El pasado mes de mayo, una compañía de suministro de equipos nucleares francesa advirtió a Estados Unidos de una posible fuga en la central nuclear de Taishan, en China. Se trata de unas instalaciones ubicadas en la provincia de Guangdong y operadas tanto por el país asiático como por la propia Francia.

En el comunicado emitido al Gobierno de Biden, los franceses emitían sus sospechas de que China podría estar aumentando los niveles hasta los que las emisiones se consideran seguras. Así, evitarían que se hable de accidente nuclear y que se deba proceder al cierre del centro. 

Inicialmente Estados Unidos no dio mayor importancia a lo sucedido. Sin embargo, tras la insistencia de la compañía gala, la semana pasada procedieron al análisis de la situación. Esto es lo que sabemos hasta ahora. 

¿Hay peligro en la central nuclear china?

La compañía francesa, llamada Framatome, mostró su preocupación al observar en la central nuclear china emisiones ubicadas por encima del umbral seguro, según la normativa de su país. Sus socios chinos, sin embargo, aseguraron que no excedía sus propios límites y que, por lo tanto, no había ningún peligro.

Por eso, optaron por poner la situación en manos de Estados Unidos. A pesar de que los expertos del Departamento de Energía de dicho país ya se han puesto manos a la obra para analizar la situación, insisten en hacer un llamamiento a la calma. Por ahora consideran que lo ocurrido no supone una amenaza. Ni para los trabajadores de la central nuclear ni para los residentes de las localidades vecinas. Además, según cuentan desde CNN, cuando sus periodistas se pusieron en contacto con ellos no hicieron alusión al hecho de que China esté elevando los límites.

Francia advierte que China podría estar elevando los límites considerados como seguros

Por otro lado, cabe destacar que, a pesar de haber depositado su confianza en Estados Unidos, Francia ha solicitado poder enviar también a sus propios técnicos para evaluar el riego. No obstante, este es un permiso que solo se les podría conceder en caso de amenaza radiológica inminente. 

La empresa gala considera que esa es precisamente la situación, pero los expertos en seguridad nuclear estadounidenses no están aún tan seguros. Además, recuerdan que los actuales tratados de seguridad nuclear les obligan a dar a conocer cualquier problema que pudiera poner en peligro a la población. Por eso, si hasta ahora no lo han hecho, es porque consideran que ese riesgo no existe. Aunque sí entienden que hay una amenaza que merece ser monitorizada. Habrá que esperar para saber cómo acaba esta historia. Si finalmente la fuga nuclear llega a exceder todos los límites sin llegar a repararse su origen y ocurre un accidente, Estados Unidos, ya involucrada en el tema, estaría en un aprieto.

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