Las películas apocalípticas pueden ser muy útiles en épocas como la que estamos viviendo. Y, por supuesto, también las de pandemias. No hay más que ver el boom que tuvieron este tipo de títulos en plataformas como Netflix a partir del mes de marzo. Quizás muchos espectadores pensaron que verlas podría ayudarles a tomar ideas sobre cómo actuar. O puede que simplemente solo fuese una forma morbosa de pasar el tiempo. Pero lo cierto es que sí que ha habido incluso políticos que se han basado en estas historias para tomar algunas de sus decisiones sobre el coronavirus. Es el caso del Secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, quien recientemente reconoció que tomó ideas de la película Contagio, de 2011, para diseñar la estrategia de vacunación de su país.
Lo ha explicado en una entrevista para la cadena de radio LBC. En ella, contó que, puesto que en la película de Steven Soderbergh la clave estuvo en anticiparse al resto de países en la compra de vacunas, decidió hacer lo mismo en Reino Unido.
Paralelismos con 'Contagio'
Lo cierto es que, puestos a elegir una película de pandemias para lidiar con el coronavirus, Contagio era una buena opción.
En ella, todo empieza con la expansión de un virus zoonótico o, lo que es lo mismo, que tuvo su origen en los animales. Es un patógeno que se transmite tanto por gotitas respiratorias como por contacto con superficies contaminadas. No es raro que recuerde a la COVID-19, puesto que los guionistas se basaron en parte en lo sucedido años atrás en Asia con el SARS-CoV-1.
La película también se anticipó bastante al retratar varios casos de farsantes publicitando sus propias curas y conspiracionistas proclamando sus disparatadas teorías. Si añadiéramos un poco de lejía y a Miguel Bosé castigado ya estaríamos ante toda una premonición.
Y llegó la vacuna contra el coronavirus
Por supuesto, en la película también consiguen una vacuna en tiempo récord. Es algo propio de la ficción, aunque ahora, gracias a la ciencia, se ha convertido en toda una realidad. Una vez que la tenemos, el problema está en su producción y distribución. Es la parte de la trama que estamos viviendo actualmente. Hemos comprobado que es imposible vacunar a toda la población simultáneamente y se debe decidir quiénes serán los primeros.
En la vida real, la mayoría de países han comenzado por ancianos y sanitarios, aunque algunos están planteándose dar un giro a su estrategia y administrar la vacuna a los más jóvenes. De cualquier modo, en todas partes se están seleccionando grupos de vacunación, en vez de proceder a una administración individualizada. Eso sin tener en cuenta ciertos políticos y obispos, por supuesto.
En cambio, en Contagio decidieron repartir las vacunas en un sorteo, según fechas de nacimiento.
Esto hizo a Hancock muy consciente de la importancia de la vacunación contra el coronavirus. Si en la película la ansiaban tanto como para tener que sortearla, sería mejor anticiparse.
Por eso, cuando tuvo la oportunidad de comprar las primeras dosis de la vacuna de AstraZeneca, fue más allá de lo recomendado por sus asesores. Estos aconsejaron que se hiciera con unos 30 millones para comenzar a inmunizar a la población. Él, en cambio, se hizo con 100 millones.
En la entrevista ha aclarado que no sería correcto decir que Contagio ha sido su principal fuente de inspiración. No obstante, sí que le sirvió para saber que podría generarse una lucha mundial en torno a la vacuna y que, para evitar salir mal parado de ella, lo mejor sería anticiparse. Desde luego, dada la dureza con la que está golpeando en el país la variante surgida en él, no está de más proceder a la vacunación cuanto antes.
Por desgracia, hay algo común a las películas de pandemias y lo que estamos viviendo en la realidad. Los peor parados siempre son los mismos, esos países con pocos recursos económicos en los que ni sus sanitarios ni sus ancianos han podido aún oler la vacuna. Por mucho cine que veamos y mucho que intentemos anticiparnos, al final la economía siempre manda. Esa sí que es la dura realidad.