El podcast de Spotify de Joe Rogan es el más popular de la plataforma. No es para menos. En él ha entrevistado a personajes tan importantes como el mismísimo Elon Musk. Como consecuencia, en 2020 se convirtió en el podcaster con mayores ganancias del año, alcanzando los 30 millones de dólares, según Forbes. El problema es que, al igual que en las redes sociales, popularidad no siempre es sinónimo de fiabilidad. Este presentador y cómico estadounidense ya ha metido la pata numerosas veces, dando alas a teorías conspirativas, desinformando sobre la COVID-19 e incluso atacando a las personas trans. Por eso, no es sorprendente que ahora haya ido contra las vacunas del coronavirus.

Lo ha hecho al explicar que si una persona sana de 21 años le preguntara si debería vacunarse, él le diría que no. Sostiene que considera que las vacunas son seguras, pero que alguien joven, deportista y bien alimentado podría no tener que recibirlas. La propia Casa Blanca se ha manifestado en contra de estas declaraciones, cuya peligrosidad puede ser muy elevada, dado el alcance del podcast. Es peligroso porque puede poner en riesgo el objetivo de la inmunidad de grupo, pero también porque lo que asegura no tiene fundamento científico. Veamos por qué.

Joe Rogan contra las vacunas del coronavirus

La vacunación masiva en España se encuentra aún en las fases iniciales, en las que se está inmunizando a los grupos de más riesgo. En Estados Unidos, en cambio, algunos estados ya han finalizado estas primeras etapas y han animado a cualquier persona mayor de 18 años que lo desee a solicitar la administración de alguna de las vacunas del coronavirus.

Por eso, que justo en este momento alguien tan influyente como Joe Rogan haga esas declaraciones, es un problema. Por supuesto, es cierto que el beneficio para las personas de edad elevada es mayor que para los jóvenes, pues tienen más riesgo de enfermar gravemente. Es precisamente la razón por la que la mayoría de países han empezado vacunando a los ancianos y disminuyendo poco a poco la edad. Sin embargo, eso no significa que los más jóvenes no deban vacunarse. Las razones por las que sí deben hacerlo son varias.

En Estados Unidos han muerto por coronavirus más de 2.000 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años

Para empezar, también pueden contraer COVID-19 grave, e incluso morir. De hecho, si nos fijamos en los datos de Estados Unidos, donde Rogan graba su podcast de Spotify, hasta el 14 de abril han muerto 545.751 personas, de las que 2.030 tenían entre 18 y 29 años. No hay constancia de quienes tenían otras patologías previas, aunque a día de hoy sí que se sabe que algunos fenómenos, como la tormenta de citoquinas, pueden causar la muerte a jóvenes sanos. 

Es posible que muchos de esos 2.030 fallecidos tuviesen otras enfermedades, pero precisamente esa es otra de las razones por las que el presentador se equivoca. Para algunos problemas de salud no se conoce la eficacia de las vacunas, por no haberse probado en ensayos clínicos, por lo que de momento se desaconseja su administración. Ocurre lo mismo con los niños. Necesitan, por lo tanto, una barrera de contención al virus a su alrededor y para eso están también las vacunas del coronavirus. 

Finalmente, cabe destacar que muchos de los jóvenes que han padecido coronavirus y no han muerto sí que han acarreado secuelas. La COVID persistente es incluso más frecuente en jóvenes, sobre todo en mujeres, y es un problema que no figura en esas estadísticas de ingresos o fallecimientos, pero que está convirtiendo en una tortura la vida de muchas personas. 

¿Se hará algo al respecto?

Otras plataformas ya censuran contenidos que desinformen sobre el coronavirus

Muchas plataformas, como Facebook o Youtube, ya han empezado a censurar contenidos pseudocientíficos o que aporten información falsa sobre la COVID-19.

Spotify no se ha manifestado al respecto, aunque hay quien piensa que debería hacerse lo mismo con programas como el de Joe Rogan. Y no es para menos, dada la cantidad de personas, precisamente jóvenes, que le escuchan.

En general, el tema de las vacunas está poniendo de manifiesto el problema de dar voz a personas influyentes sin conocimientos científicos. Lo hemos visto por ejemplo con las opiniones de Victoria Abril o Miguel Bosé sobre el coronavirus en España. Pero también en otros muchos lugares. Cada país tiene los suyos. Incluso en Tanzania fue su propio presidente del gobierno, quien además murió recientemente, presumiblemente por complicaciones de la COVID-19.

La libertad de expresión es importante, desde luego. Por eso las plataformas andan con pies de plomo antes de dar finalmente el paso de censurar contenidos determinados. Sin embargo, cuando esa libertad lanza desinformación sobre temas tan delicados como las vacunas del coronavirus puede convertirse en una verdadera bomba de relojería. 

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