados son los mayores de 5 años

Observaron que de los 520 niños que habían padecido coronavirus grave, 39 se habían diagnosticado previamente con desnutrición. Esto supone un 7,5%.

En cambio, de los 7.959 que lo habían tenido leve, solo hubo 125 que se consideraban pacientes de coronavirus con desnutrición. Es decir, un 1,5%. 

En cuanto a los adultos, de 11.423 con COVID-19 grave, 453 (4%) tenían desnutrición. Y de los 81.515 que pasaron la enfermedad con síntomas leves, el 1,8%, correspondiente a 1.557 personas, estaban desnutridos.

Esto era notable en niños de más de 5 años y adultos con edades comprendidas entre los 18 y los 78 años. En cambio, en los niños más pequeños y los ancianos se cambiaban las tornas y eran los no desnutridos los que tenían más probabilidades de enfermar gravemente. De cualquier modo, los propios autores reconocen en el estudio que, en el caso de los niños, podría ser porque los diagnósticos de desnutrición se hicieron entre 2015 y 2019, de modo que habría menos datos y se falsearían los resultados.

Para los mayores, lo cierto es que son el grupo de más riesgo, como ya hemos visto durante la pandemia, por lo que el hecho de estar desnutridos no dispara los casos graves que, ya de por sí, se encuentran más elevados. También establecen que las causas de esta relación no están claras. Sin embargo, sí que es sobradamente conocido que la desnutrición puede afectar a numerosos parámetros relacionados con el sistema inmunitario. 

En definitiva, es a los pacientes de coronavirus con desnutrición de 5 a 78 años a los que hay que hacer un mayor seguimiento. Por supuesto, las claves están en intentar solucionar el origen de esa desnutrición. No siempre es económico, por supuesto. No debemos olvidar, por ejemplo, a las personas con trastornos de la conducta alimentaria. Sea cual sea el origen, el primer paso es poner todas las medidas disponibles para mejorar su condiciones. Pero, mientras tanto, si contraen el virus, habrá que recordar que son pacientes de mucho riesgo. 

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