No se puede discutir que el pasado de Star Wars tiene muchísimo peso en The Mandalorian (Jon Favreau, desde 2019). No ya solo para la ambientación de esta serie de Disney Plus, sino también para lo que motiva la conducta de sus seres de ficción. La lealtad a los mandalorianos y su estricto código por parte del cazarrecompensas protagonista, Din Djarin (Pedro Pascal), por ejemplo. O la experiencia de Carasynthia Dune (Gina Carano) como luchadora rebelde contra el Imperio Galáctico. O incluso el miedo que Ahsoka Tano (Rosario Dawson) percibe en Baby Yoda. Y, a partir del episodio “The Believer” (2x07), el polvorín de rabia que explota en Migs Mayfeld (Bill Burr) en el momento menos oportuno.
Todo ocurre cuando Mando extrae la localización de la nave de Moff Gideon (Giancarlo Esposito) en la terminal de la refinería del planeta Morak. Como esta se halla en el comedor de oficiales, el comandante Valin Hess (Richard Brake) tiene oportunidad de acercarse a él. Y Migs Mayfeld, que sirvió a las órdenes del alarmante sujeto, acude en su ayuda para que no se destape su infiltración. El problema es que el ex soldado imperial no puede contenerse y, tras unas cuantas recriminaciones hacia el que fue su superior, termina liquidándolo de un tiro como en el saloon de una película del Salvaje Oeste americano. Todo por lo que hicieron durante la infame Operación Ceniza.
Lord Sidious no quería que nadie le sobreviviese
Este plan de la Contingencia nos lo presentaron en el cómic Star Wars: Imperio detruido, parte 2 (Greg Rucka, Marco Checchetto, Emilio Laiso y Angel Unzueta, 2015). Fue ideado por el emperador Sheev Palpatine (Ian McDiarmid) al considerar que, si él moría, tanto sus enemigos como el Imperio debían morir igualmente. Y comenzó tras ser asesinado por Darth Vader (David Prowse con la voz de James Earl Jones) mientras transcurría la Batalla de Endor (4 DBY). Esto último lo vemos en El retorno del Jedi (Richard Maquand, 1983), pero de la Operación Ceniza no se dice absolutamente nada entre tantas celebraciones.
Unos droides mensajeros avisaron de lo sucedido a los oficiales imperiales, y los satélites en órbita de determinados planetas iniciaron la disrupción climática para devastarlos. Grandes tormentas eléctricas y otros fenómenos meteorológicos empezaron a asolar montones de planetas específicos en la Operación Ceniza. Como Naboo, Vardos, Burnin Konn, Candovant, Abednedo o Commenor. Y, mientras huracanes, incendios e inundaciones se desataban en estos mundos, las baterías antiaéreas impedían que cualquier nave no imperial huyese. Sin embargo, la Alianza para Restaurar la República destruyó muchos de los satélites.
El protegido desobediente del Emperador
Además, el almirante Gallius Rax, protegido de Palpatine al que conocimos en la novela Consecuencias (Chuck Wendig, 2015), decidió evitar la completa ruina del Imperio. De modo que reagrupó a parte de la flota imperial en las Regiones Desconocidas para reconstruir el proyecto de los Señores Sith, también durante The Mandalorian. Lo cual derivaría en la Primera Orden y las aventuras de Rey Skywalker (Daisy Ridley) y compañía que luego contemplamos en El despertar de la Fuerza (J. J. Abrams, 2015), Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017) y El ascenso de Skywalker (Abrams, 2019).
Antes del capítulo de The Mandalorian y después de su primera mención, la Operación Ceniza había sido abordada en las partes 3 y 4 de Imperio destruido (Rucka, Checchetto y Unzueta, 2015), los videojuegos Battlefront 2 (DICE, Motive Studios y Criterion Games, 2017) y Squadrons (Motive, 2020) y las novelas Escuadrón Alfabeto y Shadow Fall (Alexander Freed, 2019, 2020). Conque que no había aparecido de ninguan forma en el canon cinematográfico de Star Wars hasta “The Believer”. Y lo ha hecho por todo lo alto en esa estupenda escena con Migs Mayfeld, Valin Hess y Din Djarin de estupefacto testigo.