La segunda ola de coronavirus comienza a ser muy preocupante en los países europeos. Por eso, la aprobación de las vacunas en Europa podría comenzar mucho antes de lo planeado en un principio, después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) acelere los trámites para su aprobación.
Concretamente, serán las dos basadas en ARN mensajero, desarrolladas por Pfizer y Moderna. La primera podría tener luz verde para su administración el 29 de diciembre y la segunda solo un par de semanas después, el 12 de enero.
Las vacunas en Europa pronto serán una realidad
Con este adelanto en su aprobación, las vacunas en Europa podrían empezar a administrarse ya en el mes de enero.
Justo en ese mes, el día 28, hará un año desde que se confirmó el primer caso de coronavirus no importado en territorio europeo.
Ha sido un tiempo récord para la puesta en marcha de estas vacunas, que previsiblemente irán dirigidas en primer lugar a personas mayores y profesionales muy expuestos, como los sanitarios.
España cuenta ya con su plan de vacunación, presentado hace apenas unos días, en el que se incluyen 15 grupos prioritarios.
Pero nada de esto es definitivo. La EMA tendrá que poner primero el caso en manos del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés), que se encargará de dar el visto bueno definitivo.
¿Por qué tan rápido?
El procedimiento para la aprobación de vacunas en Europa, así como en otros lugares del mundo, es mucho más lento. No obstante, desde la EMA han querido recordar que esta es una situación extraordinaria, de ahí que se hayan puesto en marcha también medidas extraordinarias.
Entre ellas, destaca un procedimiento específico de supervisión continuada de los ensayos clínicos, a medida que se han ido desarrollando. A él se han acogido tanto los responsables de estas dos vacunas como los de la perteneciente a AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
A la espera de tener fechas definitivas, solo queda recordar que, aunque por lo general la vacunación será voluntaria, es un acto de solidaridad que todo el mundo debería practicar. Un último empujón para vencer a esta pandemia.